Pérdida de contacto con la realidad

Frente a un reloj de bolsillo caigo en un profundo sueño del cual quiero despertar, recuerdos vienen a mí, sufrimiento y malas experiencias se arrojan sobre la tranquilidad que me pertenecía, destrozan mi seguridad y se alimentan del estado de ánimo del que llamaron inestabilidad, bipolaridad, depresión, esquizofrenia; ¿Qué sucede? me preguntaba, creí haberlo superado me decía mientras trataba de salir de esa profunda y desgraciada ilusión.

Al despertar me entregan un análisis verbal, cobardía al pasado me dicen con tono y mirada de desaprobación, como si fuese culpable de mi condición, ellos no saben que lucho con ese demonio todos los días, que trato de sonreír y parecer estable a pesar del mal momento que mi mente me hace pasar queriendo hacerme pensar que soy alguien más, aun así, con esas condiciones logro reflejar esa persona que todos a mi alrededor necesitan.

Harto de esta sesión le suplico al doctor darme una solución, un remedio, aunque sea un brebaje que sane este dolor, ya que enfrentar mis días así me roban mi personalidad, me consumen en una botella de vino y me obligan a pensar más de lo que debo, sáqueme de aquí, doctor, ¡por favor!.

Doctor, no estoy enfermo, escúcheme, no padezco de esquizofrenia, no tengo depresión, ayúdeme, no me obligue a ser quien no soy, simplemente soy la victima en esta situación, sáqueme de este cuarto, no me lastime, no me duerma, doctor.