La real pandemia

Humanos plebeyos.

Humanas proletarias.

Mueren silenciosamente…

Mientras arde el Amazonas, Groenlandia, Australia,

y los bosques en América sufren sobredosis de monocultivos.

La televisión gobierna aún,

incluso después de tanta contracultura;

lloran los espíritus que viajan hacia Alma Madre,

traduciendo el mensaje de los nimales.

¿Qué derecho tenemos como especie, el nombrar desalmados a los que comemos en nuestros platos?

-Nostálgica indiferencia-

¿Tiene que haber una pandemia, para valorar los saludos que dábamos por falsa modestia?

Oh maldita incongruencia, eres bendita por existir, y desgraciada por la evolución que nos obligas.

María Montessori, sollozas en tu cripta,

y cobran a través de tú esfuerzo,

la desigualdad provocada por los elitistas.

El dinero, fama de famélico,

cala hasta los huesos,

sabiendo que un corazón tiene precio.

Y será la roca contra las balas,

la guerra más injusta de todas…

Pero con el dios moneda no se compra el descanso.

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