La vida sin etiquetas

Nombre, edad, sexo, ciudad, estado civil, código postal, ingrese aquí, caracterícese aquí. 

Me hallo inmersa entre más y más supuestos calificantes que todo ser humano se coloca en la red y en la vida para describirse como una persona.

Que mas dá. Puedo poner mi nombre y el numero social que me identifica en la tierra donde vivo, ¿Acaso no es suficiente? ¿Para que tantas etiquetas? ¡Si lo mas que necesita este mundo es que nos liberemos de ellas!

Desee dejar atrás con mis palabras las ideas que me separan del ser que tengo frente a mi en el espejo y a aquellos seres con quienes comparto las calles y la vida, solo decido ver a un corazón, un alma, un ser, que las etiquetas que lo identifiquen solo vengan de si y las pueda cambiar cuantas veces lo necesite y lo quiera así.

Nos enseñaron a contar una historia de nosotros mismos toda una vida, aunque sea historia sea dolorosa, soltarla puede resultar la más liberadora tragedia, pero ¿Cómo es eso de soltar? si solo aprendimos a acumular.

Del pasado solo debemos aprender, no llevarlo en la espalda en una pesada mochila. ¿Quién soy sin mi historia? ¿Quién soy sin la historia que me conté durante tantos años?

Tal vez es momento de soltarla y caminar liviano por tu presente, y más ligero por tu futuro.

Suelta tu dolor, abrázate fuerte y ve a la vida, ella no te pide que le pongas una etiqueta, solo que la vivas.

Gisele Troyan

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