En ese efímero momento que nuestro cuerpo se encuentra debatiendo 
entre despertar de aquel hermoso sueño o quedarse viviendo esa ilusión.
desperté esa mañana, era tan temprano que el sol aún se ocultaba ante mi
el sereno del amanecer enfriaba cada parte de mi cuerpo debilitando.

mientras recorría los espacios vacíos de mi casa, solo se escuchaban mis suaves pasos que inundaban esa soledad, mientras me encontraba atrapado en mis pensamientos, un sonido apareció al final de la cocina.

El agua en una olla hirviendo para preparar mi cafe.

Entre aquel silencio comenzaron las aves a avisar que el sol estaba por pronunciarse
ante mi, el café estaba listo, aquel olor, aquel sabor, que dia tras dia me hace querer seguir despertando y no continuar soñando.

aquella mañana no cambió en nada y ahí estaba yo sentado en el porche de mi casa entre el frío del amanecer, esperando que el sol se me  mostrada con mi fiel taza de café a un lado.

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