HEROES WAKING UP II

HEROES WAKING UP II

Sebas

01/04/2020

Los ojos de Sebastián comenzaban a abrirse lentamente, el sentía dolor sobre todo su cuerpo, cuando sus ojos estaban completamente abiertos este pudo divisar una luz de un color verde la cual le lastimaba, provenía de un ventanal con santos, estos filtraban la luz del exterior, este rápidamente recordó la pelea de la noche anterior así que se sobresaltó poniéndose contra espalda de lo que parecía ser una butaca, pero esto solo avivo el dolor de sus golpes por lo cual dio un quejido leve por el dolor. El aún tenía puesto el traje de The Reaper pero sin la máscara.

-¡despertó!-dijo una voz femenina que se encontraba cerca

Unos pasos se escucharon acercándose, frente a él se encontraba una joven casi de su edad que no paraba de verlo, con un cabello hecho de las mismas llamas del infierno, una piel muy blanca, en su frente yacían un par de cuernos que a Sebastián le parecieron de gran belleza, pero estos no parecían ser operaciones de algún tipo y con unos ojos de color celeste, ella iba vestida como una motociclista de los ochenta, una puerta se abrió y de esta entró un hombre algo mayor vestido de manera formal y una especie de medico con un uniforme algo extraño.

-veo que despertaste, me asombra que con tu edad seas capaz de destruir un edificio entero tu solo – dijo la chica quien apenas despego su mirada de Sebastián para poder ver su teléfono – yo soy Camile, fue un placer secuestrarte – dijo con una sonrisa, mientras el medico observaba un catéter conectado a Sebastián.

-Camile lo estas abrumado-dijo el hombre ya canoso

-¿Quiénes son ustedes? ¿Por qué ella tiene cuernos? – eran preguntas que yacían en la mente de Sebastián, pero de su boca solo salió una sola pregunta- ¿Qué paso con los otros sujetos?

-antes de que te mataran Camile y unos soldados interfirieron –

El joven no confiaba en estas personas por lo cual observo la puerta viendo cómo la custodiaban un par de soldados con uniformes parecidos a los del médico, el cual revisaba con tranquilidad en su tableta.

-¿Por qué ella tiene cuernos? –

-esas preguntas se contestaran a su debido momento – dijo el hombre

La chica ante esta pregunta intentó ocultar sus cuernos con su brazo

-¿Qué paso exactamente ayer?-

-después te cuento. Fue ¡asombroso! – dijo la chica –

-la verdad es que los tres hombres huyeron pero dejaron al que ya estaba atado, a este se lo entregamos a las autoridades –

Unos pasos se escucharon acercándose con fuerza

-¿Omar?-dijo Sebastián al reconocer los pasos

-¡HERMANO! – dijo un Omar algo acelerado, el cual entró a la habitación con un arma apuntando al frente

Algunos soldados intentaban contener a Omar sin resultado alguno.

-¡WOW!, tranquilo. Estoy bien-dijo alzando la mano

Omar guardo el arma que traía, por lo cual aquellos soldados lo dejaron pasar.

-buenas tardes, soy el padre Ben, de esta iglesia, no te preocupes, cuidamos bien de tu hermano, ahora tengo que explicarte algunas cosas –

-Sígueme – le dijo Camile a Sebastián, mientras el doctor quitaba la aguja del catéter – te devolveré tus cosas –

Sebastián dudo un poco pero se decidió y siguió a aquella chica de gran belleza, estos entraron a un cuarto a un lado de donde estaban, se trataba de un laboratorio algo rustico con algunos soldados y científicos. En una caja cristalina había un orbe que brillaba desde adentro. Pero cruzaron de esta a una habitación vacía.

-te responderé a tu pregunta, supón que hay tres reinos en los que dominan tres razas parecidas, los homo sapiens, ósea tú. Los guardián sapiens, o como los conocen, los ángeles. Y los inferno sapiens ósea un demonio. Yo soy mitad homo sapiens e inferno, para ser exactos, una súcubo. Al parecer tango dos mentes la de mi demonio y la mía. No preguntes como. Soy un experimento de la iglesia –

-pero que no la iglesia solo hace rezos y cosas aburridas –

-a eso voy – dijo tocando la nariz de Sebastián como si fuera un botón – así como hay tres reinos, hay también tres iglesias. La Superficial – dijo mientras daba vueltas – la cual es la que tu vez como aburrida. La interna, la cual es la épica, que se encarga de la contención de seres y objetos que pondrían en riesgo a la humanidad y de la cual soy más o menos parte. Y la negativa, o mis papis – dijo mientras daba una sonrisa exagerada – estos idiotas se las pasan haciendo las cosas de las cuales se le acusa a la iglesia superficial –

-¿la santa inquisición? –

-exacto, ya nos entendemos –

-y ¿por qué me secuestraron? –

-jeje, pensamos que eras algo dañino para la humanidad –

-¿por qué? No soy un scp-

Camile prendió un televisor que se encontraba cerca, eran las noticias donde hablaban acerca del edificio que The Reaper derrumbó

-¡de eso tenemos que hablar señorito!-dijo Omar que a pesar de la distancia podía escucharlo

-ya está en problemas, eres buena consiguiendo novio – dijo la segunda voz

-wow hasta que finalmente apareces, luego hablamos – le dijo Camile a su segunda voz

-ah, por eso, se lo merecían – dijo sin resentimiento alguno

-¿Qué? ¿Cómo puedes hablar así de vidas humanas? – dijo moviendo sus cejas algo extrañada

-era un canal corrupto del gobierno-

-¿Cómo lo sabes? –

-si yo hubiese destruido otro edificio, ellos estarían pasando un partido de fútbol o alguna idiotez así. Por cierto, ¿Qué paso con las cosas de Nights?

Camile señalo una bolsa la cual Sebastián abrió.

-por cierto. Quítale los rastreadores – dijo agarrando unos cables

-gracias –

Sebastián no dejaba de admirar la belleza de aquella chica

-¿Cómo es que puedes hacer todo eso, siendo humano? –

-tecnología, eso me da los poderes, ¿tú que poderes tienes? –

-las personas me ven como el amor de su vida pero hay una de la que te debes de cuidar, ¡súper fuerza! – dijo, tomando a Sebastián para después tirarlo y ponerse arriba de él de manera erótica

Algunos segundos pasaron y ambos jóvenes se seguían viendo, Sebastián la veía de una manera avergonzado y ella de una manera picara

-sabes, aun me duele el cuerpo – dijo casi sin aliento

-o si, perdón – dijo quitándosele de encima

-¿Cómo puedes resistir con tantas heridas?-

-me entrenaron muy bien-

-¿Quién?, ningún entrenamiento que haya visto realizado por un humano les da tanta resistencia como la tuya

-es un secreto- dijo mientras se masajeaba el hombro

-nos vamos, gracias por todo Padre – dijo Omar mientras entraba al cuarto

Camile salió primero del cuarto. Sebastián tomó la bolsa con las partes de trajes y se quedó unos segundos viendo una extraña máscara de ópera, la cual llamaba mucho su atención. Así que la tomó sin que nadie en el cuarto vacío se diera cuenta, la guardo en la bolsa. Antes de salir volvió a observar el televisor donde mostraba como en el derrumbe había muerto un médico reconocido .Este finalmente salió del cuarto.

-gracias por todo padre Ben-dijo Omar

-fue un placer –

Ambos hermanos salieron de la iglesia seguidos por Camile quien se quedó en la puerta, para que segundos después entrara de nuevo. Los dos entraron al auto

-¡ESTAS CASTIGADO! – dijo Omar

-espera un momento aún estoy digiriendo esto de la iglesia- dijo mientras se tallaba los ojos-¿Qué?, ¿por qué? –

-oí toda tu pequeña charla con ese lunático y también vi como derrumbaste aquel edificio, ¿Qué ocurre contigo? – dijo Omar alzando la voz

-¿pusiste un audífono en la máscara? –

-TAMBIÉN UNA CÁMARA Y UN RASTREADOR, como crees que te ubique-

-no lo entiendes, ese canal era corrupto – dijo intentando olvidar la noticia de aquel medico

-esa no es justificación para matar a tanta gente, que tal si mamá o papá hubieran estado ahí – dijo con semblante enojado

-con más ganas lo destruyó, ellos te trataron bien a ti por un poco de tiempo, desde que nací. ¡Ellos nunca me amaron! –

Omar se quedó viendo a su hermano con un semblante de enojo hasta que, el teléfono de Sebastián comenzó a sonar, este contestó rápidamente a su novia

-oye, ¿iras está noche a la fiesta de mi hermana?, digo después de lo que le paso al señor Richards no sé cómo estés-

-oh, claro que iré mi amor, estoy bien no te preocupes –

Omar hacia señas diciendo que no iría pero Sebastián no le hacía caso, hasta que tomó el teléfono

-el no ira, Mónica. Hay un problema familiar que resolver – dijo para después colgar – eso también forma parte de tu castigo –

-vete a la mierda—dijo Sebastián enojado

-ese maldito clan provocó esto, ellos te enseñaron a matar y esas mierdas ¿no es así? –

-el clan no tiene la culpa –

Otra vez el teléfono de Sebastián comenzó a sonar, esta vez era la alarma

-oh mierda –

-¿Qué sucede? –

-tenía una convención en la feria de la ciudad, y voy llegando tarde –

-no iras –

-no te estoy pidiendo permiso –

-si aparece otro villano, matarás a más gente –

-si ¿algún problema? –

¿Qué tal si en esa convención estuviera el señor Richards? –

Ambos se quedaron en silencio por unos segundos, hasta que Sebastián salió del auto.

