Renacer en el mundo de Overlord.

Renacer en el mundo de Overlord.

Darwin Paulino

16/03/2020

Yo morí. Por suerte reencarne en un bebé, pero no en mi mundo.

Este mundo tiene mucho parecido a la tierra en la época medieval.

Para mi suerte, no estoy metido en guerras estúpidas ni en ciudades llenas de nobles bastardos que secuestran mujeres y hacen prácticamente lo que le da la gana sin repercusiones.

Es… un poco diferente. Pero no desagradable.

Vivo con mis padres en un bosque lleno de monstruos.

Sería una locura vivir aquí si mis padres no fueran aventureros poderosos.

Mi madre es una elfa llamada Fare, y mi padre es un humano llamado Drógnar. Por consecuente soy un Semi-Elfo llamado Renar. Fruto de Fare y Drógnar.

Crecí en este bosque solo con ellos, por lo que con el tiempo comencé a anhelar conocer más personas. Pero eso solo me sería permitido al alcanzar los 15 años de edad.

Y hoy es ese día.


NOMBRE: Renar.

EDAD: 15.

RAZA: Semi-Elfo.

CONDICIÓN: Normal.

NIVEL: 35.

PV: 45/45.

PM: 30/30.

Ataque físico: 50.

Defensa físico: 30.

Agilidad: 40.

Ataque mágico: 20.

Defensa mágica: 20.

Resistencia: 20.

Puntos de estado: 0


Ya en la salida del bosque mi mama me dio un fuerte abrazo.

«Cuidate mucho». Me dijo.

Mi padre solo me dio una sonrisa.

«Volveré». Dije. Mi madre asintió y se limpio las lagrimas. Ella sabe que no soy alguien débil que se pueda derrotar fácilmente.

Me puse la mochila. «Los quiero mucho…». Dije antes de irme.

Mis padres se quedaron mirando mi espalda hasta que desapareci por el horizonte.


Faltaba poco para llegar al pueblo más cercano del lugar… Villa carne. Seguro su nombre viene por que su carne es famosa o producida en masa. No tengo idea, pero no me importaría llevar carne más barata para el viaje.

Cuando más me acerque a la Villa, más podía notar que algo no andaba bien. El aroma de la sangre era tan fuerte que podía olerlo desde aquí.

Deje mi mochila en el suelo y corrí al pueblo. Al llegar pude notar lo que ocurría. Una matanza.

Fruncí el ceño y coloque mi mano en el mango de mi espada.

Mire como 2 soldados asesinaban al padre y madre de dos chicas. Los padres se habían sacrificado para que tuvieran oportunidad de huír.

Apreté mi agarre al mango de la espada.

Nunca en mi vida había visto personas morir además de monstruos. El ver como mataban a los aldeanos del pueblo me disgustaba, sin contar el terror psicológico de hacerlos correr para luego matarlos que no hacía que mi disgusto disminuyera ni un poco.

2 caballeros en caballos se acercaron con intenciones de matarme. Pero todo lo que lograron fue permanecer vivos el tiempo suficiente para saber que había desaparecido de su vista.

Enfunde mi espada y le di una pequeña mirada a los pedazos de carne perfectamente cuadrados que antes eran ‘caballeros’.

Continúe matando a los soldados invasores por un tiempo, hasta que un esqueleto gigante apareció y comenzó a matarlos por mi.

No sentí que el esqueleto dirigiera su hostilidad hacía a mí, así que guarde mi espada y vi como el esqueleto masacraba a los invasores.

Sentí un poder fuera de lo común y miré a una mujer con armadura completa, junto a un hombre con máscara.

Ellos notaron mi mirada, pero luego de mirarme siguieron con sus asuntos.

Luego de un rato pararon al esqueleto y se presentaron. Les dijeron a los caballeros restantes que se fueran y le digan a su superiores que llenaría su país de muerte si vuelven.

Cuando los soldados se fueron, espere que ellos terminaran de hablar para decirle al jefe de la Villa que quería comprarle provisiones.

Aunque ese Ainz no dejaba de mirarme por la espalda.


Estuve a punto de irme; después de que los caballeros de este reino llegaran no hubo razón no continuar mi viaje.

