Prime acto (último Acto)

Decaer: nuevamente recorro en el mismo sentido, nuevamente en ese mismo camino, acaso uno no aprende de los golpes que ya se ha dado antes.

Laberintos pedregosos que por una vez me perdí, allá por aquel tiempo había encontrado la salida era libre, fui libre por mucho tiempo sabia el sendero por cual ir, recovecos, pasadizos secretos. Conocía este laberinto como la palma de mi mano y de pronto cuando estaba confiada en que jamás me perdería encontré murallas nuevas como si raudamente hubieran salido de la nada, mis escondites y pasadizos ya no estaban, me perdí en ese laberinto que había construido aquella vez; transitado tanto tiempo por mis pies desnudos y sucios de tanto caminar. Creía había escapado, baje mis defensas de observación, rompí códigos irrompibles. Y si, estoy exorbitantemente desorientada estas paredes son demasiado altas y no las puedo silenciar, mi valla mi fiel compañera se ha quedado en el camino. Ya no sé qué hacer, y me pregunto ¿que hice? ¿Por qué lo hice? ¿Qué pensé?

El laberinto era hermoso, hecho de arbustos bien cortados a la perfección algunas plantas con flores y otros rosales. Era una mezcla de naturaleza y arquitectura. Simplemente querías estar ahí se sentía como si fuera tu hogar, era una casa en la cual te fundías en esos muros blancos con una pintura rupestre que al mismo tiempo dejaba ver como caía el maquillaje de esas paredes de ladrillos. Por algunos ratos se podía ver hacia afuera y simplemente no hacía falta el cielo porque las estrellas se vislumbraban.

Ya no recuerdo desde que día estoy aquí, muchas veces salí pero jamás pude olvidarme de él, parece que simplemente siempre estuvo ahí afuera. Nunca pude olvidarme de sus flores de sus colores de lo mucho que me encanta encontrarme extraviada en ese lugar tan adictivo. 

Pero ese día me hice preguntas, las cueles nunca me había hecho antes. Siempre entrando y saliendo de ese lugar, era tan monótono, modificando pasadizos y recovecos. Creo que estaba cansada de tener que volver a redescubrir los mismos espacios; ese día estaba vislumbrada ante mis ojos ciegos bien cerrados.

Y si bien me encantaba estar perdida para encontrarme en ese hermoso paisaje esa vez quise que aquello no me suceda mas; esa vez fue diferente quizás cruel y al mismo tiempo tan liberante. Empecé a romper los maravilloso cuadros que estaban colgados con imágenes bellas que denotaban amor, les di otra perspectiva, empecé a sacarlos, ya no buscaba una salida simplemente estaba creándola mientras la derrumbaba. De pronto las paredes se mancharon de rojo con las pinturas, fue como un holocausto liberador corrí hasta la derecha y luego termine en el mismo lugar. Luego fui a la izquierda y me encontré con esas pinturas y sentí que me debía más destrucción, simplemente estaba creando un arte nuevo. Ya no quería mantener lo bello quería llegar a lo sublime. Y  de repente cuando cae otra pintura detrás de ella había luz, vi aquello que deseaba desde mis adentros sin saber, una puerta una escapatoria muy distinta, era un efugio con demolición, pero no estaba mal era una perfecta desolación de mis sentimos caídos pero todos juntos levantados reconstruidos estaban ahí. Piezas que estaban escondidas detrás de las paredes clandestinas, en ese hermoso laberinto oscuro que por primea vez veía claridad. Y ahí estaba yo dejando todo saliendo reconstruida de una destrucción masiva. Pero me sentía plena, feliz y nueva.

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS