LA HADA SONRIENTE
Me llamo Avilinia, he viajado por montañas, ríos y valles en busca de alguien a quien le pueda importar el llanto de los árboles. Hasta ahora mi búsqueda ha sido infructuosa, la humanidad entera se envuelve cada vez más en su vorágine de soberbia.
Ojalá las hadas tuviésemos un rey o una reina que pudiera guiarnos, no lo hay, son solo cuentos de la humanidad, nosotras vivimos solitarias, bebiendo del sorbo de las gotas del rocío que amanece en los pétalos de las flores. Suspirando nuestros sueños idílicos en las fuentes donde nacen los ríos. ¡Ah! Pero eso sí, somos poetizas, parlanchinas, taciturnas a veces y sobre todo soñadoras: soñamos con un mundo lleno de belleza, de amor y de hermandad.
¿Qué ejército pudiésemos tener las hadas? Quizás el más burdo ejercito jamás conocido por la humanidad; pero cómo quisiera hoy que hubiésemos tenido esos poderes y esa fuerza mística que nos atribuyen y así poder cuidar nuestros bosques, nuestros ríos, jajajaja, sí que soy una soñadora empedernida, las hadas no lloramos; sin embargo hoy, sí que tengo deseos de llorar.
arteografo, Marzo de 2020.
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