ACTO PRIMERO
-LA CONVERGENCIA-
Las nubes se posicionan sobre todo el cielo de la ciudad, los adultos ya están en casa y los jóvenes también, aunque no faltara uno que trate de aventurarse bajo la lluvia que cargan las nubes. Entonces cae la primera gota sobre el sombrero de una anciana en su jardín, la anciana sube la mirada para percatarse del mal clima, ésta al ver que sus mascotas aún están con ella en el jardín ingresa a casa para que sus guardianes; un perro y un gato, se protejan de lo que puede ser una tragedia; ensuciar el interior de la casa con lodo. La anciana respira aliviada al saber que se salvó de un trabajo para nada gustoso y mira por la ventana la lluvia mientras piensa que en un clima como este todo empezó e irónicamente todo termino, «Pero ante esa pérdida puedo conocer la felicidad», se consuela pensando de que si eso no hubiera sucedido ahora no tendría una familia y con ello ahora un nieto. Todo pasa por algo, se dice a si misma. Quizás pudo haber muerto sin conocer esta felicidad que es atribuida a la familia, quizás si hubiera tenido la firmeza de seguir su objetivo y no rechazar su naturaleza, quizás, solo quizás … Como si las nubes esperasen que ingresara, empieza a caer las gotas indiscriminadamente sobre todo la ciudad y con ello interrumpe los pensamientos de la anciana, volviéndola a la realidad.
Las gotas tiñen los caminos de piedra de la ciudad, piedras que por deshidratarse perdieron sus colores hasta quedar en tonos blanquecinos, perder sus tonos vivos, dejar de ser piedras particulares hasta quedar en un conjunto colectivo que se llama asfalto. Con tal clima nadie debería de querer salir de casa, es lo más común pero la osadía de un joven, que no teme a la Madre Naturaleza ni a su ciclo, pone sus pies fuera de casa, abre los brazos mientras aspira profundamente el aire húmedo, luego empieza su camina siguiendo una ruta ya memorizada, explicando que no es su primera vez haciendo esto ante el fenómeno, solo protegido por un ropa impermeable, que le permite mayor movilidad que un paraguas. Camina con pasos seguros bajo la única luz que las de los faroles y las sombras de las casas, que solo ante la imposibilidad de salir las familias cenan juntas. Camina con la incertidumbre de lo que podría encontrar. La lluvia que no muestras signos de cesar al contrario parece enfatizar que detesta el que un joven le desafié haciendo que el viento sacude su capucha para que se digne de mostrar su rostro en signo de respeto, que tanto exige.
Con la seguridad que le permite sentir la ya explorada ciudad, recordaba fugazmente las primeras veces en que daba su paseo bajo la lluvia, el ver los cambios de color de las cosas al mojarse, el tono vivo que tomaban con el agua, quizá el agua les daba vida, cosas que habían perdido al formar parte de la ciudad, ciudad que les significo caer en la monotonía, lo estático que podía llegar a ser ahora no se comparaba en sus momentos de individualidad y libertad. Pero esto no pasaba con todos, otros en cambio su color se marchitaba en tonos sombríos, quizás el agua (vida) no sea para todos, no les sienta a todos. ¿No es eso triste?, le preguntaba a la persona a su adelante. Solo es el pasado, se reconforta a sí mismo.
