Los que sufren en la vida las miserias,
los que pagan de sus padres los errores,
no son sombras en su horror, son las arterias
que pregonan por el mundo sus dolores.
Y si no se apasionan con las flores,
y sus caras al mirarlas están serias,
no le humilles el alma con rencores
que sobre ellas han sentido la histeria.
Y si ves que contemplan los paisajes
cual si vieran ante sí la misma guerra
no le quieras quitar ese vendaje
que los cubre de esa paz que los aterra.
Que ellos han visto a través de cada viaje
un mundo superior que los encierra
y sus almas se han criado en un paraje
donde todo sentimiento se destierra.
Y si quiere algún día tu alma buena
dar cobijo a esos seres sin amor,
quiera Dios que esa fé que está en tus venas
mate un poco esa apatía, con calor.
Y esos seres que sufrieron la condena
de pagar sus pecados con dolor
al mirar tu alma pura y tan serena,
tratarán de imitar tu corazón.
Claude 10/06/54
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