Me llamaste, y escuché tu rota voz. No sé quién eres pero me gusta como hablas, si me convences de que no estoy enamorada, te creeré.

Me llamaste otra vez, y tu risa se volvió de mi piel color, y canté desnuda en un cuarto a solas. No pensé en ti en todo el día, si llamas día a un momento sin ti. ¿Que en quién pienso mientras tengo un orgasmo? Mirate al espejo, ¿qué ves? ¿Ves arte? Pues en arte pienso.

Ayer te recordé desnuda, y se me erizaron los pelos y se me derramó el agua. Dices que de nada vale amar, pero ¿de algo valgo? ó ¿es por terceros que llegaste a tal conclusión? Me proclamaste reina de un imperio, y los sueños se rompieron entre si, fallaste al escogerme y me juzgaste, por querer con las pocas fuerzas que quedaban, empezar de nuevo.

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