-hey, no puedes ir así –

Sebastián saco una mochila más pequeña del bolso, para después quitarse su sudadera y ponerse una playera color negro y después marcharse sin otorgarle una palabra a su hermano. El solo vio como el auto conducía a otra dirección. Sebastián ya había dado la vuelta a la cuadra, cuando el ruido de una moto captó su atención.

-hey, ¿te llevó?, me queda de paso – dijo Camile quién conducía una chopper

Sebastián no lo dudo y se subió a la motocicleta

*****

-señor, ¿ahora qué hacemos?-

-sigan con el plan inicial –

****

-gracias por traerme –

-de nada-

-¿quieres venir?

-em, no creo que sea buena idea – dijo señalando la parte de su casco donde irían sus cuernos

Sebastián miró alrededor

-ahora vuelvo-

Camile se quedó por unos segundos en su moto hasta que Sebastián regresó con una máscara de aspecto de demonio asiático

-eso me ofende, pero funcionara, oye antes de ir debo de comprar algo para…. Algo, te veré en un rato-

-está bien- dijo viendo como aquella radiante chica se marchaba

Sebastián sacó algo parecido a una camisa manga larga y la coloco en su cabeza como una máscara

-bien Daredevil es tu turno de actuar – dijo para encaminarse a la convención

Sebastián se acercó al puesto de la corporación OCEAN, estos anteriormente habían intentado comprar la píldora, pero el Sr. Richards se había negado, en el puesto había un cereal con alguna especie de proteína incluida y pastillas pero era para provocarte distintos tipos de sueños. Pero no había nada parecido a la píldora. Sebastián denotaba una cara de preocupación. Por lo cual decidió ir a un puesto de helados.

-un helado de chocola….- pero antes de terminar la frase se escuchó un fuerte estruendo del edificio de ocean

-¡maldita sea! –

*****

Camile había entrado a un puesto de especias donde una amable anciana de aspecto asiático al notar su presencia abrió una trampilla en el suelo detrás del mostrador, al entrar habían diversas cosas inefables, en una se podía ver el feto de una especie de reptil con alas, en una jaula había un joven pero este estaba completamente estático, se encontraba vivo pero al parecer debía de estar así para no hacerse daño, otra señora idéntica a la de arriba la cual estaba sentada se paró para atender a Camile.

-¿Qué se te ofrece joven Akuma? –

-vengo por un encargo del padre Ben-

-ah el viejo Ben, te sigue usando de su mandadera- dijo sacando una bolsa de papel debajo del mostrador – pero bueno, a su edad supongo que apenas y puede dar la misa

La joven solo sonrió al ver la ternura de la señora.

-veo que aún tienen problemas con aquel grandulón, ¿Dónde dicen que lo encontraron?-pregunto la señora

-en peleas clandestinas de monstruos, no pudimos atrapar al que lo poseía. Desde entonces esta iracundo no para de intentar salir –

-deberías protegerte, porque no compras un báculo o algún grimorio, te serian de mucha ayuda – espeto mientras señalaba estos en el mostrador

La chica solo miro a la anciana con una sonrisa

-no gracias señora, tengo suficiente con mis poder…- pero la frase fue cortada pues se escuchó una explosión cerca de ahí

****

Camile se intentaba abrir paso mientras las demás personas huían de aquella escena, lo primero que encontró Camile fue una pared del edificio completamente destruida

-bien, es mi turno de actuar – dijo Camile

De repente la gravedad comenzó a disminuir haciendo que Camile comenzará a flotar, del polvo de aquella pared comenzaron a salir una especie de cuervos de un tamaño un poco más grande con varias piezas de alguna máquina. Después otra figura más humana salió de la pared, era una chica de pelo corto y castaño, con unas gafas de herrero de lente color azul y verde, con un pañuelo color negro y con un traje que parecía el de un ninja puesto que este estaba muy pegado al cuerpo. Esta aún no se percata a de la presencia de Camile puesto que se encontraba flotando de una manera más elegante, como si caminara en el aire, hasta que recibió una bola de fuego de Camile lo cual hizo que la mitad demonio comenzará a girar por la inercia.

-¿quién se supone que eres? – dijo la chica

-soy…. Soy – pero esta no paraba de girar en el aire – sabes que, luego pensamos en el nombre-

La chica comenzó a hacerse de un tamaño más grande, hasta que casi pisa a Camile pero esta disparo otra bola de fuego para golpearse con la pared de un edificio, volvió a disparar, esta vez a la cara de la chica.

