​HAY UN SUEÑO QUE ME PERSIGUE

​HAY UN SUEÑO QUE ME PERSIGUE

Lauchon Gomez

27/04/2017

¡Basta! ¡No me inviten más!, ¡No quiero ir a ninguna parte con ninguna de ustedes!, eso ya se terminó.

Si ya sé, muchas veces en mis peores momentos supliqué a cualquiera de ustedes para que me saque de esta vida monótona, sufrida, aburrida e injusta hasta el cansancio, pero eso era antes, ahora todo cambió.
Ahora siento que mi lugar hoy por hoy está aquí, ahora tengo personas que me quieren y me necesitan.
Tengo miedo todas las noches, mucho miedo porque hace unas horas mientras dormía en mi cuarto, sombrío y oscuro, las volví a soñar.
Yo estaba exhausto por el trabajo después de un día caluroso y demoledor, estaba esperando el colectivo para volver a mi casa, y en tan solo unos minutos, el cielo entero se cubrió y oscureció de una forma tan repentina como siniestra, la tarde se convirtió en noche, el viento sacudía con fuerza las copas de los arboles, no pasó mucho tiempo para que se soltara una terrible tormenta, en tan solo unos minutos las calles son un torrente de agua negra, hojas y basura desparramada por la lluvia y el viento. No podía llegar a mi casa, no tenía ningún lugar para guarecerme. Giré la vista a mi derecha y pude ver un canal caudaloso que estaba a punto de desbordarse y en su caudal con mucha fuerza, desde lejos pude ver que llevaba 3 ataúdes.
De pronto apareció por la calle inundada un auto negro, era largo y se notaban unas ventanillas rectangulares a ambos lados y a través del vidrio se podían ver unas letras negras y doradas, pero por más que quería leer lo que decía, no pude descifrar el mensaje.
Se paró a mi lado el negro vehículo, se abrió una puerta grande desde atrás, esto dejó que se cayeran al agua unas hojas circulares con flores también en forma de circulo, estaban adornadas con unas cintas de color morado, quedé espantado cuando desde adentro del vehículo se escuchaban voces que decían mi nombre y me empezaron a llamar, me di cuenta que quien me llamaba era mi tía N____, (la recuerdo en las siestas bajo el calor narrando historias de miedo, donde citaba a duendes, demonios y apariciones de las noches oscuras) alcancé a ver su cara a pesar de la oscuridad que había dentro del coche, la notaba muy triste y demacrada.
-Vamos, -me dijo- subí ya al auto, te puede agarrar una pulmonía debajo de esta lluvia, fíjate como se mueven esos cables eléctricos por la furia del viento, en cualquier momento podes morir electrocutado, te vamos a llevar a un lugar más tranquilo, vas a estar bien, te lo juro.
-No, prefiero quedarme aquí hasta que pare un poco la tormenta -le respondí-, les agradezco la atención pero no voy a ir con ustedes.
-¡No seas tonto! Correspondería estar agradecido de que nos preocupemos por vos, basta ya de tu insensatez y subí al coche de una buena vez. Este lugar está infestado de duendes y demonios, te lo advierto.
Me insistió tanto para que suba al auto, varias veces le dije que no, le repetí que prefería quedarme a esperar que pare la lluvia y llegar a mi casa, entonces en ese mismo momento escuche un grito de mi tía B_____ (que fue la persona que me crió desde muy pequeño, desde el momento que había quedado huérfano)
con la cara desquiciada por los nervios, me hizo conmover de miedo,
-“¡No seas Imbécil! Siempre fuiste un inútil y un bueno para nada, ¿acaso estás esperando que te electrocutes o te caiga un rayo en la cabeza? te ordeno que subas ya mismo, caso contrario te vas a arrepentir, esta es la última vez que te lo digo, cuando más grande te volvés, sos más estúpido, realmente siempre me tuviste harta”,
entonces un momento antes de subir al oscurecido auto, conseguí fuerzas de algún lado y por primera vez, la desobedecí a pesar de sus gritos y amenazas.

Un poco más atrás, sola, callada e indiferente en un rincón, pude ver a quien fue mi mama biológica, A_____, a quien nunca llegué a conocer del todo, como siempre, no me dijo nada, ella se quedó muda cuando me vió, en la cara tenía algo así como un gesto de desprecio que me dolió mucho y me vino a la mente el siguiente pensamiento: Que lindo hubiera sido para mi alma que alguna vez ella hubiera acariciado mis cabellos y me dijera «te quiero mucho hijo».
Cuando me di vuelta ha la calle, pude ver que había parado ya de llover y que el agua estaba bajando, tímidamente entre nubarrones el sol luchaba por asomar, fue entonces cuando rápidamente me alejé y empecé a correr de ahí, mientras me alejaba podía escuchar las risas, las mismas risas que me persiguen como una sombra y después me dan vueltas en la cabeza durante todo el día.

Por fin me desperté, recién entonces recordé que ellas tres, llevan ya muchos años desde que fallecieron, ¡sentí mucho miedo, porque me pareció que era algo así como un aviso de algo! estaba transpirando y sentía escalofríos por la fiebre que tenía, sentía unas punzadas muy dolorosas en el pecho, allí, en ese mismo momento recordé que tenía que ir al médico, quien me pidió que me haga unos estudios de urgencia.

Ya no sé cómo hacerles entender que no me inviten mas a llevarme a ningún lado, ya sé que muchas veces les pedí que me llevaran a un lugar lejos de esta vida monótona, sufrida, aburrida e injusta hasta el cansancio, pero ahora todo cambió, lo único que quiero es curarme pronto de esta puta enfermedad y estar bien junto a las 4 almitas que me quieren y me necesitan…

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