Tarde de sueño

Tarde de sueño

Paco Cruz

30/03/2020

A la chica del columpio

Suavemente sobre mi hombro reposaste tu cabeza
y el resto de tu cuerpo sobre el mío descansó.

La más delgada manecilla no contaba
ya una vuelta,
cuando sobre tus rizos caía profunda
la alta y obscura nube del sueño;
inmoble me quedé allí,
guardando y velando tu descanso.

Te observé quieta, apacible,
inalterable e interminable.
Observé el bello baile de los cuerpos dormidos:
serie consecutiva de contracciones aleatorias,
inagotables y hermosas
que tornan tu sueño tan dulce, tibio y puro
que me seduce a alcanzarte
en las tierras lejanas de un lejano país.

De pronto tu cabellera,
movida por voluntad propia,
a acariciar mi mano principió
y al instante tu ser reposante,
tras hacer a mis ojos cautivos,
comenzó -descarado- a arrullarme sin parar.

A Hipnos doy pelea justa;
mas no siendo más que mortal,
pierdo y cedo a él.

Al instante en que tus ojos se abren,
caen presurosos mis párpados cerrados.

Reposas ahora despierta y yo caigo rendido,
mas un abrazo te pido
para soñar contigo.

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