He tenido pesadillas bastante fuertes, eran muy perturbadoras, extrañas y me parecían hermosas.

Comencé a escribirlas en un cuaderno, un día por la mañana lo eche a mi mochila, lo deje abierto y las personas lo leyeron. Se rieron de mi. Yo inmediatamente pensé que no era bienvenido a este mundo, y estaba en lo cierto, no querían que yo existiera.

Esta bien, no me importa en lo absoluto, siempre han hablado de mi raramente. Desde que tengo estos pensamientos la lluvia comienza con mas fuerza y pienso que me comprende por eso lo hace con mucha intensidad.

Caminaba por la calle mas larga hacia mi casa. Los arboles de esa calle se retorcieron me parece que a la dueña no le gusto y esta pensando en como cortarlo o en como enderezarlos. En verdad no me importa. Los arboles que se retorcieron ya no pueden enderezarse. Llegue a mi casa, busque el arma que mi papa había dejado oculta.

Entre hacia mi habitación. Me concentre en leer las hermosas citas que subraye de mis libros. Mire la ventana, mire la pared.

Me parecía que todo se estaba distorsionando, porque no quería mirar el arma, no sabia que hacer. Mama tardaría mas tiempo en llegar.

Dormí e intente soñar todo lo que pude.

Me levante y al final decidí tomar el arma de mi estantería. Se que cometí un error, yo era la única persona que existía en el mundo de mi madre. Y no supe como me atreví a dejarla sola, pero de algún modo el valor se dio por si mismo.

Fui hacia el espejo, mire el arma, me mire. Antes de poner el arma contra mi cabeza ya habia llanto en mi rostro. Incluso comence a llorar mas fuerte cuando me mire al espejo con el arma en mi cabeza.

El llanto aun seguia fluyendo y yo jale del gatillo del arma sin pensar. Fue extraño la bala me traspaso rapidamente todo el cerebro {una velocidad mas grande que cuando avientas una piedra al agua} y cai al suelo, el arma se quedo {por alguna extraña razon} muy alejada de mi. La sangre comenzo a tomar a camino, las lagrima ya no salian pero se que mi madre habia llegado porque senti sus brazos abrazandome fuertemente contra ella y sus lagrimas habrian paso en mi rostro.

Le cause daño, lo se, pero es que no lo pense. Me siento mal, quiero volver.

Pero es una estupidez pedir volver a la vida cuando ya has llevado 25 minutos muerto.

Pero esta bien, no me importa, se que me libere de todos aquellos que se burlaron de mi. Ahora debo imaginarme que cuando mi muerte sea notificada en toda la ciudad, todos comenzaran a extrañarme y a quererme… ¡pero demasiado tarde!

¡Aqui voy!, ¡estoy listo para otra vida!, espero que esta sea hermosa como las luces de bengala y los focos de color azul.

Las luces siempre me ayudaron a reflexionar.

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