Un sueño, tan surrealista e imposible
Como solo los sueños pueden ser:
Me encuentro bajo la nocturna bóveda estrellada,
En medio de la nada.
Respiro la fresca noche, su calma y parsimonia;
Nadie a mí alrededor.
Contemplo las estrellas, de pronto una voz a mis espaldas:
«Eh, ¿lo has visto?»
Me giro y miro, pero nada veo salvo la casa y la montaña,
Los bosques más allá, el camino bajo mis pies,
El refugio a escasos metros. Él allí, que me habla.
«No, nada. ¿El qué?» le respondo.
Mira hacia el cielo y señala: «Ahí, el agujero negro»
Levanto la vista y ahí está, surgido de la nada,
Tan natural como los pinos del bosque,
Tan posible y verosímil como las piedras del camino.
Al principio solo una luz veo, un aclaramiento:
Azul cobalto y después celeste, desde el negro profundo;
Ahora hay luz, más luz, más luz.
No es posible, expulsa en lugar de engullir;
Agujero blanco, pienso. Y es pura pirotécnica:
Veo el desdoblamiento, el pliegue espacio–temporal,
Y la distorsión, a su alrededor.
De él salen primero diminutas estrellas, que se suman
A las que ya había, pintando el firmamento.
Después manan soles más grandes, para que al final
Arroje galaxias enteras, brillantes, preciosas
Y en espiral; me siento iluminar por dentro.
Un espectáculo majestuoso que no cesa.
Me doy la vuelta y ahí hay otro agujero,
Opuesto al primero, igual de bello y poderoso,
Y aquí está Ella también, junto a mí, absorta
En la contemplación del alumbramiento.
«¿No es lo más hermoso que has visto nunca?»
Le digo, y tímida asiente y agarra mi mano,
Muy fuertemente, maravillada y aterrada.
No me preocupa el tirón gravitatorio,
Ni el Horizonte de sucesos,
Ni que nos engulla y destruya,
Ni el chorro de plasma ni la dilatación del tiempo;
Solo gozo de las tres singularidades universales
Que me rodean; y ya no temo a la muerte.
Solo disfruto de esta maravilla,
Sea sueño o realidad, posibilidad o sinsentido.
Solo son la fuerza y belleza del azar,
Del negro caos y del universo,
Expresándose libre y grácilmente,
Ante nosotros dos en un sueño;
Solo somos seres mundanos,
Grandes amantes con vidas inocentes,
Como las estrellas que se acarician con su luz.
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