Cómo no voy a amarte, mujer,
si fuiste quien me dio la vida,
en tu útero plácido y caliente
cuando todos me abortaban.
Cómo no voy a quererte, mujer,
si me enseñaste a querer la vida
y a conservar la calma,
cuando todos la perdían.
Cómo no voy a quererte, mujer,
si hemos andado tantos caminos,
buscando nuevas utopías,
cuando todos las abandonaban.
Cómo no voy a quererte, mujer
si hemos encontrado nuevos horizontes,
buscando abrir todas la puertas
cuando todos las cerraban.
Cómo no voy a amarte, mujer,
si en la plenitud de la vida
me has arropado en el hueco de tu falda
cuando todos me ignoraban.
Cómo no voy a quererte, mujer,
si ahora, en la noches tristes,
me has regalado tu mejor sonrisa
cuando todos no se lo esperaban.
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