A mi pequeño Julián

A mi pequeño Julián

Anacleto.

14/04/2020

Te acuerda Julián, te acuerda cuando eras más chico y yo te mecía en mis piernas mientras te contaba las historias de los Dioses nórdicos, de las batallas vikingas, de cuando pelee con un Ruso en invierno, ¿Te acuerdas?

Como te sabían entretener mis historias, tus ojos brillosos y tiernos respiraban anhelos mientras me escuchabas, y parecía que viajábamos a otros tiempos y otros mundos. Dentro de tantos relatos me acuerdo de uno “el Rey de Dublín” el mismo que convoco una guerra por su amada Leonora, si eso mismo. ¿Te acuerdas, verdad?

La escena, narraba la historia de una pequeña guerra en tiempos remotos, en un lugar escondido entre los verdes y fangosos bosques Irlandeses donde se libró una batalla por amor, únicamente por amor, y represento la matanza más pasional que se ha vivenciado en la historia, nunca se había blandido una espada con tanto romance y delirio; para los poetas de la época represento el tema de sus escritos y para los cantantes el sonar de sus liras. ¿Y todo por quién? Por Leonora, la preciosa esposa de eternos rayos, la bien nombrada reina de las flores y las aves, la belleza más exquisita nacida en este mundo Insensato. Hasta que un día se escapó con un Lord vecino, y su ausencia se sentido en cada baldosa del palacio, los triste balcones enlutaban sus pasos, los verdes manzanos marchitaban en su ausencia y el corazón de mi querido y ofendido Rey no encontraba consuelo ni respiro.

Cuando le llegó la noticia del lugar donde se fugó Leonora, no dudo en llamar a las filas de toda la guarnición de soldados y cada hombre joven y niño que pudiese empuñar un arma para partir rumbo al norte.

Fue en los campos floridos y cargados de roció donde los ejércitos de ambos bandos armaron sus líneas de fuego en un una mañana nublada y húmeda, mientras el aliento de los hombres ascendía en forma de vaho como previa ofrenda hacia los Dioses. Todos absolutamente todos, esperaban el soneto de los cuernos, así los hombres como hormigas in dirigidos y rabiosos se abalanzaban con vehemencia bañado el pasto con su sangre y sus gritos, mientras se desgajaban la carne viva y hundían sus hachas en las cabezas enemigas al compás en el que sus tripas se esparcían por el campo y los cuerpos caían de manera infinita despegándose de sus vidas con sus últimos alientos aun coléricos y ardientes, luego las banderas lucen rasgadas y sucias y en la tierra se encuentra el sacrifico, el retorno, la verdadera ofrenda humana.

Fue bello absurdamente bello, como el amor que se profesa bajo el cálido aliento de la cólera, un estado de exaltación furioso, incontenible, la sed de los hombres zaceada por la muerte.

El rey perdió más de 20000 hombres en esa contienda pero recupero a su amor, su único propósito, cuando se la llevaron el rey sintió que el aliento gastado en el combate no era nada comparado con las sensación de encontrar nuevamente su presencias, selectísima , inmaculada, etérea, ella se sintió anonadada por todo lo que había ocasionado un capricho vano a comparación de sus consecuencias y bajó la mirada ante quien la reclamaba mientras él se acercaba suavemente como quien seduce una avecilla del bosque, la tomo con una ternura ajena a su cuerpo cubierto de sangre y un sudor avinagrado y le beso en la frente como si besase a un hijo, después… la mato rasgándole el vientre , no le dio el presagio de la muerte, no, la despidió con la delicadeza que tal encanto se merece, y lloro su cuerpo perfecto tendido en el piso, lucia tan bella como siempre.

Si miras chicuelo, es por eso que te digo que no te asustes al ver a tu madre tendida en suelo ¿ que no la aprecia igual de bella y hermosa? sus cabellos otoñales y ondulados delicadamente esparcidos en la alfombra, sus labios aún guarda calor si quieres bésala para que te des cuenta.

Lo que acaba de pasar es exactamente lo mismo, la misma historia fascinante que te contaba cuando era más chico, no se deje llevar por la impresión de ver mis puños ensangrentados y temblorosos, es el estado de exaltación que lleva consigo estos actos que se escapan del entendimiento humano, no creas esto es una ofensa mi pequeño, esto es amor ¡

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