Solo por ellos.
Para recordarlos.
Por estar tan solos con sus cuerpos hacinados.
Ataúdes formados.
Interminables filas.
Tan distantes y sin distancia,
transformados en infinitos silencios.
Nadie les dejó venir a despedirse.
Otros no llegaron.
Otros ni se acordaron.
Un adiós.
Un estornudo de miedos,
ante el acongojo de contemplar tanta muerte.
Cremaciones y olvidos sin olvido.
De infinitas soledades
y de cenizas de vida reales.
Cenizas numeradas.
Ataúdes quemados.
Vidas confinadas sobre pistas de hielo esperando llamas.
Fuego y hielo.
Un sin olvido detenido.
Fuego y hielo.
Adioses y abrazos perdidos.
Soledades de dolor.
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