-ese olor. Me resulta familiar – dijo al ver que alguien más se acercaba a la escena

Sebastián salía de una entrada de la convención con un traje improvisado. Ahora tenía toda la cara cubierta por aquella máscara de trapo, con la máscara de opera por debajo, pero está no se notaba y en las parte que la sujetaba a su cabeza está era de un color amarillo al igual que la parte superior de la cabeza, pasando de eso, su playera ahora era amarilla y traía una sudadera de cuero con una capucha. Este aún no se percata del cambio de gravedad por lo cual arrojo un pequeño palo de madera a la chica pero este se detuvo en el aire.

-oh mierda – dijo Sebastián quien comenzaba a ver los efectos de la gravedad

La chica tomó a Sebastián con una mano hecha del concreto de la pared está comenzó a emanar unas flamas verdes. A la chica le parecía familiar el aroma, así como los movimientos de aquel chico.

-¿Sebastián? –

-¿Verónica? –

-vaya VAYA ¡VAYA!, veo que cambias de traje como cambias de ¡PAREJA!, y veo que lo volviste a hacer – dijo mirando a Camile

Unas tuberías de la pared tomaron a Camile-

-recuerdas cuanto nos divertíamos con mis ilusiones – dijo enfadada, mientras todo alrededor se comenzaba a oscurecer – ¡¿por qué tuviste que parar todo eso?! – Dijo tomando a Sebastián– recuerdas cuanto nos divertimos en el clan, todo lo que te hacía con las ilusiones –

– sí, y después tu sentido del humor cambio a torturarme – de sus ojos emanaba un brillo violeta

-¿ENSERIO? – dijo mientras alrededor habían escenas del pasado de Sebastián, donde este entrenaba junto a Verónica

Sin darse cuenta Verónica había avanzado hacia la convención, abandonando el campo anti gravedad, así que Sebastián se cayó, atravesando aquella mano de concreto.

-sabes, no lo necesito – dijo tomando de nuevo a Sebastián con la mano

Aquella mano sujeto tan fuerte a Sebastián que por poco hace que sus huesos se rompieran, pero ella decidió torturarlo de otra forma, por lo cual golpeo una de las columnas del edificio provocándole así un gran daño que se vio reflejado en un grito de Sebastián, después de tal destrucción alzó aquel puño y lo estampó contra el piso.

-todo es tu culpa Sebastián – estampó otra vez a Sebastián contra el piso – necesitaba mi tiempo –dijo envolviendo en una bola de concreto a Sebastián – que ingenua – dijo arrojando la esfera a otra columna rompiéndose así y dejando muy malherido a Sebastián – que tonta – los trozos y Sebastián comenzaron a moverse hacia otra columna – yo creí que todo esto iba a ¡funcionar! – algunos puestos de la convención comenzaron a desvanecerse –me trataste tan mal que me tuve que ir del clan– y aquella chica comenzó a multiplicarse y rodeó a Sebastián – pudiste haberme dicho que por lo menos pudimos ser amigos – las copias comenzaron a taclear a Sebastián hasta que una se colocó en frente de él – no pasó – y alzó el dedo mandando a Sebastián hacia arriba y rompiendo el techo.

Aquel chico golpeó el techo del segundo piso y está también se rompió subió unos cuantos metros sobre el techo para después tomarse de una de las aberturas del primer hoyo y caer al piso de una forma segura, ahora todo era oscuridad a excepción de la parte del hueco,

-dijiste muchas mentiras en esa frase y tú bien lo sabes- grito mientras miraba alrededor y después esquivo una especie de cable

Este observó de dónde provenía y vio a Verónica con algo parecido a sus lanzadores, los cuales después iluminaron otros cables que yacían cerca de otras columnas.

-lo siento tanto mi amor – dijo para después tirar de los cables

En ese momento el edificio colapso sobre Sebastián, este vio todo oscuro posiblemente se había desmayado, pero después de unos segundos este despertó, sus ojos emanaban un humo de color púrpura debido a la máscara, sobre el yacían trozos del techo ahora en escombros por lo cual este comenzó a levantar los escombros haciendo un gran esfuerzo, pero le era en vano puesto que apenas levantaba un poco, sintió unos pinchazos en la cara y recordó el momento exacto en que aquella garra atravesó a su maestro, esto lo hizo enfurecerse e hizo otro intento, esta vez logró levantar el escombro, lo suficiente como para que logrará escapar, al salir vio como Verónica llevaba una caja de madera algo grande, Sebastián tomó un escombro y lo arrojó hacia ella, este impacto de una manera elegante contra su nuca está volteo y observó a Sebastián

-Maldita sea – ella comenzó a alzar varios escombros y a formar una especie de monstruo conformado por dos manos y una fantasmagórica cara.

