Un héroe y una villana. Un demonio, como se hace llamar a sí misma.

La única persona que se ha fijado en mí, y es del bando contrario.

¿Pero qué bandos?¿ Acaso no es la personalidad y acciones lo que hacen buena o mala a una persona? ¿Qué me hace a MÍ ser el héroe?

¿O es que sus dulces palabras me han engatusado, sus caricias y sus besos hechizado, su mirada penetrado a lo más profundo de mi ser, desde donde controla mi sentir y querer?

-No, amigo mío. No seas ridículo te suplico- Se escuchó aquella voz, retumbando entre los pasillos, las esquinas, los bordes y techo de aquel oscuro lugar.

Un lugar donde parecían gobernar las arañas, donde la inteligencia se había trastornado en locura. Un lugar donde las voces se materializaban en personas, y todas eran una, pero ninguna eran todas a la vez.

Johnny era uno de los más fuertes. Yacía dormido entre la pestidumbre de su sangre. Tanta sangre derramada por su culpa, tanto dolor ocasionado por las pocas veces que se levanta y toma control sobre el lugar.

-Él estaría orgulloso.- dijo un eco como todos los demás. Un pensamiento más que no hacía más que ocasionarme dolor de cabeza.

Tal vez en primera instancia podría agradarle la idea de una «chica mala» a nuestro lado. Pero estoy más que seguro que la rechazaría al más mínimo indice de infidelidad. ¿Por qué? Fácil.

Él se alimenta de celos. Cada emoción negativa le da más y más fuerza. Y no por eso su propósito de existir es pura maldad, o solo generar dolor. No.

Él nació del dolor. Se alimenta del dolor, crece con las inseguridades que entran por mis oídos, horribles palabras que me dijeron y muchas otras que aún escucho. Pero Johnny… Él solo quiere lo mejor para mí.

Puede que sea un idiota. Puede que sea el irraciocinio y la venganza en un mismo ser. Pero es astuto, perspicaz, su instinto es casi sobrenatural, y lo que busca es protegerme a toda costa.

Él me conoce. Él conoce mis debilidades, se vuelve más fuerte con ellas, sabe cómo herir a quienes me hieren.

Y por ello, él no estaría de acuerdo.

Por que sabe que tipo de persona soy. Cuales son mis ideales, cuales son mis verdaderos sentimiento hacia la justicia y el querer ayudar a otros… Lo respeta. Respeta que tenga un sentido de lo que es correcto tan desarrollado, y por eso duerme la mayoría del tiempo.

Cree que puedo manejar las adversidades, que he madurado y mejorado como héroe.

Pero también sabe lo solitaria que es mi vida. Sabe mis fuertes deseos de pasar el resto de mis días junto a alguien.

Sí, es una frase de anciano solterón, pero el sentido de la frase, es no saber cuando puedes morir. Por que ya diste lo mejor de ti, ya viviste todo lo que querías vivir, ya fuiste feliz. Y ahora solo te queda hacer feliz a alguien más. Y yo, sinceramente… no sé cómo hacer feliz a alguien más.

Soy un héroe. Uno que ha salvado a varios de mucho sufrimiento, y unos pocos de la muerte. Pero si tuviera que verme a mí mismo atado a una silla, con una bolsa en la cabeza, suplicando clemencia… Solo miraría a otro lado, y aceptaría nuestro doloroso destino.

-Por que ese es tu final. Por que se lo «spoileaste» a todo el mundo, años antes de que sucediera. Por que no hay otro asesino más que tú mismo. Aquel que tira del gatillo.-

-Pero entonces vendría Johnny, ¿no es así?- se escuchó una muy desesperanzada voz, pues sabía la respuesta.

-Su cometido original era matar. «Mátalos a todos, y luego a ti mismo» fueron sus primeras palabras, recuérdalo.-

-Él solo quiere que vivas bien. Él acude al llamado de auxilio cuando estás llorando en posición fetal, cuando alguien te derrumba y necesitas tiempo para volver a ser quien eras.-

-Un colapso. Una explosión. Una sangrienta venganza a todo lo que soportaste por más tiempo del que debiste-

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