​Elizabeth Moon

Elizabeth Moon

Me desperté en una habitación oscura, 4 paredes negras como la noche, las ataduras en mis muñecas me apretaban, sentía como si los brazos del averno me sostuvieran, era impensable que estuviera en un lugar tan tétrico, podía ver fuera de mi ventana la nieve que caía, tengo tanto tiempo libre para pensar el cómo llegue a este lugar, hago memoria y los recuerdos llegan en forma de visiones.

La luz se cuela debajo de la puerta y se alcanzan a escuchar algunas voces entre mis pensamientos y lo que dicen pierdo el sentido de quien es real y quien es producto de mi imaginación, la luz empieza a entrar en mi cuarto, se abre la puerta las bisagras chirrean, entra el especialista de turno, siento como acerca su fonendoscopio a mi pecho mi pulso se acelera, empiezo a sudar, trato de soltar mis ataduras sin lograrlo, el médico acerca su mano, siento como se desliza por mi cuerpo como roza mi pecho y acaricia mis pezones, baja su mano lentamente por mi abdomen mientras me dice: (Solo es algo de rutina).

Hago un segundo intento de zafar las ataduras que me detiene sin poder lograrlo en el momento quiero gritar, él me pone un pañuelo en la boca no quiere que grite no quiere que haga ningún sonido, su mano sigue bajando hasta llegar a mi vagina, siento como sus dedos entran en mí, unos dedos secos y gruesos como las ramas de un árbol, siento como me lastima pero a la vez el placer empieza a llegar, saca sus dedos y lentamente se quita la ropa mientras me dice: (te voy a examinar más a fondo, tú solo relájate).

Analizo todo su cuerpo, era un hombre alto, algo gordo, sin ningún sentido de la higiene.

Lentamente se sube a la camilla y me empieza a besar, forcejeo pero no me lo puedo quitar de encima, me abre las piernas sin ningún esfuerzo, siento como me penetra lentamente mientras me dice: (esto te va a gustar y vas a disfrutar).

Perdí el conocimiento en ese momento, cuando me logre despertar escuche pasos y voces, yo no sabía dónde estaba, no podía abrir los ojos, me dolía todo el cuerpo, la vagina me ardía, me quemaba, luego de unos minutos pude abrir los ojos, estaba en un cuarto sobre una camilla, en bata, estaba sola no me gustaba estar así, veía sombras pasar por todo el cuarto, observaba toda la habitación y no lograba entender cómo había terminado en aquel lugar tan lúgubre.

Estaba desesperada, con ansias de que alguien me dijera que sucedía, el cómo había llegado a este lugar, quería levantarme pero las ataduras no me lo permitían.

¿Me preguntaba como llegue aquí?, ¿Qué había sucedido?

No entiendo por qué no logro recordar nada, trato de entrar al baúl de mis recuerdos para encontrar algo que me diera una pista del ¿Por qué? Estaba en este lugar.

Quería alguna respuesta, pero no sabía quién era, ni mi edad, ni mi nombre, no recordaba nada estaba en blanco como la nieve que cae afuera, entré en un vacío donde no me moví por un rato tratando de soltar mis ataduras, de repente de un solo movimiento, de un solo salto y de la nada logre abrir mis ojos.

Me desperté estaba en mi casa, en mi cuarto, estaba con mi ropa, todo había sido un mal sueño, un sueño que no quiero volver a repetir, un sueño que parecía tan real que me desperté sudando y temblando, no quiero que eso suceda de nuevo, la verdad es que ya no quiero volver a ver ese hospital, no quiero ni recordar aquel sueño tan macabro, que me hizo sentir como si hubiera estado en un poso, doy gracias que todo fue un mal sueño y que fue algo pasajero.

Esos sueños tan reales tan largos sabía que significaban algo sabía que eran algo que vendría más adelante, a la mañana siguiente fui a la cocina no me sentí bien fue una noche como jamás la imagine o tal vez si, recuero que desde niña he tenido sueños así, recuerdo la aterradora sombra que me asecha desde que era niña después de cada sueño después de cada pesadilla aparecía como gustosa de mi miedo y de mi sufrimiento.

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