Sebastián ya se estaba cansando por lo cual solamente corrió hacia la cara y espero que una mano lo golpeara, pero este fue más rápido y salto hacia la mano para después saltar a la otra que estaba más cerca

-pero que- dijo Verónica bastante asombrada

Tomó uno de los escombros y tomando altura lo arrojó hacia las gafas de Verónica rompiéndolas haciendo que los escombros se cayeran, Verónica se desmayó por el golpe.

*****

Camile aún intentaba liberarse de aquellos tubos, mientras seguía disparando a aquellos cuervos, los cuales no la atacaban sólo robaban algunas piezas tecnológicas. El edificio de la convención se había desplomado, por lo cual Camile quedó asombrada y espantada por pensar que le pudo haber pasado algo a Sebastián. Otra persona comenzaba a salir del agujero, este era Gravition pero con un traje más avanzado y con una máscara robótica de la cual escapaban unos pelos rubios. Camile al ver esto decidió mejor mantener las llamas en sus manos, para después romper las tuberías, pero de poco le sirvió, pues aún se quedó suspendida en el aire.

-¿Qué mierda? – dijo Gravition

Camile le arrojó una bola de fuego, sosteniéndose de los tubos para no salir volando otra vez. Gravition solo coloco uno de sus brazaletes para protegerse. Después de eso atrajo a Camile con la gravedad, haciendo que esta no se pudiera mover.

-¿tu quien mierda eres? – Dijo Gravition, para después dispararla contra una pared – no importa, si conoces a The Reaper salúdamelo – dijo mientras atraía unas cajas para después marcharse con estas. Sebastián quien salía de aquella niebla oscura, se acercó rápido a ver a Camile, puesto que apenas salía de pelear con Verónica.

-¿estás bien? –

-no, ¿Cómo sigues vivo? – dijo mientras salía del cráter que se había formado en la pared, para después abrazar a a Sebastián –

-¿lo atrapaste? –

-¿Qué? –

-no lo atrapaste, ¿Cómo puede ser posible? ¡Cómo puedes ser tan descuidada! – dijo alzando la voz sin darse cuenta del estado de su compañera

-¿por qué no tienes expresiones faciales? – preguntó mientras intentaba no llorar, no por el dolor si no por que la habían regañado

Sebastián apenas se estaba dando cuenta de su forma de actuar.

-perdón-

-hey ustedes – dijo un chico que estaba entre una multitud que estaba por los escombros

Ambos héroes se dieron cuenta de cuántos los veían y los aclamaban, por lo cual la escena se volvía épica.

-soy The Defender – dijo Sebastián

-y yo soy…… Luego pensamos en el nombre –

Todos comenzaron a aplaudirles mientras estos subían a los escombros de la convención. Algunas partes aún seguían en pie como un baño portátil que había sobrevivido, Sebastián se acercó a un traje de The Reaper.

-hey – dijo un chico – era de mi puesto, te lo regalo

-gracias –

Mientras Camile regresaba a su moto aún con la máscara de demonio puesta. Sebastián entró al baño. Se quitó la máscara de tela frente a un espejo algo roto para ver como aquellas espinas de la máscara de opera se volvían más grandes por lo cual decidió quitársela. Utilizó mucha fuerza hasta que finalmente se la quitó, mostrando en su cara las marcas de las espinas, pero sin provocar sangre. Cuando este salió del baño aun con el traje de The Defender, miró como todas las personas habían desaparecido y Camile se encontraba inconsciente en el suelo Sebastián voltio a un lado y vio como Verónica se marchaba con aquellas cajas por lo cual Sebastián tomó otro escombro y lo arrojó con elegancia a su cabeza, pero justo en el momento que impacto el escombro todo se comenzó a desvanecer, ahora Camile era la que había recibido el golpe, las personas de la convención se encontraban inconscientes, del otro lado estaba Verónica con las cajas lista para irse y así fue puesto que a Sebastián no le dio tiempo para reaccionar, por lo que no le quedó otra más que dejarla escapar puesto que no tenía las energías suficiente para perseguirla, se acercó para auxiliar a Camile, está yacía inconsciente y con un poco de sangre en su cabeza.