Con mi caminata y observaciones que se presta la ciudad para mi totalidad, me es imposible no pensar lo agradable que es el pasear en la soledad que ocasiona el mal tiempo, es sarcasmo, no soy una persona positiva, soy como se suele pensar de alguien realista y su pesimismo, que por lo general lo relacionan, resultado de la objetividad y de la selectivo que es para ver la realidad que es diferente para cada enfoque, entonces, sí, soy un pesimista selectivo, alguien que es resultado de la ex-esperanza y su continua expectativa que tiene para sí mismo, cosa que por lo general termina en fracasos y de ahí nace su pesimismo. Qué triste. El solo pensar que soy una persona que todo lo que quiere lograr no culmina como deseo y de eso mi rechazo hacia el color amarillo. Aunque he dicho todo esto no significa que sea un gótico ni nada de eso, que cambia su forma de vestir, una manifestación exteriorizada, no, nada de eso, todo esto queda en mi cabeza y en algunas oportunidad comparto mis opiniones a través de monólogos, quizás en unas oportunidades con mi abuela, pero me gustaría tener a alguien especial cual escuchase mis pensamientos más íntimos y que quizás me recrimine por ellos, pero al menos serán manifestados y no presa del olvido, cosa que pasa muy seguido con mis críticas de mi entorno porque en cada circunstancia mi estado emocional varia y esto afecta a mi juicio, variabilidades del pesimismo hasta cinismo, situaciones donde suelen terminar en llantos sobre mi león de peluche que tiene un nombre muy rudo, Rudy, ¿verdad que es muy imponente el nombre?, hasta suena igual; rudo y Rudy. Vaya juego de palabras, ingenio puro. Pensando en él, ¿Qué estará haciendo en estos momentos? Rudy. Casa. Mascotas … ¿Qué? ¿Qué he hecho?, ¡no!, espero que no sea juguete para ninguna de las mascotas de mi abuela. Me reprocho mientras llevo mis manos a la cabeza en señal de preocupación a la vez de que me arrodillo para enfatizar mi nivel de preocupación, mientras estoy en esta pose comienzo a susurrar que es difícil de que algo malo pasase, pues ahí estaba mi abuela, ¡Si!, nada malo debería de pasar, ¿no?, ¿no? ¡Ay! De nada sirve preocuparme, mejor regreso a casa.
Con la decisión tomada, después de haber caminado un gran tramo de mi ruta para descubrirme, me dirijo hasta el paradero siguiente, luego retomaría el camino a casa, lo más directo posible, una vida esta en peligro, ¡mi peluche Rudy! ahí va tu Salvador, ¿Entienden?, Salvador, es mi nombre y seré su salvador al evitar su horrible destino, lo sé, ingenio puro. Surge un mal recuerdo, no quisiera que otra vez perdiera una pierna y que mi abuela me castigara por mi falta de cuidado, ¡No!, no quiero que me castigue de nuevo, todo menos volver a pasar la noche en el tejado de la casa. Esto demuestra lo importante que es el peluche para mí como para mi abuela, es nuestro lazo hacia el pasado. Con la meta cerca, mi caminata se hace más apresurada, «debo regresar rápido a casa» como único pensamiento, camino descuidado por la rapidez de esta misma y al llegar a la esquina donde debería doblar para ir al paradero me detengo con extrañeza por lo que observaba.
¿Por qué esta ahí?,¿No sabe que no se debe salir bajo este clima?, bueno, yo también estoy aquí, pero es diferente, ¿Qué nos diferencia?, sin saber la respuesta solo siento que somos diferentes. Ella y yo.
En ese momento empezó una historia que solo después de concluirla me habría gustado que nunca hubiera pasado, más por lo que significa destruir todo lo que conocía y que esto fuera un punto de inflexión de esta triste obra de teatro que esta inconclusa y que ahora, gracias a su aparición, pudiese continuar y, a lo mejor, terminar. Solo soy un ex-esperanzado que, gracias a su continua expectativa en la vida, que terminaba por lo general en fracaso, termine siendo un pesimista selectivo de la realidad.
