La conocí por un anuncio. En el justo momento en que ella lo colgaba en el escaparate de una farmacia:

«BUSCO AMANTE. NADA DE AMOR. SÓLO DESEO. SIN POSIBILIDAD DE EXPLICARNOS NADA SOBRE NUESTRAS RESPECTIVAS VIDAS. NI IR A TOMAR CAFÉS O IR AL CINE A VER PELÍCULAS INDEPENDIENTES. ABSTENERSE AMANTES DEL ROMANTICISMO CADUCO. CUPIDO HA MUERTO.» 

Era guapa. Demasiado para mí. Y por lo que podía intuir por su anuncio era también sexual. 

-¿Por qué en una farmacia?- le pregunté.

-Oh!verás…-respondió con una gran sonrisa-. No se me ocurrió un sitio mejor. Amantes puedes encontrar en todos sitios, sí. Pero lo mio es una cuestión terapéutica. Unos buscan drogas legales aquí para intentar sentirse mejor. Yo busco lo mismo pero con menos entelequia, busco pasión, no prisión. 

Su respuesta me dejó K.O. Era guapa, exótica, divertida, audaz, neurótica y además sexual. Era como completar una escalera real.

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