Entrevista a Eduardo Sacheri. 9 de enero / 2017.

Entrevista a Eduardo Sacheri. 9 de enero / 2017.

ALEJANDRO SALAZAR: Háblenos por favor señor Sacheri acerca de esos factores tan importantes en sus cuentos (léase el fútbol y el barrio). Cuéntenos acerca de esa fórmula escritural propia que mezcla humor, protagonistas y detalles cotidianos con una pizca de fútbol.

EDUARDO SACHERI: Hola Alejandro, eh bueno, te diría que en cuanto a la presencia del fútbol y el barrio en mi literatura tiene que ver no con una decisión voluntaria o con una búsqueda de voy a meter esos temas, sino con una cuestión que tiene que ver con mi propia escritura o las razones que me llevan a escribir, yo creo que escribo como un modo de entender un poco mejor mi propio mundo, entenderlo, tolerarlo, asimilarlo, un poco todo eso. Y bueno, como es mi propio mundo, aparecen los elementos de mi mundo, aparece el Gran Buenos Aires porque yo soy de Gran Buenos Aires, aparece Castelar o Ituzaingó que son los pueblos en los que he vivido precisamente por eso, porque en ellos he vivido y lo mismo pasa con el fútbol, el fútbol es uno de los elementos constitutivos más hondos de mi vida, que más tiempo me han acompañado y bueno, evidentemente por eso aparecen en lo que escribo.

ALEJANDRO SALAZAR: ¿De qué manera cree usted que esos dos factores inciden en la visión que se pueda tener del fútbol como agente integrador y forjador de valores en los chicos?

EDUARDO SACHERI: Yo creo que el fútbol, eh, tiene la particularidad de que nos evidencia, nos muestra como somos y eso tiene un claro sentido pedagógico, porque nos permite vernos en acción, vernos en acción individualmente y vernos en acción con los otros, es como, como todo juego, es como una vida en pequeña escala, es como una reproducción de la vida en pequeña escala y eso hace que nos permita ver nuestras distintas maneras de ser al mismo tiempo, nuestra mezquindad, nuestra solidaridad, nuestro afán de sacrificio, nuestra haraganería, nuestra disposición a emprender tareas con otros o nuestra imposibilidad para algo así. Creo que ese es el punto de mayor utilidad en lo que tiene que ver con, con los chicos.

ALEJANDRO SALAZAR: ¿Qué nos podría decir acerca de la relación entre el fútbol y la literatura?

EDUARDO SACHERI: Creo que fútbol y literatura son dos grandes juegos de los que tiene el ser humano, dos grandes reproducciones artificiosas de la vida, o sea la vida es lo que es, bien, el juego y la literatura son dos maneras de reconstruir esa vida según nuestro espíritu, nuestros deseos, nuestra estética, también nuestro gusto por la belleza. Aquello me parece casi inevitable que, eh, que sean dos mundos que se puedan juntar, creo que son dos mundos que tienen mucho que ver con nosotros y tienen eventualmente mucho que ver entre ellos.

ALEJANDRO SALAZAR: En algunos de sus cuentos siempre están presentes la familia y los amigos en torno al fútbol. ¿Por qué sucede u opta usted porque así sea? ¿Háblenos de ese lugar preponderante que ocupa la amistad en sus libros?

EDUARDO SACHERI: Yo creo que cuando escribo, se me, se me imponen ciertos valores o ciertos deseos que tienen que ver con mi vida fuera de los libros. Yo creo que, que tenemos los seres humanos una vida muy trágica, muy marcada por el drama y por el dolor y creo que una de las pocas herramientas que tenemos para contrarrestar ese dolor son los vínculos, la gente que conseguimos unir a nuestras vidas y en eso, bueno la familia, los amigos son creo los mejores de esos vínculos. Pienso en la palabra mejores, a veces como los de la familia nos vienen dados no siempre son los mejores, a veces al contrario, a veces los vínculos familiares son vínculos que nos pesan y nos cargan, nos llenan de, de, de problemas, de dolores y de traumas, a veces no, a veces tenemos la bendición de que nuestra familia sea un refugio y un abrigo y una compañía y una caricia. Bueno con los amigos es más sencillo porque los elegimos, entonces podemos ir buscando a lo largo de la vida a esos, a esos amigos que nos, que nos completan la nuestra, bueno, creo que por eso aparecen unos y otros en mi literatura.

ALEJANDRO SALAZAR: Sus libros reivindican la vida del barrio, el “picadito”, la amistad. ¿Qué nos puede decir al respecto de los motivantes de ese acto en sus textos? ¿Por qué se da esa comparación que hace del fútbol con la vida misma?

EDUARDO SACHERI: Te confieso que no hay una búsqueda de comparación entre la vida y el fútbol en mis libros, creo que se da la relación simplemente porque creo que la vida es algo muy complejo, muy arduo, muy difícil de comprender y el fútbol es mucho más sencillo y por eso decía en otras de mis respuestas que el fútbol es como una vida en pequeña escala, con reglas sencillas, con reglas escasas, mucho más que las de la vida de verdad. Entonces diría que la gran ventaja del fútbol en relación a la vida es que nada es definitivo, en el fútbol siempre hay revancha, en el fútbol siempre las cosas vuelven a empezar y en el fútbol siempre las derrotas son pasajeras, bueno, ojala en la vida las derrotas fueran pasajeras, las cosas volvieran a empezar y la muerte no fuera definitiva.

ALEJANDRO SALAZAR: Usted dijo alguna vez que parece condenado a ser reconocido por los textos de fútbol. ¿Cómo se siente con esa etiqueta actualmente?

EDUARDO SACHERI: Yo creo que toda etiqueta es incómoda, toda etiqueta que le ponemos a las personas, por su trabajo o por su pasado o por su pareja o por sus convicciones, no importa, creo que toda etiqueta termina siendo empobrecedora. Al mismo tiempo las etiquetas sirven para que las personas te conozcan, en mi caso y con mi trabajo. Bueno, asociar mi apellido con los cuentos de fútbol me permite que muchos lectores se acerquen a mi precisamente por eso, así como otras personas se acercan por el film El secreto de sus ojos y sus éxitos y el Oscar que gano, etcétera, etcétera. Entonces, ¿cómo te diría?, la relación de las etiquetas es ambivalente, por un lado es algo útil y por el otro lado es algo un poco limitante, creo que lo bueno es en nuestro trabajo hacer cosas distintas, proponernos cosas distintas y de esa manera al menos, bueno, ponemos incomodas a las etiquetas.

ALEJANDRO SALAZAR: Amparándome en la frase que Albert Camus dijo alguna vez y que expresa a grandes rasgos que todo lo que sabía sobre moral lo había aprendido jugando al fútbol. ¿Cree usted que el fútbol inculca valores y saberes más allá de lo deportivo?

EDUARDO SACHERI: Bueno, eh, en relación a tu pregunta sobre Albert Camus, creo que el fútbol nos desnuda, nos exhibe. Es como una compuerta que conduce a lo muy profundo de nosotros mismos, pero creo que conduce a lo profundo, tanto a lo sublime como a lo monstruoso, eh, no creo que el fútbol solo exhiba, eh, nuestras buenas acciones o nuestros valores morales. Creo que exhibe también nuestros egoísmos, nuestras violencias, nuestros prejuicios, nuestros peores arrebatos. De todos modos creo que está muy bueno que el fútbol lo haga, porque nos permite verlo, nos permite que lo que tenemos en el fondo del alma salga y se oxigene y se vea y lo vean los demás y sobre todo lo veamos nosotros mismos, tengamos la ocasión de vernos como somos, que en nuestra vida burguesa y cuidadosa y siempre preocupada por ofrecer nuestro mejor perfil, bueno, habitualmente tendemos a ocultar.

ALEJANDRO SALAZAR: ¿Posee usted alguna apreciación con base en los motivantes que podrían tener los academicistas para demeritar las profesiones vinculadas al fútbol?

