El gato que nunca pudo llegar

Yo vivía a la orilla de un rió del otro lado del pueblo, este rió normalmente era de corriente tranquila y es el que dividía al pueblo de mi casa y de los pocos vecinos que tenía. De este lado del rió abundan demasiados animales desde perros callejeros y domésticos, conejos, ratones, el ganado de las personas que se dedican a cuidarlos, caballos etc. Pero los gatos son los que siempre me parecieron más inteligentes y misteriosos, siempre por las mañanas suelo ver por mi ventana la actitud de los animales; los ratones buscaban comida y se esconden en sus madrigueras, los perros iban en jauría todos juntos sin dejar a ninguno solo, los conejos tenían su propia red de túneles de pronto los veía salir de un lado después de otro, los caballos eran montados por sus dueños y el ganado solo comían pasto. Pero siempre me gustaba observar a los gatos, al parecer era una familia eran dos gatos grandes y tres más pequeños, uno de ellos que por su comportamiento protector asía su familia supongo que era el padre cazaba los ratones y se los daba a su familia, era una familia de gatos muy unida.

Después de unos meses llego la temporada de lluvias, es la temporada que menos me gusta siempre hay lodo, muchos charcos y debo volver temprano a casa porque el rio se vuelve peligroso por las noches. Un día por la tarde tuve que ir al pueblo para hacer las compras, después aproveche y pase para visitar a unos amigos y familiares, se empezó hacer de noche y ya tenía 30 minutos lloviendo tenía que apresurarme para llegar a casa, de pronto veo a la jauría de perros corriendo y ladrando parecían ir a la dirección en la que yo iba pero no le tome mucha importancia ya que estaba más preocupado por llegar a casa, casi al llegar a la orilla del pueblo al voltear me percato que los perros tenían acorralado a un gato después de ver más en detalle era el mismo gato al que me gustaba observar por la ventana. Todo paso muy rápido pero yo lo vi muy lento los perros se abalanzaron hacia el gato y lo mataron de la manera más cruel que pude haber, los perros lo desmembraban y se peleaban por las partes de su diminuto cuerpo, creo que nunca podre sacar esas imágenes de mi cabeza, después de tratar de recuperarme un poco de lo que apenas había visto, llego por fin a la orilla del pueblo al ver del otro lado del rió estaba la familia del gato mirando hacia esta dirección mojándose bajo la lluvia esperándolo, pero solo yo sabía que nunca más lo verían de nuevo.