Lucirás hermosa en mi templo.

Lucirás hermosa en mi templo.

Galocrates

13/04/2020

El ser humano es asombroso, en cuanto a su capacidad de autodestrucción se refiere; más aún cuando el individuo es perturbado por su propia mente, volviéndose así enemigo número uno del pensamiento y todo lo que habita en él. Yo llegue a declararme un sólido partidario de esa tenaz conducta; actualmente el más puro de los ejemplos tiene mi nombre escrito, letra por letra y un añadido apodo que dice: «embustero».

Nunca imagine llegar tan lejos, arruine lo que en su momento, era lo único que valía la pena de vivir, ; y en un intento por querer estar solo, acabe solo.

Lo arruiné, repito; lo arruiné, repito; lo arruiné… Lo esperado termino ocurriendo y ahora estoy justo donde me convencí que tenía que estar, lejos de una responsabilidad afectiva; lejos del único lugar donde recibía paz incondicional…

No pretendo conmover a nadie exhibiendo de manera tan explícita mi patetismo, al contrario; el flujo de los días es inevitable y todo lo que pasa tiene su razón de ser. He aquí donde reafirmo lo bonita que es la vida cuando la echamos a perder; desembocan ríos enormes de arrepentimiento que obligan/impulsan al hombre imperfecto a moverse de aquel rió en búsqueda de crecimiento, repitiendo el mismo error hasta obtener el “aprendizaje” necesario y continuar construyendo -a base de piedras que son errores y experiencias de la vida- el más bello de los templos que es nuestro cuerpo. De lo contrario se estará condenado a morir ahogado en llanto propio y desesperación.

Yo: siendo mi propio ejemplo de superación, y con una nueva idealización de vida -la de construir el más imponente y perfecto de los templos- era obvia la obviedad de salir nadando como me fuera posible; lo que ayer era arrepentimiento, hoy se convierte en voluntad avanzar, de remover impurezas en las piedras de la vida y darle un uso al error; paso fundamental e indispensable para que la resiliencia, sea un poco más amena.

Lo siguiente que debería de hacer es olvidarme de ti. A este punto uno imagina que llega a la parte más sencilla del cuento, puesto que es fácil olvidar a quien se va, o mejor dicho; es fácil olvidar a quien es obligado a irse :(. Cometemos el terrible error de ponerle rostro a aquellos sentimientos que ya no están -cuando es la ausencia y el ahora vacío del alma lo que en realidad pesa- en mi caso; el poco amor que tenia se fue corriendo detrás de ti, dejándome sin nada, más que un saco de carne y huesos.

Aun así, me es relativamente fácil borrar recuerdos. Además del autoengaño; también soy maestro del olvido selectivo; virtud que solo los que somos olvidados en las sombras poseemos…

Aunque sinceramente, había evitado por mucho tiempo, el borrarte de mí. Tenía en mente que ahora que ya no estabas; tu ausencia pasaba a formar parte del menor de mis problemas… Hay piedras mucho más grandes de mi pasado que exigían ser trabajadas de inmediato o mi estabilidad emocional seguiría siendo igual decadente que la última vez que te vi… Pero la realidad es que no sabía que hacer contigo, no sabía que forma darte, no sabía qué inimaginables maravillas podía pulir de esta triste historia, quería que fueras una pieza digna de ti, y de mí.

Ahora que tengo un mazo y un cincel, sé que necesitas un proceso especial, tan preciso y cuidadoso, así como tú lo eras conmigo… Es mi manera de pedir un perdón que jamás será otorgado, mi manera de honrar tu impecable huella en mi vida. Haré de ti, actual piedra -cuyo significado es la persona que no supe valorar- la pieza de arte más sublime que jamás haya existido. Sigo aprendiendo a utilizar mi cajita de herramientas, pero tengo la fe y la certeza de que lucirás hermosa en mi templo; en honor al único recuerdo que deseo recordar.

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