EDUARDO SACHERI: Yo creo que en ese viejo prejuicio de los academicistas en razón al fútbol confluyo extrañamente un prejuicio de los intelectuales de izquierda y un prejuicio de los intelectuales de derecha. Me parece que los de derecha vieron en el fútbol una cosa peligrosamente populachera, carnavalesca, eh, ¿cómo decirlo?, una fiesta popular, eh, indeseable y merecedora de reproches y en la izquierda es, bueno, así como para Marx la religión era el opio de los pueblos, creo que el fútbol también tuvo, tuvo esa lectura. Eh, como, bueno, el pueblo por el fútbol distrayéndose de sus ,ah, verdaderos objetivos revolucionarios y dejándose engatusar por los deseos simbólicos de las patronales, bueno, me parece que unos y otros están profundamente equivocados, aunque es cierto que el fútbol carga sobre si con vicios, eh, carga si con numerosas posibilidades y virtudes.

ALEJANDRO SALAZAR: ¿Fueron sus afectos por el fútbol importantes para acercarse al ámbito literario? ¿O el deporte no tuvo nada que ver con la “elección” de ser escritor?

EDUARDO SACHERI: En cuanto a mi formación como escritor, nace de mi formación como lector y ahí te confieso Alejandro, que el fútbol no tuvo en el ámbito literario un rol tan preponderante. Mis escritores fundacionales creo que fueron, Julio Cortázar a quien el fútbol no le gustaba y si le gustaba el boxeo, Jorge Luis Borges, a quien el futbol no le gustaba, creo absolutamente nada, eh, Gabriel García Márquez, eh, Mario Vargas Llosa, umm, a lo mejor Osvaldo Soriano, otro argentino que nombro aquí, a quien si le gustaba mucho el fútbol y escribió grandes cosas de fútbol, pero cuando yo lo leía en mi etapa formativa leía sus novelas donde el fútbol no aparecía, así que te diría que el futbol aterriza en mi literatura no tanto por mi formación si no como te decía en alguna de mis otras respuestas, por ser parte de vida. Bueno Alejandro te dejo mis saludos, espero que, que estas respuestas te sean útiles, te mando un abrazo y, y que estés muy bien. Perdóname de nuevo por mi demora en responderte, pero realmente estoy, suma, sumamente ocupado de trabajo, un abrazo y espero que esto te sirva para tu tesis.

ALEJANDRO SALAZAR: ¿Qué recuerda de jugadores como Albeiro Usuriaga, Faryd Mondragón y Ricardo Bochini, figuras del Club Atlético Independiente?

EDUARDO SACHERI: Bueno, te agrego esa respuesta Alejandro, eh, la verdad discúlpame pero estoy con muchas cosas y se me complica. Veamos, eh, Mondragón y Usuriaga son dos de los mejores recuerdos de los Independientes de los años 90. Eh, te diría que Mondragón fue verdaderamente un señor, un caballero, un tipo serio, responsable, profesional, a todos los hinchas de Independiente nos dejó el mejor de los recuerdos y verlo todavía, veterano, vistiendo, eh, la camiseta de la Selección Colombia fue una caricia para el alma de los que somos de Independiente porque guardamos de él el mejor de los recuerdos. Y con El Palomo, el amor de los hinchas de Independiente es excepcional, Usuriaga reunía dos cualidades impresionantes que son la efectividad y la elegancia, era un placer estético verlo jugar, era bella la manera de jugar de Usuriaga y además era un gran goleador. Entonces la combinación era, era estupenda y ambos, Mondragón y Usuriaga fueron, eh, parte de los últimos grandes planteles de Independiente, lamentablemente a fines del 90, la situación en el club empezó a empeorar y bueno, de ahí para acá han sido muy pocas nuestras alegrías. Eh, en cuanto a Bochini, bueno, si hablamos de elegancia y efectividad, eh, un jugador que juega dos décadas con tu camiseta y no se pone ninguna otra, salvo la de la selección nacional, es como el gran sueño de cualquier hincha de futbol en el mundo. Cualquier cantidad de títulos nacionales e internacionales, un jugador inolvidable, una calidad estupenda y reitero esto de la fidelidad a la camiseta y la fidelidad a un estilo de juego. Bueno, espero que con esas referencias te baste, te mando un abrazo y hasta siempre.

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