Se despertó antes de que la alarma sonara, tenía la agenda completa ese miércoles de verano, se ducho con agua fría y se vistió de corbata, lustro sus zapatos y se aplicó la colonia de su padre, la de los días especiales. Al bajar a desayunar encontró a su madre activa en la cocina, el día ya había comenzado para ella y preparaba con ternura el desayuno para ambos, compartieron 15 minutos de sus vidas acompañados de unas risas de afán pero de un cariño sincero, mutuamente se desearon los buenos días y se separaron, ella en casa y el rumbo al periódico, llego 15 minutos antes de que abriesen el edificio, la puntualidad era una de sus cualidades, una vez en su oficina bosquejo algunas preguntas que destinaría para la tarde mientras esperaba la llegada de jefe.

A las nueve con tres minutos ya se encontraban hablando sobre la columna que saldría el sábado próximo, en segunda plana, con un letrero en negrilla “¿usted paga por sexo?” un texto en cual se apelaría a la discusión en torno a los Tabús que circundad tales emprendimientos, claro está el texto tenía un sesgo, una polarización donde la subjetividad del autor tomaría postura en contra de esta práctica ya que la posiciona como una forma de abuso hacia el individuo que presta el servicio, pero en particular a la mujer ya que esta presentaba el porcentaje mayoritario de esta empresa, con su jefe discutió sus ideas para la columna de las cuales la mayoría tuvieron aceptación, y finalmente se despidió prometiendo que en la tarde se acercaría a realizar una entrevista con prostituta en el barrio San Fe para que sus escritos estuvieran respaldados por un testimonio real para esta brindaría una información más contundente pero no necesariamente precisa, era lo que generalmente se vendía por estos medios donde lo que primaba era el impacto, el golpe de primerazo, sin pretender ser meticulosos con la verdad.

Antes de partir almorzó lo que su madre le había empacado, tenía ya 25 años pero aun no se desligaba del cordón umbilical, del calor de hogar, de la comida amorosa de mamá , algún tiempo llego a pensar en lo enamorado que se encontraba de la mujer que le permitió la vida, aun que como era de esperarse tenían sus disgustos precisamente porque la época ya no era la misma del colegio ni de la universidad, pero aun así seguían queriéndose, amándose, de la manera más sincera , pues estos amoríos son ajenos al deseo, lo que brinda la consolidación de algo bueno y puro, amar o enamorase de un persona sin que el deseo y la naturaleza estuvieran presentes de diversas maneras en la relación era una evolución del querer, algo tan íntimo que rara vez se encuentra con alguien con la cual no se tenga un vínculo natural. Pensó en ella mientras almorzaba

A las 3 partió al centro de la ciudad para entregarse al ajetreo de la zona de tolerancia aun no estimulado por la noche, al adentrarse percibió lo lóbrego que eran las fachadas, circundada por pasajes de reciclaje y talleres, el hollín esparcido hasta en el aire, la suciedad presentándose, dando la bienvenida, con los habitantes de calle que esperan la noche, la Bogotá que se despierta pasadas las 10 y que se prolonga hasta la madrugada, esa Bogotá expuesta para un público selecto, un público que entiende la dureza de la vida y aprende a contemplar el arte en medio de lo burdo y lo absurdo. Para esa Bogotá aún no estaba preparado y por eso acudía al respaldo del día que aun ocultaba el telón de lo que la noche traería.

Al llegar al centro de la manzana el ambienta era menos precario, se comenzaba a contemplar las mujeres divididas por sectores, por género,y por otras distinciones, los establecimientos en si presentaban un catálogo selecto sea por región, hasta por nacionalidad, el mercado de carne humana también tenía variedad. Camino mientras se empapaba de la zona y dejaba que las imágenes se destilaran en la mente de la manera más provechosa pues ese sería el material que escurriría en la noche y gestarían la Columna.

Una vez circundada de la manera más prudente y precavida la zona, comenzó a realizar un sondeo, una selección de miradas, necesitaba alguien que le diese de que hablar, alguien que representase historia en un mundo escandaloso en los titulares pero poco conocido de manera fidedigna, en su proceso encontró varias propuestas pero percibió de que todas se limitaban a ofertas de deseo y él buscaba algo más; finalmente en un poste se encontraba una mujer alta de piel trigueña casi que amorenada pero manteniendo una tonalidad en el limbo de los dos extremos, no provocaba de manera excesiva con su escote ni su minifalda, no se vendía como carne, más bien era su mirada, casi que felina, agresiva la que hablaba por ella. La contrato por una hora, la tarifa era considerable pero no excesiva. Lo valía pensó…

Ella lo dirigió a un motel a pocos pasos del lugar donde se encontraron, el sitio era pequeño y con una decoración apropiada para el ambiente y el contexto, la habitación que le asignaron era la 202, cuando llegaron ella coloco su bolcito en el nochero con el que contaba la habitación, encima de él también había dos botellas de agua y un rollo de papel.Finalmente ella se pronunció “el servicio se paga por adelantado” dijo, sus palabras no iban acompañadas por decorativos o halagos que usualmente se suelen escuchar en estos encuentros, por el contrario su tono era neutral, pero aun así era una mujer naturalmente sexual.