* ¡EXPLÍCAME MISS BRUGG! *
-Muy buenos días querida estudiante, soy su profesora privada, pero puedes llamarme Miss Brugg, en esta oportunidad le explicare la tradición de las Brujas cuando estas crecen y tienen su ultimo deber obligatorio, que les ayudara a tener una mayor visión del mundo. Si tienes alguna duda, no tengas miedo, eres libre de preguntarme, pero después de que acabe mi clase, ¿Entendido?, nada de interrupciones. Pues bien, empecemos la lección:
Es común que las brujas al cumplir la mayoría de edad se independicen de sus padres que tienen la ardua tarea de educarles en las sagradas disciplinas de la Hechicería, que van desde la Hechicería Epistemología hasta la Aplicada, pues existe una diferencia, aunque ambas coexistan en relación, pues no se puede crear un hechizo sin antes haberse desarrollado a través del estudio y proceso metodológico que amerita su creación para llegar a manifestarse en la realidad, partiendo desde el estudio de la misma naturaleza y el control de ésta que nos permite la Epistemología ; que nos hace profundizar y llegar a tener mayor compresión de los misterios del universo, mientras que el Aplicado solo se limita a memorizar los hechizos sabiendo los resultados de estos, es decir, uno crea e innova Hechizos mientras que otro solo lo manifiesta usando la conexión natural que tenemos las brujas con el Arjé. Lograr palpar y adentrarse en el mismo Arjé es el mayor sueño de todo aquel que busque la verdad de todo lo existente. Cosa que nadie a logrado.
Para que una bruja pueda emprender su viaje en busca de mejorar su dominio de la hechicería tiene que culminar sus estudios básicos; ya sea Epistemología como las Aplicadas. Con objetivos como explorar nuevos enfoques que les permitan descubrir nuevos métodos o pensamientos lógicos para aplicar la magia; como puede ser el desarrollar un nuevo Hechizo. También les ayudara a formar parte de la sociedad. Al viajar, socializara y comprenderá las necesidades del hombre, como puede llegar a pasar de que prefiera ser una Hechicera que se aloje en una ciudad para brindar sus servicios. Para esto como último tramo de su educación en la Hechicería debe pasar cinco años fuera de su aldea natal, viajar, residir en una ciudad; aldea o pueblo, para que encuentre su vocación que después de su retorno elija en que disciplina de la Hechicería dedicara su vida; desde Clarividencia hasta Maldiciones.
– ¡Estudiante Celty!, no se duerma en clase. Todavía que me tomo mi tiempo de impartirle conocimiento. Y ¿Se duerme? Por motivos como este y que haya empezado tarde en la Hechicería es lo que le atrasarán, haciendo que aplace su viaje para el próximo año. ¡Viajar con veintiún años!, ¿Cuándo se ha visto algo así? No me lo creo. Pero no te preocupes, niña, que con mis clases ya verás que si lo logras. Jojojo. ¡Que me escuches! …. ¡Ay!, ¡Azathoth! Tengo una misión difícil. – Dijo mirando al infinito azul.
* VIAJE *
Ya cumplidos mis 20 años viviendo en un pequeño pueblo alejado de la ciudad y de sus tecnologías, solo enfocándome en mi educación como bruja y esperando la luna llena que marque mi partida, siendo esta misma noche ese día especial donde empezará el viaje que tanto tiempo he esperado, la última prueba para convertirme en oficialmente en Bruja, cosa que me permitirá tener acceso a los documentos de las bibliotecas privadas esparcidas por todo el mundo acerca del mundo de la Hechicería. Aunque no sea de adicta estudiar o a leer, sino más impulsada por la curiosidad de contemplar el maravilloso paisaje que ahora no está prohibido, si, las satisfacciones de que ahora ya no lo está y tengo todo el derecho de verlo, es el fin, no un medio.
