Camina entre la gente como ausente,
Arrastra sus pies, da pasos como puede,
No sabe a donde va, ni tampoco quiere,
Tiene el alma tan rota, que su cabeza….
Su cabeza simplemente explota.
Sumergida en mil pensamientos enredados entre sí, ella sigue caminando como puede, le falta el aire, pero no se detiene …,
Siente que sus ojos se llenan de lágrimas,
Que un nudo se acomoda fuerte en su garganta,
La ansiedad ha vuelto a visitarla…
Cada paso se hace más y más pesado,
Por lo que se sienta en la hierba fresca, que agradece después de un día de verano,
Un pañuelo seca sus ojos, su nariz y sus mejillas, por fin respira hondo y esboza una sonrisa,
Sonríe al ver jugar a unos niños y se hace una pregunta, ¿que hacía ella cuando de niña se caía?
Levantarse, curarse las heridas… Y seguir jugando, al juego, de la vida.
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