le dio el dinero acordado y se limitó a observar un poco, cuando esta comenzó a retirase la diminuta blusa dejando al descubierto una espalada de piel uniforme él le dijo que parece, ella lo miro de manera extraña como desorientada, fue entonces donde finalmente se presentó , utilizo un nombre falso , y le expuso lo que verdaderamente buscaba, una hora de platica, tal vez eso puede ser más doloroso que entregarse a un extraño, pero en ese instante deseo con fuerza que ella accediera, que le platicara un poco de su experiencia en el mundo del sexo pagado; al ver que la chica no respondía el prosiguió con más detalles, tuvo que revelar que era periodistas que preparaba una columna para el sábado y que su temática era precisamente el trabajo que ella profesaba, necesitaba información y orientación con referente a lo que todo esto concernía, finalmente tas unos segundo incomodos recibió como respuesta un “no” inseguro, también se percató de que estaba un tanto asustada, o tal vez incomoda, sus ojos felinos ya no dominaban el espacio e hizo el ademan de devolverle el dinero, por lo que él recurrió a ofrecerle más, como acto final le esclareció de que no sería grabada ni tampoco su nombre saldría en la encuesta, que permanecería en el anonimato, que su trabajo era esclarecer, traer de la manera más fiel, el mundo que el desconocía y que para ella representaba la cotidianidad.

Ella asedio de la misma forma en que se había negado al principio, insegura, pero de ahí en adelante el trabajo era suyo, su plática debía de ofrecerle un lugar confiable y tranquilo para que ella pudiese desarrollar la historia con naturalidad, al principio fue algo forzosos debido a la frialdad de dos descosidos que desafían la cotidianidad de sus actos, pero después de una breve dialogo introductorio consiguió que la mujer se sintiera más cómoda y dispuestas a contribuir con el propósito, de igual forma no se puede negar que el evocar le generaba incomodidad, el pasado era doloroso y recordarlo conllevaba a vivenciarlo de una manera distinta pero que generaba sensaciones similares a pesar del tiempo; había nacido en un hogar con problemas familiares y aseguraba que tal efecto era un común denominador entre las trabajadoras sexuales, contó sobre su infancia y su adolescencia problemática, de su carencia de estabilidad emocional todo para llegar a las raíces de los hechos que ahora ya eran frutos, cada vez que se le dirigía una pregunta nueva no se afanaba en contestarla, era como que filtraba y trataba de generalizar en sus palabras para no desnudarse por completo, su historia era ella, y por ende algo intimo verdaderamente íntimo y eso se entendía; luego vinieron las preguntas menos personales más dirigidas al campo donde ella se movía bajo el frió de las tarde- noches bajo el cielo sin estrellas que acompaña la ciudad, para estos cuestionamientos estaba más tranquila y cruzaba su pierna con gracia y luego la otra así sucesivamente dejando a la vista sus atributos amorenados de canela y miel, también tenía una particularidad para reírse, las pocas veces que lo hacía, tal vez cuando en sus recuerdos se cruzaba algo bueno, en la comisura izquierda de sus labios se formaba unos hoyuelos diminutos y difusos que para él le resultaron de los ameno, al final se pasó la hora sin que acabasen de abordar la totalidad del tema por lo cual le menciono que no importaba el tiempo que le pagaría hasta terminar y así fue , gastaron otra oras más de dialogo en el que ella estuvo más suelta, sonreía con mayor frecuencia y el pasado ya no era necesario, cada vez que se movía lo hacía con una gracias difícil de explicar tal vez porque no es convencional ese tipo de comportamientos o percepciones hacia una desconocida , tenía una singularidad que a medida que el tiempo transcurría provocaba cierto tipo de hilaridad.

Hasta que ya no hubo preguntas por mencionar, él tenía su libreta llena de garabatos, bosquejos de lo que sería su material de trabajo. Una vez terminado el cuestionamiento ella se levantó, y el aire se perfumo de aroma tropical de una estirpe fuerte, él le dio el dinero restante y al final ella no parecía arrepentida, por el contrario había roto su rutina, se había entregado de una manera más distinta a lo habitual , tal vez mas intima; cuando estaba pronta a retirarse él la detuvo , tomo su brazo de una manera delicada pero lo suficientemente fuerte para que ella reaccionara de inmediato “que sucede “ pregunto con mirada que proporcionaba unos ojos profundamente marrón. Quédate una hora más le respondió, “¿quieres seguir platicando con migo? “No quiero que hagamos el amor.

Al las nueve y media de la noche el trabajo ya estaba terminado, la columna hablaba con un tono seguro del abuso que significaba contribuir con el sexo pago, toda la industria que detrás se movía y se enriquecía atreves de las explotación, la violación de derechos humanos que esto implicaba y todo promocionado por las personas dispuestas a contribuir con esta industria, citaba las secuelas que esto embarcaba a quienes se sometían a este tipo de trabajos, todo lo anterior mancomunado con las descripciones obtenidas de una trabajadora sexual del barrio Santa Fe en Bogotá.

Miro el texto en columna, bello, estético, con cuerpo de mujer, mañana pasaría a revisión del jefe y posterior al editor, el trabajo estaba realizado después de un largo día.

Dejo su oficina con una sonrisa para retirarse a sus estancias, cuando llego, su mamá le esperaba la cena caliente.

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