Un encuentro, un comienzo y una historia.

El frío del día era insoportable, el invierno había llegado. La temperatura era de cinco (grados-Celsius) y la gente caminaba muy abrigada por la calle, porque a pesar del frío las actividades rutinarias no eran canceladas y las de Elizabeth no eran una excepción. Como todos los días Elizabeth volvía del colegio con su uniforme escolar, tomaba el tren de las 12: 30 pm y llegaba a su casa alrededor de las 13:00 pm o 13:00 y pico, almorzaba y se retiraba al trabajo.

Ese día, que si bien no me equivoco era 26 de Junio del 2010 fue cuando se conocieron. Eran las 12:45 pm y Elizabeth esperaba el tren de las 12:30pm . Marcos estaba en la estación como rara vez asistía, esperando su tren, no acostumbraba a movilizarse mucho en ese momento de su vida, solía quedarse en su casa parroquial ya que para los sacerdotes era bastante complicado amoldarse a esta ciudad tan intensa. El señor de bigote anárquico que leía el diario estaba sentado en una de las banquetas frente a las vías. El chofer del tren avisaba por la radio que en cuatro minutos aproximados llegaría a la estación. El gerente general de ancaico SA hablaba por celular estaba tan metido ahí dentro, en su conversación, que no tenía idea de lo que sucedía ahí afuera. Los pibes, que tenían entre doce y trece años, ya lo habían fichado y ahora sabían lo que tenía que hacer. Pasados los tres minutos comenzó la acción : los pibes corrieron para alcanzar al gerente, este cuando escucho los gritos de las personas que pasaban por ahí e intentaban avisarle, reaccionó y empezó a correr también.

El viejo del diario, cansado ya de su lectura bajo el papel y estiro las piernas, el frío y la lectura lo habían abrumado. Elizabeth seacercaba a su tren retrasado (demasiado cerca diría yo). Marco noto que el tren había llegado, el gerente cayo por el tropiezo de algunas piernas de por ahí llevándose todo por delante, incluyendo a Elizabeth. El chofer de tren cuando la vio supo que iba a matarla, ya estaba hecho, pero no, alguien la sostuvo antes de que cayera a las vías, unas manos la tomaron por detrás y la dieron vuelta con gran fuerza. En ese instante ocurrió, el destino los encontró o la casualidad, quién sabe.

Se miraron un largo rato, simulando una eternidad, muy profundamente, ya no importaba nada más y se notaba que entre los dos juntaban algo. La temperatura ya era de cuatro(grados-Celsius).

Fui vidente de este suceso en la bella capital del tango, en el barrio de Once.Supuse que una gran historia estaba por comenzar, pero jamás los volví a ver y no se por qué.