La Próxima estación
La próxima estación asoma entre pensamientos. El tren apesta a historia rancia, a boletos cortados entre paraderos, a asiento de piedra bajo los isquiones y a polizón que amenaza huir por la ventana, porque escapar a veces es arte de valientes.
La próxima estación huele a chiste repetido, o amores abandonados sobre la línea férrea. Huele a última parada cuando dices ya Basta y sólo queda viajar rumbo a Tierradenadie, llevando la tarde a cuestas, uno que otro pasajero y una loca que grita en medio de los vagones; jura que le robé su escalera al cielo.
Roxana Heise
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