Recostada bajo la sombra de un árbol cerca de un río, ensimismada en mis pensamientos, esperando que la ciudad que elija sea buena para perfeccionar mis artes. ¿Qué estudiar? El canto de un pájaro me regresa a la realidad, observo en la copa del árbol, un nido de aves, la madre alimentando a sus polluelos. ¡Oh!, naturaleza sabia, ¿son felices siendo dependientes de su madre?, ¿su madre es feliz con eso?, ¿es por qué su condición de animales lo hace imperceptible?, sé que los animales y los humanos son diferentes en esos aspectos, ellos solo lo hacen por la inercia de la naturaleza, mientras que las madres humanas no están sujetas a esto, algunas son malas madres; impulsados por factores externos o internos, como puede llegar a ser la condición mental. Algunos animales solo responden a estímulos que les incentivan las crías, estímulos que solo pueden hacer las crías, y por eso su reacción puede llegar a indiscriminada, como puede ser en casos donde otros pájaros dejan sus huevos en otros nidos, terminando en la muerte de los primogénitos, siendo el invasor el único en sobrevivir. ¡Que crueles!, ¿pero qué puedo hacer?, si le digo al pájaro que no alimente al invasor, este moriría, pero sino no le digo, serán otros los que encuentren su fin. Me siento aliviada de que no he presenciado esas situaciones, ¿No?, nunca he visto tal situación. Observo que los polluelos ya tienen sus plumas, significando que pronto también tendrán que abrir las alas y viajar, ¿adónde irán?, nadie lo sabe. ¿En qué momento es que empiezan a intentar volar? Me gustaría verlos.
Tiempo después caigo de nuevo en pensamientos sin sentidos que parten desde imaginar como será la ciudad adonde iré, hasta como será su comida. Un pensamiento evoca otro sin relación con el anterior. Como algo que no puedo controlar, o que no sé si se pueda, el tiempo vuela. Los rayos de sol caen directamente sobre mi indicándome de que he perdido medio día y que medio más me falta para partir. Me propongo levantarme, sino antes ver el nido, viendo de que no está la madre y parece ser que los polluelos descansan. Me pongo en pie, me estiro con todas mis fuerzas para crecer, exhalo y marcho a casa, debo completar mi equipaje. ¿Cinco años fuera de casa? ¿Qué haré después de retornar?, ¿Este viaje me despajara mis inquietudes de mi vocación? Espero que así sea. Quizás solo estoy desplazando mis problemas hacia el futuro, pero eso es cosa de mi YO del futuro, la de hoy solo quiere vivir. ¡Sostente mundo, que ahí te voy! Camino a casa. Mi familia me debe estar esperando. ¿Qué habrá para almorzar? Tengo hambre.
Al regresar el pueblo me encontré con personas que, por lo pequeño del pueblo, se enteraron de mi partida, siendo objeto de bendiciones para encontrar una buena ciudad donde residir, otras diciéndome de que tenía que ser alguien tan buena como mi madre, quien les ayudaba en todo lo que podía con sus conocimientos de Hechicería siendo ella un especializada en las plantas, cosa que es magnífica para sus campos de cosecha, ¿solo es buena porque les beneficia?, y otros saludos deseándome lo mejor. De camino me encontré con mi grupo de amigas que no decían nada más que «ojala, encuentres chicos guapos, ya sabes, aquí todos son… todo lo contrario», comentario que ocasiono que todas nos riéramos, «Bueno, eres la única bruja de nuestra edad, por no decir la única, ¿qué será de nosotras sin tener de alguien que nos saque de los apuros? ¿Verdad que sí, chicas? – Todas asentían en afirmación- ¿Es realmente necesario que viajes?, te harás de extrañar.», no era la primera vez que me lo decían, entendía, trate de hacerlas entender, pero parece que ignoraban que esto era algo que esperaba por mucho. Dependencia. Por casi haber olvidado el hambre, este exige su satisfacción, apenada por interrumpir su conversación tan animada, me dispongo a continuar mi travesía para acabar con esta maldición que no me permite estar en una condición lucida y favorable para mi crecimiento. Marcho con prisa. Con mi casa tan cerca el apetito se muestra más violenta, que extraño ser, pienso, si hace poco exigía un sacrificio y ahora teme que lo haga. Ya con la mano en la perilla, abro la puerta.
– ¡Ya llegue, familia!, ¿ya está el ..? – Sin dejarme terminar mi pregunta, que ojala la respuesta sea positiva, mi familia; mis padres y mi hermana menor, repentinamente aparecen detrás de los muebles, mi atención se dirige a mi madre que esta con un pastel en sus manos, ¿Pastel? .SNIFF,* SNIFF*. ¿Pero qué percibo con este super desarrollado sentidos?, pastel de zanahoria, cien por ciento segura de ello. Mi favorito. Tengo hambre.
– ¡Feliz noche de Wallpugis!, pequeña brujita- Dijo mi madre, que sostenía en sus brazos el gran tesoro, pastel de zanahoria, mi pastel.
– ¡Feliz noche de Wallpugis!, hermana- Decía mi hermana menor mientras corría a abrazarme. ¡Rayos!, para tener catorce años ya casi esta de mi estatura. No crezcas más, por favor, no quiero ser el hobbit de la familia.
– ¡Feliz noche de Wallpugis!, ¡No te vayas, por favor! – Este es mi padre que lleva, desde que sabía la fecha de la luna llena que me iría, diciéndome de que no me vaya, que iría conmigo, para protegerme de los lobos de la ciudad. Decía esto mientras se acercaba llorando para abrazarme. Para continuar diciendo. -Mi hija, es ya toda una señorita y se ira de casa, ¡DE CASA! Repasemos, ¿Sabes lo que tienes que hacer si un chico desconocido te habla?
-Si, papá, hacer como si no le hubiese escuchado y si insistencia correr.
-Correcto. – Alzaba el pulgar mi padre mientras aún me abrazaba- Ok, ahora, ¿ante un chico guapo en un auto?, esos son peligroso.
– Correr a la policía al primer contacto visual y denunciarlo por acoso.
– ¡Fantástico!, como esperaba para de mi hija. Ya sabes Heydi, escucha a tu hermana, es la voz de la razón. ¿Y si te encuentras con un cura de una iglesia?, ¡ya sabes!, evita si es posible que te mire, mejor que si no se entera de ti, si es posible cambia de ciudad si existe uno. Ya sabes lo que dicen; más vale prevenir que lamentar. Y con lo pequeña que eres te puede confundir, ¡no!,no!,no!. A correr, es la mejor opción. ¿Verdad que si?, mam..- Cuando padre buscaba la afirmación de mamá se dio de cuenta de que ella le estaba observando sonriendo, no de felicidad, era esa sonrisa de que cuando lo ves sabes lo que te espera en la privacidad.
– Claro, cariño – Dijo madre sin cambiar la expresión. Hablando a Heydi y a mi continuo- Pero, ¿por qué no pasas al comedor?, debes de tener hambre, vayan a comer, ¿Verdad, cariño?
– ¡S-Si!, afirmativo. Vamos a comer- Empujando nuestras espaldas nuestro padre nos dirigía al comedor y nos susurró- ayuda, no me abandonen.
– Papá, ¿a dónde te diriges?, tú ya comiste. ¿Verdad? Vamos a hablar. Arriba.
– ¡Oh!, ¿es así? Pero yo tengo aún hambre, comeremos en familia, vamos, vamos, caminemos niñas, caminemos. – Decía padre mientras forzaba una sonrisa. Cuando estábamos para ingresar a la cocina, madre le detuvo sosteniéndole de la ropa.
– Lo sentimos, niñas. Papá y yo iremos a hablar arriba, vayan comiendo, ya regresamos. ¿Verdad, CARIÑO?
-Si, ajaja, lo había olvidado, ahora regresamos, niñas. Recen por mí. – Lo último lo dijo es un susurro.
– R.I.P. Fue un gran padre, no le faltaron nada a sus hijas. Bien, con esto dicho, ¿No tienes hambre, Heydi? Comamos, yo tengo mucha hambre.
No volvimos a ver a padre en toda la tarde. Parece que no oramos lo suficiente por él, ahora está en mejor vida, orare para que su alma encuentre la paz. Amén.
El sol ya se ocultaba tras el valle, el atardecer, aún estaba en la tarea de hacer el equipaje, que cosas llevar y que no, seleccionar la mejor ropa para la ciudad. Con un par de horas más ya lo tenía listo, también había dejado limpio mi cuarto, ¿Por qué?, no lo sé. Quizás quería tener un recuerdo más detallado de mi cuarto. Mis dos maletas esperan en mi puerta, sobre ellos está un curioso animal pequeño de blanco pelaje, ¿Hace frío? Un armiño, uno muy especial y está muy bien domesticado, aunque no le guste ser llamado «domesticado» prefiere «alma silvestre de coexistencia acérrima al pacifismo», pese a que nadie le toma lo suficiente enserio, es un buen acompañante y fiel amigo, lo tengo desde los diez años, si, este animal ya está viejo, quizás por eso su actitud gruñona y cambiante. Pasamos tanto tiempo juntos, toda mi juventud estuvo conmigo y ahora le estoy para su vejez. Quizás no vuelva a tener otra mascota aparte de él. Entonces es natural que le lleve conmigo en mi viaje a la ciudad. Me acerco y le acaricio mientras duerme sobre las maletas, por uno y muchos años más, ¿verdad? Mi aventura apenas empieza.
Me repongo, echo la última mirada a mi habitación, a los recuerdos que tuvieron lugar aquí, recuerdos que tendrán que esperar cinco años para retomar la historia, por ahora estarán en una pausa momentánea. Cinco años, lejos de casa, lejos de mi familia. Es hora, lo que en mi niñez me parecía tan lejano. Sentimientos encontrados, ¿Cómo no sentir nada?, mientras más lo pienso más difícil se hace, opto por solo dejarme ser. Escucho que me llaman para cenar, ¿así qué ya estoy próximo?, si, ellos ya se prepararon y debo corresponder. Me calmo, inhalo profundamente y bajo a comer, no debo mostrar debilidad, si lo hago, quizás desista, debo mantenerme firme. Madre paso por esto y ella comprende lo que siento, por eso el que recriminara a padre por lo dicho antes del almuerzo. Sin palabras, solo con acciones siento su ternura. No estoy sola, tengo a mi familia. No solo soy yo el que le es difícil decir «Adiós», a ellos también, solo que no lo muestran, son fuertes. Si, no puedo flaquear en este momento importante en mi vida. Sin mas, reafirmo mi voluntad «voy a viajar, hoy es el día». Salgo determinada a mi última cena en familia, dar una buena imagen para mi hermana, para que piense de que su hermana es fuerte, soy su ejemplo. ¿Presión?, Si. Relajo el semblante. Tranquila. Sonrió.
Camino con destino al comedor. Veo la luz, noto de que ya están todos por los murmullos tan característicos, después de comer debo despedirme correctamente, serán cinco años sin vernos, sigo repitiendo los años, ¿Son muchos?, ¿Pocos?, no tengo la menor idea de que pensar sobre el tiempo. Pensando que ha de durar lo que espero, más duró lo que vi, pues, ¿Por qué todo ha de pasar de tal manera? Camino, los murmullos cesan al escuchar mis pasos. Preparo una falsificada sonrisa para engañar a todos, ¿engañar?, ¿Por qué debería de hacerlo? No entiendo el por qué debo de fingir estar feliz, ¿no lo estoy?, ¿Qué siento? ¡Rayos!, el pensarlo es causa de todo este sufrimiento, quede en dejar de hacerlo por esta noche. Ingreso al comedor, mi última estadía aquí. Sin pensar. Camino.
