Carta de renuncia

“La Calera, mayo 26 de 2016

Señora

CARLOTTA VILLA

Madre

Casa

Apreciada Carlotta;

A través de esta carta, quiero manifestarle mi deseo de renunciar al puesto de hija devota que he ejercido durante los últimos 26 años.

Dicha decisión corresponde a motivos estrictamente personales (Como usted muy bien sabe) que por medio de la presente y a beneficio de ambas partes me parece importante traer a colación.

En primer lugar me gustaría mencionar nuestro fallido intento de que esta relación funcionará como una colaboración donde ambas partes se veían beneficiadas; yo cumpliendo sus expectativas y usted amándome. Dicho fracaso, debido a “diferencia de caracteres” siendo el mío en sus palabras y cito “demasiado similar al perdedor de mi padre” y el suyo en mi concepto “demasiado cruel”. No me cabe duda que la presente renuncia nos ayudará a ambas a desarrollarnos de manera más próspera.

En segundo lugar está el hecho de no limpiarse la boca con el mantel, frase que usted me dijo por primera vez cuando yo llevaba escasos 5 años en mi puesto como hija. Dicha frase no surgió por mi desempeño previo, sino al antecedente que mi progenitor había dejado antes de él mismo renunciar al puesto de ser su esposo y por ende mi padre.

Por años dicha norma se repitió cada vez que nos sentamos en la mesa marcando mi carácter con una fuerte dosis de ansiedad y contribuyendo a mi vida sumas incontables de dolor, frustración y una constante sensación de no ser suficiente, ni para usted, ni para nadie.

Por tercer y último punto esta la principal lección que trabajar para usted me dejó: quien te ama, te hiere.

Me alegra comunicarle que dicha enseñanza a sido aplicada durante mis 25 años de trabajo arduo en casi todos los ámbitos de mi vida. Desde la niña que me jalaba las trenzas en el jardín, hasta miles de novias infieles con cabello largo y oscuro; me he asegurado de que mi corazón, siempre encuentre a aquellas personas que le causen más dolor y que le dejen huecos hondos en alma de los cuales tome años recuperarse. También en mi ámbito vocacional me alegro comunicarle que me he asegurado de encontrar una carrera que promete dolor, problemas y desfortunios: escritora.

Por estas razones, es importante informarle que a partir de hoy viernes 26 de mayo de 2016 me desvincularé de usted. Hasta esta fecha dejo todas mis labores en orden.

Quiero agradecerle la oportunidad que me dio al confiar en mí para este puesto en el que crecí. Deseo lo mejor para usted siem…”

Julieta escribió la palabra pero luego se dio cuenta de que la tinta de su lapicero se había acabado. Lo rodó sobre otra hoja impaciente, tenía sus maletas al lado y sabía que en cualquier momento tendría que tomar la flota para Bogotá, Carmen podía volver del mercado en cualquier momento.

Intentó escribir una vez más, esta vez la palabra era “Cordialmente” pero el lapicero se negó a funcionar. Su hermana menor esperaba ansiosa, el tiempo se había agotado.

Julieta, dobló la carta sin terminar y se la dio a su hermana, ambas se miraron largamente y por un momento Julieta recordó el último día al que vio a su padre antes de que se fuera para siempre. A pesar de la similitud de la situación se negó a caer en el mismo molde y abrazó con fuerza a su hermana.

– Cuando quieras puedes ir a visitarme al apartamento – le dijo abrazándola fuertemente, sintiendo las lágrimas de ella resbalar por su ruana – cuando quieras – repitió y esta vez se le quebró la voz.

Soltó rápidamente a su hermana y subió en la flota. Solo volteo una vez para ver a Ximena seguir el bus corriendo moviendo la mano en señal de despedida “estará bien” se dijo así misma. Cuando por fin, se acomodó en su asiento una serie de sentimientos contradictorios se adueñaron de ella. Uno de los principales era el sentir que algo se le había quedado.