EDUCACIÓN LA MEJOR ARMA CONTRA LA DELINCUENCIA

EDUCACIÓN LA MEJOR ARMA CONTRA LA DELINCUENCIA

En Colombia, desde hace unos años, hemos visto el incremento de la delincuencia y ha sido notoria la falta de seguridad. Por ejemplo, En Antioquia, 122 de sus 125 municipios han sido afectados por el conflicto armado, según datos del Cerac.

También, en Bogotá, Barranquilla y Cartagena, vemos que se ha sufrido un derramamiento de sangre de personas inocentes que pierden la vida por un celular, ser hinchas de un equipo y, más insólito aun, por robar hasta mil pesos.

¿Qué nos deparará el futuro si no le ponemos un alto a esta clase de situaciones? Vemos que el problema no son las leyes que emana el Estado: ‒Colombia es el país con más normas en la Constitución‒ y, pregunto: ¿eso nos hace sentir seguros?

El verdadero problema radica en la falta de educación que se les da a las personas menos favorecidas. El estudio se ha convertido en un privilegio que pocos tienen, y es ahí donde nos damos cuenta de que, si el gobierno invirtiera más en educación, tendríamos una sociedad diferente y culta.

Los acuerdos de paz a los que se pretende llegar en la Habana, pueden ser una solución a tan difícil problema, pues la mayor ausencia de educación se encuentra en los territorios donde está el conflicto.

Observamos que en los territorios donde hay presencia de grupos armados, es muy difícil que la educación llegue, y es por eso que niños sin ser forzados pueden optar por pertenecer a la guerrilla, porque ven imposible la oportunidad de salir adelante.

Ahora entiendo lo que describía Francesco Carnelutti en su libro Cómo nace el Derecho: Si las normas se dan a conocer desde que estamos en la escuela sabríamos, a qué nos atenemos si trasgredimos las reglas sociales.

Sin embargo, creo que a eso en realidad no se refería Francesco. Él, más bien, decía que, si se diera a conocer la norma desde que el ser humano es niño, es decir, al comienzo de una formación social educativa, tendríamos mejor comportamiento, pero sobre todo una mejor cultura, la adecuada para que cada quien pueda encajar en la sociedad.

Si el gobierno optara por abrir más la cobertura educativa, pero sobre todo para personas de estratos 0,1 y 2 y también los municipios rurales y veredas donde no hay ni una sola escuela, no solo ganaría el aparato gubernamental sino toda la sociedad, pues por cada niño que estudiara en una institución educativa estaríamos arrebatándole a la guerra un posible delincuente que nos perjudicaría en el futuro, porque la base de cualquier sociedad colectiva y de la convivencia social, se estructura desde su educación.

Entre más educación haya, menos oportunidades le damos al delito.

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