Te amo, ya sé que lo digo muy a menudo, ya sé todo lo que encierran esas cinco letras, dos palabras, una frase. Ya sé que puede parecer costumbre decirlo y que ahora en ese mundo ha perdido sentido decir “te amo”.

Pero yo no soy de esos que lo dicen porque sí, yo no soy de esos que esperan algún beneficio por decirlo, no espero un “yo también”, aunque no puedo negar que cuando lo dices, mi corazón enloquece.

No lo digo por decirlo, de hecho no lo planeo tampoco lo planeé cuando lo dije por primera vez, solo surgió, pero no fue de la nada, ya se venía cultivando, tú lo estabas alimentado y ese día germinó.

Siempre he pensado (y lo pienso aún) que “te amo” es una frase grande y no puede decirse al primero que se atraviese. Es más que una combinación de letras y sonidos, es una de las expresiones más bellas y más sublimes del amor. Pero aun así, con su magnitud, siento que se me queda pequeña, que necesito otra palabra, pero mi búsqueda no ha dado frutos.

Podría decir te quiero, te pienso, te extraño, te adoro, té verde, té frio… pero creo que ninguna es absoluta, por lo que mientras encuentro otra palabra, te seguiré diciendo “te amo” porque deberás lo hago y lo haré hasta que mi corazón se detenga y la sangre no fluya o quizá no termine ahí, y te ame por toda la eternidad.

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS