Tú ya has estado aquí.
 Ya me hundiste ese puñal.
 Tú eras las de aquellos patios
 donde íbamos a jugar.
Tú ya estuviste aquí. 
 Tú me enseñaste a perder.
 Eres la de aquellos otros
 dónde solíamos correr.
Tú ya bailaste aquí.
 Eres la de aquellos días.
 La de pequeñas palabras
 y gigantes fantasías.
Tú ya abrazaste aquí.
 Eres la mujer de mi vida.
 La esposa que nunca tuve.
 La reina de mis pérdidas.
Tú ya has mirado aquí.
 Eres esas dos que amé.
 En dos inviernos y tres sillas.
 Con dos sofás y un alquiler.
Tú eres la última en llegar,
 y la que más dejó su huella.
 La que más vacío botellas
 dónde yo escondí mis versos.
Tú eres la que más me duele,
 quizás, porque a tí te siento.
 Por me encogiste el pecho
 con tu especial sencillez.
Y aunque el pasado quede lejos
 siempre vuelve a nuestras vidas.
 En mi caso, se transforma 
 en sales para mi herida.
Tú, que has estado tantas veces.
 Sin saberlo.
 Sin estar.
 Aunque vuelva en mi contra 
 a las sombras 
 que dejé atrás.
Te confieso, dolor nuevo,
 que tú eres el mejor.
 El más grande que he tenido.
 El más grande de mi amor.
Te quiero, porque me dueles,
 como nunca antes lo hizo
 ninguna de aquellas ninfas.
 Ninguno de esos hechizos.
Y aunque ya pensé esto antes,
 sé que es verdad cuando digo
 que ninguna futura página
 tendrá tan largo filo.
 
         Tú ya has estado aquí.
                                    Tú ya has estado aquí.                                
OPINIONES Y COMENTARIOS