Rosa florecer.

Rosa florecer.

Susan

13/04/2020

Un día descubrí una extraña y nueva afición; las plantas. Esos seres que respiran y siente, tan similares a mí.

Ahora tengo una plantita en mi cuarto, me doy cuenta de que paso horas preguntándome cómo es que con mis delicados y obsesivos cuidados no he logrado que premie con una flor.

Todos los días por la mañana, la saco a tomar el sol, coloco la pequeña tacita que resguarda sus raíces y tallo, sobre la orilla de mi ventana. Paso horas observando su pequeño cuerpecillo, hasta una brisa un poco apurada podría lastimarla.

Por las tardes, con la yema de mi dedo índice, toco suavemente la tierra que la envuelve y mantiene viva, me doy cuenta de lo seca que está. Rocío unas pocas gotas de agua fresca sobre su raíz…

Cuando la traje a mí, venía en una de sus frágiles ramas una pequeña, pero muy vistosa flor rosa, amaba verla colgando y aferrándose al tallo con tanta obsesión. Al poco tiempo, cuando menos lo esperaba, murió.

Sus diminutos pétalos ya sin vida, colgaban de la triste rama, aún en pie gracias a mis inútiles pero esmeradas atenciones.

Y es aquí, justo en este instante, cuando me pregunté por cuánto tiempo más podré hacer esto. Cuidar y amar a una vida con la estúpida esperanza de que un día florezca para mí, solo para mí, gracias a mí. Someterme a algo y vivir esperando..

Olvidé que no estaba lista para cuidar a una vida, mucho menos para amarla. Porque no podía ni cuidar de la mía.

Y con mi planta encontraba un refugio, buscaba hacerla florecer, pasando por alto que yo era la que realmente lo necesitaba.

Mi planta aún no florece, y añoro ver una vez más ese tierno capullo rosa lleno de vida y amor. Pero me prometí no regarla más, dejarla vivir o morir, prometí no esperarla y vivir más…vivir para mí, florecer para mí.

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