Que palabra tan aterradora era en un principio, la palabra «cambio».
Recuerdo que el poner un pie fuera de mi comodidad, de lo ya conocido me asustaba.
Me colocaba en un abismo sin final.
Y hoy puedo observar como la vida me fue enseñando su fluir y que realmente el cambio es lo único que permanece en pie en esta loca existencia.
Hoy me veo, amoldandome y fluyendo junto con el cambio.
Sintiéndolo, con amor.
Saltando en y con él, como si por una montaña fuese.
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