****

-el plan funcionó señor –

-Ahora pongan en marcha el proyecto 101 –

****

-¿Cómo esta ella? –

-esta consiente- dijo ben

Los dos quedaron viendo el suelo por unos segundos

-notas que la violencia extremista no es la solución – dijo ben

-yo pensé que era Verónica –

-la pudiste haber matado –

-no era mi intención –

Un ruido se escuchó a lo lejos como metal golpeándose

-podrías intentar cambiar, dejar de matar – dijo el padre para después ver de dónde – si quieres puedes ir a verla –

Sebastián se quedó unos segundos viendo la máscara blanca y como las espinas de esta se habían desvanecido, unos segundos habían pasado hasta que Sebastián entró al cuarto. Camile se encontraba recostada en la misma butaca en la que despertó el joven, Sebastián se acercó y está solo lo miraba con un semblante el cual no parecía de alguien enojado. Al parecer eran las únicas personas en esa sala.

-hola – dijo Camile

-hola, yo lamento lo que te hice- dijo Sebastián mientras tomaba una silla para sentarse

-no es tu culpa no te preocupes – dijo mientras tomaba la mano de Sebastián

-si lo es, si no hubiera entrado a ese baño, tú estarías bien y Verónica no hubiese escapado –

-hay cosas que no se pueden evi…- pero corto la frase en seco pues un quejido se escuchó después – ayúdame- dijo de manera rápida

-¿a qué? – dijo preocupado

-ayúdame a quitarme la camisa – mientras esta se levanta a un poco

Sebastián dudo un segundo pero después recordó que esta no era una chica normal, así que la ayudó

-ahora revisa que hay en mi espalda –

-oh por dios – dos bultos se asomaban detrás de sus hombros provocándole un fuerte dolor a Camile

-hay dos bultos verdad – mientras apretaba un poco la cara por el dolor

-si-dijo Sebastián evitando el hecho de ver a su compañera sin camisa, por obvio respeto hacia su persona

-genial, toma este cuchillo y corta en los bultos – sacaba una navaja de su bolsillo y se la daba a Sebastián

Este veía como esos bultos se movían así que abrió la navaja y comenzó a cortar, mientras Camile aguantaba más dolor, al terminar la incisión este observó como una extremidad salía de esta así que prosiguió con la otra mientras veía como brotaba sangre del primer herida. Cuando terminó pudo ver que eran en realidad. Unas alas de ave de un color oscuro pero opacado por la sangre salían de la espalda de Camile.

-genial, gracias – dijo tomando su navaja, esta decidió pararse aún adolorida. Extendido aquellas alas, para después abrirlas de manera abrupta dejando sangre esparcida por toda la sala y mostrando unas hermosas alas de un color negro.

Sebastián observo aquellas hermosas alas adornando la espalda de su compañera.

-está comenzando a oler a humo, ¿es eso normal? –

-no – dijo ella mientras tomaba su camisa y le abría dos agujeros en la espalda para que se le hiciera cómoda

Ambos jóvenes salieron de la habitación y notaron como parte de la iglesia estaba en llamas, algunos agentes se acercaban con armas a una puerta que conducía hacia un sótano, de inmediato comenzaron a buscar al padre Ben pero sólo sentían como las llamas se hacían más calientes, hasta que bajaron al sótano donde el ambiente había cambiado, ya no se trataba de una iglesia en llamas sino en un laboratorio en llamas, algunos soldados los acompañaban, la temperatura variaba constantemente de caliente a frío, el sótano se conectaba con otras salas, los jóvenes avanzaron hasta llegar al sitio de dónde provenía el calor esta era una sala con una especie de jaula de cristal ya rota en la que se encontraba una criatura de gran tamaño, con aspecto humanoide, pero en llamas, la cual sostenía al padre ben del cuello con una sola mano, el padre sólo voltio a ver a Camile.

-corran- exclamo antes de que la criatura arrojara su cuerpo hacia una pared

El padre a pesar de su edad logro levantarse, tomo el arma de uno de los agentes ya en el suelo y comenzó a dispararle a la criatura, esta solo lo golpeo con su brazo arrojándolo hacia otra jaula de cristal. Esta no se rompió, fue hasta que aquel monstruo lo embistió que rompió dos paredes de vidrio. Ambos jóvenes comenzaron a correr para rescatar a Ben, Camile ataco a la bestia envistiéndola devuelta, mientras algunos que los soldados le disparaban. Sebastián intentaba cargar el cuerpo del padre, ahora inconsciente, pero sin su armadura este apenas podía arrastrarlo. Camile golpeo a la bestia volcánica pero esta de un simple golpe logro lanzar a Camile hasta donde estaba Sebastián, rápidamente la chica se volvió a incorporar, ambos chicos estaban ya en la puerta, por lo cual Camile ayudo a levantar a Ben y salir finalmente dejando atrás a los soldados. Pará los chicos pasar la puerta no era gran cosa, ni para el monstruo que a pesar de su gran tamaño esté rompía fácilmente los marcos de las puertas mientras embestía los soldados para poder salir, al dúo solo le faltaban unas salas para poder salir.

