en ese lugar llamado
Chile
en esa casa rodeada de las cumbres Andinas
ellos fueron mis maestros, y viví la iniciación veinte años
y esto fue lo que aprendí:
que mi dolor es tuyo
y el tuyo es mio
el dolor es nuestro
y ante ello, solo puedo amarte
y tú amarme a mi
por toda la Eternidad.
cuando esto comprendí, me dejaron ir.
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