– Ven, siéntate, ya está servida tu comida. – Tomo asiento en la mesa cuadrada; padre y madre frente de cada uno y Heydi adelante mío – y tu leche favorita que te envía la señora Junbaisky, llego con una nota que decía «Para que la pequeña brujita pueda crecer.». También me dijo que se extrañaba de que una niña de pequeño viaje solo, aún más se sorprendió al enterarse de que tenías veinte. Sera de olvidadiza la señora. Te desea suerte en tu viaje. ¡Ups!, por cierto, está separado una botella con la leche, para tu viaje, no te lo tomes todo apenas partas. ¿Okey? Lo necesitaras para el viaje, de tanto tiempo estar sentada te puedes encoger y la leche te ayudara para contrarrestarlo y … – Deteniéndose por las miradas- Bueno, comamos que se enfría la comida, ¿no?
Madre se contuvo, avergonzada en el momento de que se dio cuenta de que hablaba como padre. Pese de que muestra confianza en mí, no puede evitar mostrar preocupación y agradezco eso, significa que ella acepta mi decisión. Entonces dirijo mi mirada a la comida para ver que es otro de mis platos favoritos, el últim .. ¡No! Mientras me reprochaba me percato de que padre está comiendo, ¿Con una bolsa de papel en la cabeza? La bolsa tiene dibujada un rostro sonriente, pese a que trata de dar a entender de que está bien, la bolsa esta mojada desde la ubicación de sus ojos hasta la mandíbula, donde caen pequeñas gotas. Claramente está llorando. Prefiero no preguntar acerca de eso.
Comenzamos a comer, tratando de ignorar que padre no puede comer con eso en la cabeza, pero nadie muestra signo de darle importancia, igual yo. Cuando acabamos de comer Heydi comienza la conversación.
– Hermana, hermana, ¿dicen que en la ciudad hay chicos guapos, con mucho dinero y de buenas familias?, serían buenos partidos para asentarte en la ciudad, ¿no crees?. -Cuando Heydi menciono chicos, padre comenzó a temblar aún con la bolsa en la cabeza. Mientras susurraba algo repetidas veces.
– Quizás – Comencé tratando de calmar a padre, evitando pisar minas, cosa que al aparecer no logre, por el grito de padre:
– ¿QUIZÁS? – repitió padre en tono alarmado.
– Ejem*. Quizás tengas razón, pero yo no voy a viajar por ese tipo de cosas, voy con un objetivo que será mejorar como Bruja y encontrar mi vocación. – Después de decir eso mire a padre esperando su reacción, cosa que suspiro aliviado. Me alegro de que no tenga otros de sus ataques de padre-sobre-protector-voy-contigo-quieras-o-no.
– ¿Hablas enserio? – Continuo Heydi- Pero podrías encontrar tu primer amor, no sabes cómo reaccionaras ante eso, ¿No?, puedes perder la cabeza y hacer «cosas», ese tipo de «cosas» que hacen los enamorados, ¿No?
No pude evitar pensar, ¿Qué trata de lograr, un ataque cardíaco a nuestro padre? Observe su reacción ante lo que dijo Heydi, padre estaba temblando. Era una escena extraña. ¡Oh!,Azathoth! Debo hacer algo para bajar su tensión. ¡Explotara!
– Imposible de que eso pase, tengo mucho auto control de mí y si me llego a enamorar, no lo realizaría en terminar en pareja, al contrario, analizaría si lo que siento es solo una ilusión, cosa que no valdría la pena. Si fuera amor, priorizaría mi objetivo. En caso de que fuera de verdad, unos cinco años no significarían nada, después de ese periodo, recién, podríamos comenzar ese tipo de relación. – Suspiro con una pose de triunfo satisfecha por mi respuesta. Pero lo importante es ver a padre. ¿Qué te pareció, ¿eh? padre? Observo curiosa por el rabillo del ojo su estado, se encuentra más calmado, dejo de llorar, cosa que concluyo porque ya no caen de la bolsa. Me dirige la mirada, le regreso la mirada. Abre los brazos hacia mí en un rápido movimiento.
– ¡MI HIJA!
