Cuento: Tu eliges- Por Gisele Troyan

Cuento: Tu eliges- Por Gisele Troyan

El sol asomó por la ventana anunciando un nuevo día.

Estire mi cuerpo y disfrute de la comodidad de mi cama unos segundos. Toque mis ojos para poder abrirlos con firmeza y en cuanto puede tomar conciencia de todo lo que rodeaba los vi. Allí estaban ellos dos nuevamente, observándome, cómo cada día de mi vida.

Esperaron pacientemente que me levante, me cepille los dientes, me ponga mi ropa, beba mi taza de café y saboree mi tostada con queso crema.

Se colocaron como siempre, uno a mi izquierda y otro a mi derecha. Podía sentir sus miradas constantes sobre mi.

Yo estaba en esos días que necesitaba estar en silencio, pero sabía que no lo lograría por mucho tiempo, ya que, alguno de ellos hablaría y como siempre, debería elegir a quién le prestaría atención. En mi mente me pregunté ¿Quién será el protagonista esta vez?

Transcurrieron unos minutos más y el placentero silencio desapareció.

Con un tono calculador y una mirada astuta me dijo;

-Lo sabes. Es mejor permanecer conmigo. Yo soy realista y no ando con tanto cuento. Te muestro el mundo como es y siempre te invito a lugares seguros para transitar y habitar. Conmigo sobrevives sin riesgos. Él solo quiere llevarte a un mundo de fantasías.

No soporté su típico discurso, últimamente no deja de repetir lo mismo y yo ya me estoy agotando

-Cada día me repites lo mismo. ¿Acaso no se te ocurre otra cosa diferente?

Te elegí cada día de mi vida ¿Qué más quieres de mi? Necesito pensar. No pretendo librarme de ti, dudo que pueda hacerlo, aun así, necesito que hagas silencio, esto quiero resolverlo yo, por mi mismo.

Tu me has llevado a lugares muy seguros, no puedo negarlo, pero han sido tremendamente incómodos. El costo de sobrevivir en ellos, ha sido demasiado alto. ¡Ya no puedo más! ¡No lo soporto!

-¿¡Como te atreves!?

Yo solo quiero cuidarte, quiero lo mejor para ti, sabes que eres una gran persona para mi, toda mi vida he estado contigo

-Se que tienes las mejores intenciones y que en ciertas ocasiones has tenido razón, pero ahora es diferente, algo ha cambiado en mi.

No niego que siempre has estado a mi lado, me has aconsejado, sin embargo, tampoco puedo negarlo, tú también lo sabes, Él fue el único que me supo entender cuando le hable de esa sensación en mi pecho, en mi corazón.

Ante mis palabras se quedó callado. Pude notar la tristeza en sus ojos por saber que no estaba ganando esta batalla, sin embargo, algo en mi me decía que estaba en lo cierto, que no me retracte.

Pasamos algunos minutos más en silencio. Él me miraba fijo y en su rostro se dibujo una pequeña sonrisa cómplice.

Estoy siempre contigo- Dijo

Se acercó más a mi, estiró su mano y la apoyó en mi hombro.

Escuche un sonido a mi izquierda. Mis ojos voltearon a mirar qué sucedía y allí estaba Él. Solo lo mire con una tímida curiosidad por saber qué haría esta vez, hasta que por finalmente hablo.

-¿Otra vez lo escucharas a Él? ¿No has aprendido suficiente verdad?

-No se trata de eso. Sabes qué ambos son importantes para mi, pero ¡oye! tu dices cada cosa, el mundo no es tan así como piensas.

-Ah ¿si? Dime tú entonces como es…

-Ya lo sabes, solo observa a tu alrededor. ¿Quién soy yo? ¿Cómo podría hacer todo aquello que tu mencionas? Es motivador no lo niego, pero es demasiado pesado

-¿Acaso sentirte miserable cada día de tu vida es menos pesado? ¿Es menos doloroso?

No emití palabra. Solo dije que no con mi cabeza.

-Yo nunca voy a obligarte a que me elijas, a qué me escuches, pero siempre estaré para ti y no te diré locuras, solo te hablare de lo que puedes hacer. Lo he visto antes de que tu nacieras incluso.

Te he visto aquí también, te he visto de rodillas derrotado ante él. Yo no te pido qué me alabes pero si solo pudieras escucharme con tu corazón. Sabes qué no estoy solo, de donde provengo hay muchos como yo. Tu tampoco estarás solo.

Lo mire a los ojos confundido. Se acercó a mi y me dio un beso en la mejilla.

-Hemos pasado tan pocas aventuras juntos, si supieras todas las hermosas infinidades qué aún puedes vivir.

Por mis ojos corrían lágrimas. Me costaba entender qué alguien como yo merezca tanto.

-Llegó el momento de elegir. Es tu decisión. Tus indecisiones solo hacen que estemos aquí atormentándote cada día cuando te despiertas.

Han pasado varios años y estoy perdiendo fuerzas, quien elijas crecerá, mientras a quien más ignores solo se volverá más débil, ya no lo puedes evitar.

-Tengo que salir a cumplir con mis tareas, el mundo me está esperando, no puedo quedarme aquí todo el día.

-Entonces deberás elegir. Te quedas con él o te quedas conmigo. O eliges el MIEDO o eliges el AMOR. Tu decides con quién caminaras hoy por el mundo.

Los mire a ambos y les regale una sonrisa. Mis pensamientos inquietantes solo deseaban saber qué es lo correcto en este momento. Decidí calmar mi tormento interno y respire profundo. Por primera vez en toda mi vida escuche una voz interna que me hablaba dulcemente, me decía que era momento de hacer algo diferente, me alentaba a animarme porque según ella ya estaba listo. Retrasar mis decisiones solo me traería más dolor, y si esta vez eligìa al miedo, quizás el amor decida marcharse para no volver.

Tome coraje y mire a los ojos a el amor. Tome su mano, abrí la puerta y juntos salimos al mundo.

Desde ese día, caminamos juntos por las calles de la vida y todo se ha vuelto más ameno. He descubierto cosas maravillosas e inimaginadas para mi yó de aquellos tiempos. Cada tanto vemos a miedo, nos tomamos un café y luego nosotros seguimos nuestro rumbo, y él el suyo. Nos ha contado qué se a hecho de muchos amigos en el mundo.

Hoy camino de la mano del amor, lo elijo en cada paso que doy, y el mundo, sin dudas, se ha vuelto un lugar mejor para mi.

Por eso solo puedo decirte, MIEDO o AMOR. Tu eliges.


Con amor.

Gisele Troyan

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS