¿Sabes? Te echo de menos…

Cuanto echo de menos la paz, ĺa tranquilidad, la libertad, el libre derecho a tan solo respirar el aire fresco de la naturaleza; el abrazo de mi anciana madre sus tiernas caricias mientras me reprende dulcemente aunque no pareciera darse cuenta que mi cabello se ha tornado cenizo por los años y mi rostro comienza a reflejar sus huellas _ echo de menos la sonrisas cristalinas de mis hijas su desparpajo ante la vida sus conversaciones cara a cara y porque no? Hasta las diferencias no solo entre nosotras sino entre ellas discutiendo como niñas hasta por un programa televisivo. (Hoy día vivo con mi amado y hijo y su familia que es también la mía)

Echo de menos la algarabía de mis nietos (los otros) sus muecas en sus caritas mofandose el uno del otro para despues terminar en un abrazo sincero; a cambio de eso vivo por momentos la zozobra, el temor por todos aquellos a los que extraño a los que echo de menos mientras permanezco en la espera de no se que, çuando observó las manecillas del reloj digo dentro de mi _ ¡solo es cuestión de tiempo!.

¡Tiempo! De morir o de vivir? 

¡No lo se! Lo único seguro para no sentir el tormento de la espera, de la incertidumbre, es atesorar cuál si fuera una película inolvidable todos y cada uno de los bellos recuerdos familiares, disfrutar de un libro, degustar de cada comida al maximo saborearla como el más delicioso manjar, suspirar, sonreir y si acaso debido a la nostalgia o la tristeza las lágrimas corren por mis mejillas _ dejaré que corran si con ello limpian mi alma y alejan de ella el temor de no volver a compartir con todos aquellos que hoy echo de menos…

Umbelina

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS