Siento si señalo la roja violencia con que has manchado nuestras vidas
y desmonto así tu casa de aire
tus alondras de papiroflexia
tus personajes preciosos de Sallinger
tus mundos de agua del mediterráneo.
Siento si vengo a desmontar tu vida recordando los golpes sobre mi boca que con toda tu cobardía me diste
y ensombrezco así tu vanagloriado halo de poeta.
Has intentado desmentir la roja,
la roja violencia con que tus palabras y tus manos imprimieron en la niña que fui un dolor negro
revistiéndote de esa moralina de santo intelectual.
Lo siento si te digo que la sensibilidad de la que presumes en tu visión profética del mundo
es incompatible con maltratar a un niño.
Lo siento si te digo
que no lo siento en absoluto.
Hoy cae el telón con el que has querido cubrir
las heridas infringidas en los seres que tragiste al mundo.
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