Repentinamente veía el paisaje como lo hacía de niño, el asiento junto a la ventana era más cómodo que de costumbre y el horizonte del paisaje alimentaba la nostalgia, no dejaba de repetir que al abuelo le gustan los paisajes en movimiento, siempre lo he creído así, no porque me lo hubiese dicho, sino por la cantidad de veces que experimentó aquella vista solo para compartir un momento conmigo, es la primera vez que no deseo que el bus vaya rápido, que tome su tiempo, aún no digiero aquella llamada las 9 pm, 3 palabras que estremecieron el mundo, mi mundo, no quiero llegar porque no estoy listo para decir que estos paisajes… le solían gustar.
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