Nos encontramos un día,
después de no vernos
y no saber de nosotros
por más de veinte años;
tú, cargabas tus desconsuelos,
yo, bastante frustraciones,
ninguno había conservado su espacio
no éramos aquellos de entonces
tampoco nuestras reacciones
nuestras manos más lentas
nuestros abrazos cansados
nuestras palabras repetidas
nuestros besos vacios.
Ya no éramos aquellos de antes,
evidentemente,
nos había pasado la vida
y nosotros, claro está,
no nos habíamos dado cuenta.
© Daniel Mariscal
Patagonia-Argentina
Mayo 2017
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