Tenía ganas de escribir algo; pero no tenía idea de qué.

Decidí que hablaría de mi vida y cómo me convertí en un trozo de madera en el mar.

Se preguntarán: ¿Por qué un trozo de madera en el mar?

Muy simple: Lo único que hago es flotar.

En este gran océano llamado vida real soy un pequeño trozo de madera, flotando sin ningún sentido, dejándose llevar por la corriente; que cuando el viento lo favorece tiene buena velocidad, pero cuando no…

Todos, considero yo, hemos sido alguna vez un elemento flotante: que no sabe a dónde ir, o que lo sabe; pero que no tiene la fuerza suficiente para luchar contra la corriente, o que la tiene; pero que no se digna a hacer uso de ella.

Quisiera dejar de flotar.

Encontrar mi fuerza y luchar contra la corriente, demostrarle al mar que no tiene todo el control sobre mí, que puedo cambiar el sentido de mi vida cuando me plazca, que no soy ese trozo de madera que simplemente se deja llevar.

Pero tengo miedo.

¿Qué pasa si nado directamente hacia una tormenta?

B. Carolina Bolívar.

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