– ¡Hombre Timor, ya es hora de que nos veamos, aunque sea a través de audio vídeo!
– Forten, sabes que tengo miedo y ahora estoy viendo a miles de murciélagos volando por las calles…
– ¿Y qué tienen que ver los murciélagos con nuestro encierro.
– Dicen que fue un murciélago que comió un bichito en algún lugar infectado de China y lo ha transmitido al ser humano.
– ¡Venga ya tío! Además si fuera así el pobre murciélago hace lo que siempre ha hecho: comer esas cosas.
– Entonces…, ¿por qué ahora ha provocado toda esta pandemia?
– Hombre habría que preguntar por el papel de la industria y…
– Calla, calla, que tu siempre estás con lo mismo y ahora saldrás con que la culpa la tiene el capitalismo.
– Pues claro. ¿Acaso no ves cómo está destruyendo la Tierra y a todos sus habitantes?
– Eso es el gran capitalismo.
– El capitalismo no necesita adjetivos ni de apellidos, es simplemente capitalismo.
– Bueno Forten, tu siempre estás igual.
– Pues tal vez cuando queramos darnos cuenta el Planeta ya no sea habitable.
– Pero qué tendrá que ver el murciélago con el capitalismo.
– Pues que comió en un lugar infecto rodeado por la urbanización, la industrialización, el desarrollo…, con sus patógenos, sus bacterias, sus virus, sus…
– Oye, mira que van a dar las ocho y voy a aplaudir.
– ¿A quién?
– A los trabajadores de la sanidad.
– ¡Ah ya! ¿Has colgado de tu ventana el cartel de “¡Sanidad Pública hoy y siempre!”?
– No, ya sabes que tengo la bandera desde hace mucho.
– Pues los sanitarios de la pública lo que desean, además del reconocimiento de su trabajo, es tener mejores condiciones y más medios.
– Bueno, eso no está dentro de mis posibilidades.
– Dentro de las tuyas, de las mías y de las de todo el que quiera.
– ¿Sí, cómo?
– Pensándolo mejor a la hora de ir a votar.
– Oye, mira que ya oigo los aplausos. ¡Hasta otra!
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