5 razones para ser orgullosamente cancunenses

Cuando decimos la palabra Cancún, gran parte de los mexicanos obtendrá una imagen inmediata del mar azul turquesa que baña arenas blancas, resorts de lujo, antros, tours y muchos “gringos”; pero una vez que vivimos aquí, tenemos claro que Cancún es más grande que su Zona Hotelera, conocemos los retos de una ciudad dinámica que no descansa ni en domingo y nos reconocemos distintos al resto del país. ¿Qué nos hace distintos? He aquí cinco razones:

1. Nos aventuramos a lo desconocido.

“Me voy a Cancún” ¿Qué tal cuando sucedió? ¿Algunos sentimos miedo, emoción, nervios, preocupación o angustia? Los Cancunenses sabemos lo que implica salirnos de nuestra zona de confort, de un lugar de origen, quizás el único que conocíamos hasta entonces, dejar amigos, familia, trabajo y un entorno social, salir de lo ya conocido para aventurarnos a lo desconocido. No es fácil desprenderse, se requiere valor para hacerlo y nosotros lo hicimos.

2. Construimos sueños.

Si nos atrevimos a dejar nuestro lugar de origen fue por una sola razón: porque creímos que viviríamos mejor. Llegamos con poco, con nada, para tener algo, para tener más. Llegamos para construir sueños, para trabajar, para lograr, para crear. Sabemos que en la nada se puede hacer un todo.

3. Hacemos historia.

Somos una ciudad sui generis, original, única… Observemos la ciudad: no hay catedral junto a un zócalo con quioscos y frente al mercado, donde los domingos se reúnen las familias a comprar antojitos locales ¿cierto? En nuestra Ciudad el Centro esta al principio y los atractivos turísticos están fuera de él. No tuvimos generaciones antecesoras que hayan construido edificios históricos, ni nos han aportado leyendas que contar. La historia la hacemos nosotros día a día, como cuando nos levantamos a pesar de la tormenta, son nuestras acciones de hoy, las que dejarán legado a nuestros hijos.

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4. Somos una torre de Babel.

Los cancunenses somos del D. F., Veracruz, Mérida, Caracas, Buenos Aires, La Habana o Vancouver, traemos las costumbres de nuestro lugar de origen, nuestras peculiares maneras de hablar pero ya no somos los mismos, convivimos con personas que son de todos lados, haciendo cada día una mezcla heterogénea y creando una cultura aún indescifrable.

5. ¿Viveeees en Cancùuuuun? ¡Que rico!

Un cancunense en otras ciudades recibe miradas sorpresivas y quizás envidiosas cuando dice que vive en Cancún, los habitantes de otras latitudes juran que vivir en Cancún es sinónimo de vivir en la playa (literal) o estar todo el día echado en la arena, es decir vivir de vacaciones permanentemente, como si no tuviéramos más que hacer. Tal vez ni vayamos a la playa tan seguido, como los demás piensan pero si reconozcamos que tenemos acceso fácil a esta abundancia. Los cancunenses sabemos que nuestra casa se puede convertir en hotel de nuestros familiares y amigos quienes esperan vivir un poquito de lo que nosotros vivimos a diario.

Ahora las preguntas son: ¿Qué más podemos hacer por nuestro Cancún? ¿Qué más podemos dar para compensar lo recibido? ¿Cómo queremos que sea nuestro futuro?

¡Respondámonos y actuemos hoy, Cancun nos necesita!