-¡auxilio! – se escuchó pero fue de una voz ya débil incluso para los odios bastante desarrollados de Sebastián le fue incapaz de oír aquel pedido de auxilio

La criatura en cuestión se trataba de un hombre que carecía de ojos, nariz y orejas parecía un maniquí, exceptuando que su cuerpo estaba repleto de bocas de distinta forma, se encontraba vestido con un uniforme de la iglesia. La criatura en llamas si logró escuchar a esta criatura por lo cual decidió buscarla y la encontró en una jaula parecida a la suya.

-¡no! Por favor aléjate de mí – decía la criatura de bocas

La otra criatura por su parte musito algo en una lengua extraña

-¿Qué? Estás loco si piensas que te ayudaré –

Aquella mole de llamas solo golpeo el cristal para hacerle un gigantesco hoyo del tamaño de su mano, después las llamas de este se volvieron más fuertes por lo cual la otra criatura tuvo que retroceder. El cristal se derritió lo suficiente como para que aquel ser entrará

-¡no! ¡Aléjate! – mientras intentaba huir pero el ser de llamas. Finalmente lo tomó.

****

Los chicos se encontraban afuera de la iglesia la cual se encontraba en ruinas mientras ardía, una multitud de gente se acercaba para chismosear acerca de que había pasado, por lo cual Camile guardo sus alas dentro de su camisa y después se colocó su chaqueta de cuero que tenía en su cintura. Sebastián observo maravillado como cuatro criaturas salían de diversas partes de las llamas para después alejarse, un grupo de esferas de diversas formas y tamaños acompañado seis formas que asemejaban a alas de oscuridad se dirigían al norte, por otro lado una especie de perro con una extensa cola y de textura fangosa iba hacia el este, de pronto el fuego se avivo puesto que un ente parecido a un torbellino salía de las brasas y se dirigía a unos edificios mientras arrasaba los cristales, una especie de vertebrado con aspecto arácnido comenzaba a trepar algunos edificios de la zona alejándose así de su antigua prisión. The Defender se encontraba anonadado por lo que observaba, alguna especie de horror cósmico combinado con una familiaridad con esas criaturas.

-¡él fue!- dijo una señora bastante descuidada la cual llevaba una biblia y un rosario, aquella señora se cubría la cabeza con un pañuelo exponiendo así sus horribles facciones – ¡el quemo la iglesia y libero a los demonios del averno que consumirán el mundo por culpa de los pecadores! – Ella ignoraba completamente que The Defender había rescatado al ya malherido padre Ben – él y la parca son dos de los cuatro jinetes del apocalipsis

-señora, yo no provoque el incend…- pero una lata impacto sobre su cuerpo, ahora varias personas le gritaban y arrojaban cosas

The Defender comenzaba a enojarse por lo y esto se veía reflejado en sus puños los cuales se cerraban, Camile al notar esto, decidió tranquilizar a su compañero.

-hey, no vale la pena- dijo tomando su rostro con sus suaves manos

Hasta ese punto la multitud noto a Camile pero sin ver sus cuernos puesto que los cubría con sus rizos, así que también recibió basura que arrojaban además de insultos pero a esta le interesaba más tranquilizar a Sebastián así que lo miro con sus ojos color celeste. El joven volvió en si dejando la furia de lado.

-está bien, vámonos-

La joven tomo su motocicleta que estaba estacionada en la acera y subió al padre Ben el cual ya se estaba despertando.

-conozco un lugar para refugiarnos, solo sígueme – dijo mientras estiraba la mano, pero recordó que no poseía sus ganchos.

-maldición-

– parquita, dame tu número, me das la dirección y haya te veo –

Sebastián hizo caso, así que como todo un héroe, tomo el autobús. La chica en la motocicleta se daba cuenta de lo que había pasado, de cómo había perdido su hogar por lo cual denotaba un poco de tristeza. Mientras tanto en el autobús Sebastián tenia pensamientos más profundos, pues aquellas criaturas apenas se podían describir, quizás se había vuelto completamente loco y ahora se encontraba en un manicomio, puesto que aquellas bestias le calaban los pensamientos. Vio como un niño se le acercaba.

-señor defensor- porque no escala los edificios –

-reprobé escalar como el hombre araña – dijo sarcástico

-oh, lo lamento- dijo con inocencia

Aquella inocencia le parecía calmante, puesto que el nunca había poseído pizca o rastro de esta.

