La Primavera Llora
Jamás pensé que cuándo llegara la Primavera sería tan triste…
Siempre ha sido un motivo para sonreír. Empieza el buen tiempo, los días son más alegres, las flores brillan en los campos, veo a la gente llena de vida disfrutar de un paseo en familia, los perritos correteando juegan detrás de los niños…
Hoy miro por mí ventana, llueve. Una gota se ha postrado mirándome cómo si me quisiera decir algo. La miro y me pongo a llorar, sigue lloviendo, el cielo está triste y desolado, una tristeza inmensa nos cubre por completo. Todo está en silencio.
Ya no veo a los niños correteando en los parques, ni las flores mostrando sus colores y aroma. El mundo se paraliza a mí alrededor.
Los recuerdos hacen que mí voz tiemble y desaparezca, mís ojos vuelven a humedecerse al recordar tanta felicidad obtenida y que no hemos sabido valorar. Y de repente una voz dulce y aterciopelada me susurra al oído: «Mamá… ¿Será que la tierra está enfadada y nos está dando una lección?»
Me quedo quieta, casi helada, pues no me había parado a pensar en ello.
De repente deja de llover. La gota de mí ventana va bajando lentamente hasta desaparecer por completo. Miro al cielo.
Un rayo de luz llama mí atención, va iluminando poco a poco la habitación, vuelve a haber luz.
Oigo niños riendo, una música alegre suena a lo lejos, la gente aplaude desde sus ventanas.
En el parque de enfrente una flor roja sonríe bella.
¡Es la Primavera que ha llegado!
Una sonrisa se escapa de mí cara.
Tal vez la tierra nos esté dando otra oportunidad, no la podemos desaprovechar.
Sonreír, porque un día sin sonrisa es un día perdido.
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