– ¡Padre!
Y nos abrazamos. Una sola acción que trasmitía más de mil palabras, confianza, seguridad, respeto, admiración y ternura. Amor de padre. Después de esta extraña escena en el comedor, el ambiente se hizo ligero. Entiendo que esto era lo que quería lograr Heydi. Platicamos de recomendaciones de que debería hacer en una ciudad; probar helado, pizza y otras cosas que no podía en el pueblo. Padre en todo este tiempo no se quitó la bolsa. Y así, luego de trivialidades, llego la hora donde la luna llena se mostraba imponente en el cielo, una bella luna.
Subí hacia mi cuarto para bajar mis maletas, padre me acompaño para decir que él lo haría. Padre tomo las maletas, mi armiño subió a mi hombro, observe mi cuarto, las paredes, las escaleras, los cuadros mientras bajábamos hacía la puerta. Ahí nos separaban madre y Heydi. Caminamos hacia ellos, se acercaron y me abrazaron, madre me beso en la mejilla y sollozo. Los abrace fuerte. Tiempo después salimos de casa. A fuera estaban todos, la señora Junbaisky, su esposo, mis amigas; Martha, Alejandra, Fátima, el carnicero, el jardinero y otros que no recuerdo. ¿Quiénes eran? Gire a padre con desconcierto para encontrarme con que ya no tenía la bolsa en su cabeza, estaba con una mirada seria, decidido. Entendí lo que quería decir y asentí la cabeza, él también lo hizo en respuesta. Regrese a mirar a todos para decirles:
– ¡Hasta luego!, ¡No es un adiós!, ¡Gracias por todo! ¡Hoy me marcho a cumplir mi última prueba para convertirme en Bruja! -inhalo aire- ¡Sostente mundo, que ahí voy! – Termine por alzar los brazos de emoción, para que ellos me aplaudiesen. Tras la ronda de aplausos, doy un gran abrazo a mi familia prometiéndoles que volveré, solo esperen, les asombrara lo que lograre. Agarro mis maletas y mi armiño, Koma, en el hombro, comienzo mi viaje hacia la ciudad. Empieza mi aventura.
***
A lo lejos vemos como Mercy se pierde en las sombras de los árboles. Ahí va una joven. Una soñadora, a buscar respuestas a preguntas que aún no se formulan, pero tiene esa corazonada de que ahí yace una cuestión que no puede resolver sin antes vivir. Y en una copa de cierto árbol que se encuentra cerca de un río, yacía un nido de pájaros, en el aún había un pequeño pájaro que tenía que abrir sus alas, era hora de que vuele, su madre se había ido, ya cumplió su objetivo; hacerlo crecer, todos ya habían salido del nido de un modo u otro. Con esa seguridad que puede inspirar el que todos lo lograsen intuitivamente, el rezagado se pone en posición de vuelo al extremo del nido, agita las alas, siente el viento en todas sus plumas. «¡Si!, ¡Es el momento!» piensa. Agita las alas, agita, se siente preparado, salta, mueve las alas con fuerza de arriba hacia abajo, el viento suena en reacción a él. Con cada momento que pasa, el suelo se hace más cercano, ¡Vuela!, ¡Vuela! ¡Agita las alas con más fuerza! Y dando su mayor esfuerzo al intentar volar, no encuentra más que su propio fin. El pequeño cae, parece que no se esforzó lo suficiente. La caída le rompe un ala, el pequeño animal chilla, pero nadie le socorre, así es pajarito, este mundo es uno sin perdón. Acercándose se escucha el aleteo de un ave, cada vez más cerca, una sombra oscurece al pequeño pájaro, este mira a la repentina ave y viceversa, sin perder el tiempo ni arriesgándose de que otro le quite la oportunidad, el Gavilán lo toma entre sus garras y vuela. Regresando a su nido para alimentar a sus polluelos con la presa adquirida. Empieza el viaje.
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