La Culpa

La Culpa

CiCa

02/03/2020

La Culpa

Sentada entre pensamientos, y cuestionamientos reflexivos de mi mente, incansable, en el afán de razonarlo todo, y al mismo tiempo ganas de sentir la vida tanto, que algunas veces le pierdo el miedo a equivocarme, me pregunto, quién tiene la culpa? y de qué?, de ser?, o hacer?, entonces aparece ante mí, una infinidad de interrogantes, en las que me excuso y a su vez me responsabilizo, me culpo, y me justifico, me juzgo y me absuelvo, hago juicios de voluntad propia, y señalaciones absurdas, pero luego me detengo y logro ver que la percepción de la culpa, es relativa.

Racionalizo la naturaleza de acciones, motivaciones propias del ser, impulsos, ganas, raciocinio, irracionalidad, entre tantos culpables de la culpa, me siento a buscar culpables, entre realidades que me aturden, pero simplemente son, existen y coexisten, al final de todo reconozco, que culpables somos todos, y a veces solo siento que nadie tiene la culpa de nada, descubrí que solo puedo conocer mis culpas, pero jamás las culpas de otros.

Siento que el universo de razones y estímulos es tan amplio, y extenso, que no podría definir en unas pocas líneas, ni un libro entero, eso que llamamos culpa, sentimiento que todos hemos sentido algunas vez, ese que viene acompañado de la vergüenza, y el miedo a enfrentar errores, ese temor de sobrepasar esas catástrofes humanas, desbordadas de caos, que describo como momentos impulsivamente espontáneos del ser, que nos petrifican el alma, la visceralidad de nuestra naturaleza que aflora en circunstancia varias, según prioridades, instintos, entornos, libertades, esas cosas que nos marcan en personalidad y nos personifican, todo eso que nos define, y donde los maticen se hacen protagonistas de nuestras historias, llenas de colores únicos y originales que solo cada pintor posee en su paleta, para dibujar sus sueños o pesadillas, y convertir lágrimas en risas, insomnio en sueño, respiración en suspiros, miedos en valentía, ganas en logros, con o sin culpas, con o sin errores, transitar el camino, entre climas distintos, y relieves cambiantes, con o sin culpa pero de la mano del perdón, eso que nos calma y nos permite llegar a la meta, transformarnos y aceptar eso que hicimos mal o que pudimos hacer mejor.

Las relaciones humanas están tan llenas de gente que busca culpables, y excusa sus culpas en las de otros, que quizás si tengan muchas de estas con las que lidiar, y nos aprovechamos de ello, jugamos juegos macabros de manipulación, y victimización nivel avanzado, creyendo que podemos escapar de ellas, pero resulta que nos susurran en nuestras almohadas, mientras tomamos una ducha, o simplemente muy en el fondo una pequeña vocecita nos las recuerda, que somos culpables, lo sabemos, allí adentro, en nuestro yo interior, nos decimos en voz baja y para nuestros adentros ¨El verdadero culpable eres tú¨.

Nos encanta ser los buenos, lo incapaces de la maldad, y la villanía, los seres de luz sin sombras, pero la mentira nos arropa a tal punto, que se hace cada vez más pesada, esa si es una gran culpa, y cargarla no resulta nada fácil, por eso pienso que aceptar las culpas nos libera, y nos aligera el viaje por la vida, en vez de llevarla sobre los hombros, ellas caminan a nuestro lado, enseñándonos donde están los huecos y espacios difíciles del camino, nos guían para mejorar y no seguir en ese papel de víctima que solo nos hace débiles y egocéntricos, nos da una visión irreal de perfección, cuando estamos repletos de fallas, e imperfecciones que nos enriquecen, si logramos reconocerlas, aceptarla y perdonarnos, esto no nos hace libres de culpa, pero nos permite pagar la condena, resolver nuestro karma y seguir avanzando , con la frente en alta y la mirada clara ante lo que sigue.

CICA 02-03-2020

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