Eran cerca de 12 o más, limitados a ese sitio; todos luchando por un último respiro de vida, porque de libertad ya no era.

Todos estaban confinados a esa pequeña cubeta; con el frío anzuelo atravesando sus bocas. Ellos cayeron en la trampa de una carnada y la vida se esfumó.

Pasaron de ser peces a pescados.

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