-Auri vuelve aquí – dijo la voz asustada de la madre

Defender se percató de como todas las personas el autobús se encontraban de un solo lado alejándose del héroe

-lo siento-dijo mientras miraba como las personas que antes le arrojaban cosas se encontraban rezando en la acera a pesar de la lluvia que comenzaba a emanar- ¿dejar de matar?- pensó

De pronto el bus se estremeció haciendo que el héroe se tambaleara. Una especie de felino mecanizado se hallaba afuera golpeando el autobús. Este dio un zarpazo desgarrando el metal de este, rápidamente The Defender se bajó del transporte. Él se percató que estaba cerca del instituto IRON el cual aún se encontraba acordonado por lo cual corrió hacia esta mientras aquel gato mecanizado lo perseguía.

-¡que acaso no me recuerdas! – Dijo una voz humana pero con un tono cibernético como si sus cuerdas vocales hubiesen sido restauradas con tecnología – no, tú ni siquiera me notabas, nadie me noto –

La voz le parecía algo familiar, mientras corría veía como aquel perro fangosamente titánico apareció en las puertas de la escuela, este comenzaba su carrera hacia el héroe, por lo cual Defender se deslizo bajo este dejando que comenzara a pelear contra aquel ciborg. Ahora el héroe podía ver de qué se trataba en realidad, su extensa cola tenía una mano al final de esta, sus patas parecían las de un mono sus orejas eran pequeñas y muy puntiagudas, a Sebastián le parecía familiar esta criatura. El joven tenía curiosidad de que se trataba, por lo cual tomo acción y con ayuda de la máscara de opera comenzó a empujar a la bestia mecánica. Esto solo provoco que diera un zarpazo por lo que la criatura huyo gritando y dando alaridos que solo dioses podían comprender. Ahora la situación era peor puesto que el héroe no contaba con algún tipo de apoyo. Por lo que todo el peso del metal cayó sobre él.

-qué bueno que The Reaper no está aquí, o si, tu eres el o no Sebastián – dijo mientras su pata presionaba el pecho de Sebastián

-¿Max?- dijo mientras la pata lo presionaba con mayor

-no soy ese idiota – dijo pateando a Sebastián

El joven cayó cerca de la entrada de la escuela. Sabía que no podía hacerle frente a esa bestia, por lo cual se logró poner detrás de la recepción. Pero la embestida de aquella bestia destrozo a esta y empujo a Sebastián hacia las escaleras, la poca energía que le quedaba apenas le servía para continuar, comenzó a escuchar como la lluvia comenzaba a emerger, subió las escaleras mientras aquella maquinaria lo cazaba, el héroe usaba todas su energías para continuar cada herida en su cuerpo se sentía como si fuera de mayor tamaño, en un punto logro tener suficiente distancia con la bestia por lo cual esta se encontraba subiendo las escaleras del piso anterior, así que Sebastián entro a un laboratorio para ocultarse. El lugar estaba desolado, con cristales rotos y papeles en el suelo, la bestia había subido al siguiente piso por lo cual el joven podía inspeccionar con silencio. En un lado habían unos casilleros, uno de estos tenía la terminación R. W. así que supuso que era el casillero del sr. Richards, este lo abrió con ayuda de la máscara puesto que solo estiro las aberturas evitando hacer ruido por el rechinido del metal. Dentro estaba la computadora de Richards, por lo cual la tomo, en una pared había un botiquín por lo cual lo tomo, dentro había una jeringa de presión y unos frascos de morfina, así que se inyecto un poco para soportar el dolor de sus heridas, ahora lo único que le quedaba era huir de ahí sin ser presenciado por aquel gato ciborg. Al parecer su búsqueda había terminado puesto que este bajo hasta el piso en el que se encontraba Sebastián.

-sé que estas aquí- dijo mientras inspeccionaba los salones a su lado – sabes, creo que ya me estaba haciendo notar cuando justo me tiraste al rio, supongo que fui el único sobreviviente de todo el autobús, yo ni siquiera apoyaba al idiota de Max en su estúpida pelea-

Sebastián aprovecho que entro a un salón para poder lanzar un cristal a otro salón y provocar una distracción, la bestia entro rápidamente al salón, lo cual le dio el tiempo suficiente para que el chico saliera. En ese momento la bestia mecánica salió del salón y observo parte del calzado de The Defender salir por las escaleras así que comenzó a perseguirlo otra vez. Sebastián no vio otra opción más que saltar de piso en piso por el agujero que dejaban expuesto las escaleras. Pero la bestia era rápida e imito la acción dejándose caer y arrastrando a Sebastián con él. Amos cayeron al primer piso. A pesar de la morfina el héroe podía sentir un inmenso dolor, este rápidamente se incorporó corrió hacia la salida, pero unos proyectiles impactaron contra él y estos explotaron en su espalda haciendo que saliera del edificio. Otra vez se incorporó y volvió a acelerar hasta que salió de la cuadra mientras que esa bestia aun lo perseguía. Este cruzo la calle rápidamente y sin fijarse un autobús choco contra el.

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS