Soy la espuma

de ese mar bravío

que te vio nacer

entre algas y caracoles,

entre el cielo y la tierra

entre ese horizonte

que se recorta a lo lejos

en el sur de un balneario perdido

Soy una ola que rompe

sobre la playa

descargando su energía

y toda su salinidad

sobre una arena sedienta.

Soy un pez que nada

a contracorriente

para escapar

de su depredador de turno

Soy una almeja que respira

apenas por un pequeño sifón

y escapa de las ruedas

de un 4×4 que pasa

Soy una piedra cubierta

con musgos verdes

que resiste con fuerza

el golpe continua de la marea

Soy un barco hundido

oxidado y abandonado

en una bahía escondida

donde ningún puerto

ya me espera.

Soy un anciano, que todos los días

canta una canción,

mientras dibuja

su nombre

en la arena mojada.

Todo eso soy:

un mar milenario

que espera cansado

que la luna lo abrace

algunas noches.

© Daniel Mariscal

Patagonia-Abril 2017

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