Pero el pueblo se vio rodeado por magos de lo que supongo que es Teocracia Slane.

No entendía porque tenían que ser tan insistentes en destruir una aldea remota.

No queriendo pelear una guerra en la que no está incluido, entre al ‘Refugio’ donde están los soldados de Re-estize.


Interesante. El tal Ainz es un mago poderoso… un nivel 100 para ser exactos.

«(Un linch inte- espera, porque me resulta tan familiar estas escenas)». Pensé. Después de saber que está detrás de la máscara tuve una sensación de deja vu… aunque diferente, hay algo que podría ser parecido a lo que ya había visto.

[Nota: Voy a dejar de llamarle Villa].

«(Aldea de la carne, un esqueleto que mata a la mayoría de los soldados… reencarne en Overlord)». Deduje. Bendita mi memoria por no olvidarlo.

Cuando termino de masacrar a la gente de la Teocracia Slane, me interpuse en el camino de la Sucubo y el Huesos.

«Quiero hablar contigo Ainz». Dije.

«¡Como te atreves a hablarle sin el dedo respeto a señor!». Rugió albedo.

«Calmate Succubus, no queras que suelte la bomba nuclear por error». Dije.

Si Ainz- no, Sazuki Satoru tuviera rostro sus ojos se hamcharian de sorpresa. «¡¡E-Espera, albedo!!». Ordenó.

Satoru no sabe si puede soportar una explosión nuclear, pero como símbolo de destrucción de su anterior mundo, el miedo a ellas es natural.

«Así que de verdad eres de la tierra, Ainz, o debería decir, Sazuki Satoru-San». Me burlé.

Hubo un momento de silencio entre los dos. Albedo no sabe lo que está pasando, pero fue lo suficientemente sabia para no volver a interponerse. Sea lo que sea que ese humano le dijo a su señor, era impactante para el.

«Albedo… déjanos solos». Dijo Satoru.

La demonio acato sus órdenes y se fue.

El Huesos me miró con sus ojos destellantes y habló. «¿Perteneces a la tierra?». Preguntó.

«Si, aunque contrario a ti no soy japones». Respondí.

«¿Como conoces de mi?». Preguntó.

«Si te lo digo no pararias de cuestionar tu existencia». Dije.

El huesos se quedó en silencio por unos segundo y preguntó.

«Cómo llegaste a este mundo… cuantos más ahí».

«Por ahora somos solo tu y yo, en cuanto a cómo llegue aquí… morí».

«Reencarnación».

«Exacto, dudaría de tu nacionalidad si no supieras que es reencarnación». Dije.

«…».

«Ja, si ya sacie su curiosidad quiero que tengas algo en cuenta». Dije para luego mirarlo un poco serio. «Vigila que tus guardianes no esten planeando darte el reino o el mundo a ti, creeme, es muy molesto fingir y luego entrar en la política». Dije para luego alejarme. «Recuerda mis palabras, porque si eso pasa me reiré de ti».

Me detuve para decirle lo siguiente. «Por cierto, aquí me llamo Renar».

Fín del capítulo 1.

Capítulo 2: 

Después de hablar con Ainz me dirigí a la capital del Reino, lugar donde podía inscribirme como un aventurero para ganar dinero. En el camino sentí como alguien me observaba, por lo que chasque mis dedos haciendo que esa sensación se fuera y continué.


«Bloqueó la señal Ainz-sama». Informó Sebas.

«Como era de suponerse… no es alguien normal«. Se dijo Ainz. El huesudo había pensado las palabras de Renar, las cuales predicaban un futuro problemático para él, pero ese no era el problema. El problema es saber cómo es posible que Renar supiera tanto como para dar ese comentario tan seguro, lo cual en sí explica que conoce sus guardianes.

¿Antes de reencarnar eran amigos o era un conocido del juego?. Ainz no lo sabe, y eso le molesta.

Mientras Ainz continuaba analizando, Albedo miraba al Huesudo. Desde que su amado Ainz se encontró con ese elfo a esta actuando raro, más aún cuando lo llamo por el nombre de Sazuki Satoru.

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