Yo amo las noches

en las que por fin estamos

mi tristeza y yo a solas.

Conservando nuestras virtudes

como regalos,

malditos

y muy valiosos.

Practicando la soledad

con satisfacción,

sin prisa para morir.

Meciéndome en canciones

y letras,

con los ojos cansados y

el corazón hambriento.

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