Hoy que no te tengo siento la necesidad
de recuperar los abrazos que un día presté,
volver el tiempo y desafiar al reloj
borrando momentos que no llego a entender.
Y ten presente que aquí no fui yo
la que en traicioneros brazos se quiso envolver
y viene hoy suplicando perdón
en vientos de lo que quiere y lo que puede perder.
Te has ido y más albo me sabe el lugar,
sin máscaras ni credos de utópica fe.
He sabido inventar un «yo espiritual»
que se esfuerza en al menos preparar el café.
Y ten presente que aquí fuiste tu
el que todo el tiempo vivió en el ayer,
jugando sus cartas de inicio a final
e irónicamente te dejaste vencer.
De un adiós nadie vuelve, mi amor;
oportunidades tuviste como llanto es cliché,
no importa el ahora, no importa el dolor,
puedo ser libre contigo o con él.
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