Seguramente al amanecer ya no quede nada.

Seguramente al amanecer ya no quede nada.

Dantroko Saavedra

27/02/2020

¿Tienes frío? ¿El sol brilla, dando pase a la primavera?…Nunca lo sabre, quizás cuando lo sepa sea tarde…Y cuando lo sepa no podre decírtelo, ¿no?.

-Hola,……¿Quién soy?, ¿cómo puedes olvidarte de mi?, ¡hermano!..¡Es hora de que despiertes!, el sol ya salio, aún nos queda camino que recorrer.

-………

-¿Por qué no te levantas?, ¡vamos!..despierta..por favor. ¿No me prometiste que volveríamos a comer juntos?¿Por qué?¿Por qué?.¿Mentiste?, ¿me mintieron?.

-……..

-Continuamos, eh.¡Bien!¡.Sabia que podía confiar en ti, sino, ¿en quién?.

El pequeño se levanta de un salto, se limpia su pantalón, pobre, ¿a eso se le puede llamar pantalón?, no importa, prometimos no complicarnos por la estética, aunque yo le hice esa ropa que lleva puesto, se niega a quitárselo porque ahora lo atesora, ahora mas que nunca. Lo único que nos une. Estoy feliz pero, ¿por qué lloro?. Debo ser fuerte, nos dimos valor mutuamente para afrontar los peligros, que llegaríamos sanos a algún lugar seguro, ¿seguro?. ¿ Es que existe un lugar al que se le pueda llamar así?. No, no,no, no pierdas las esperanzas. Sobrevivir no es un opción, es un deber, pero ¿por qué?. Debes vivir pequeño hermano. Caminemos en este cruel mundo, donde los fuertes sobreviven.Debes de ser fuerte. Tú, un pequeño, quien le arrebataron su infancia para traerlo a esta jungla de peligros que debes sortear para llegar a un lugar donde refugiarte, por mí, por ti, por nuestros padres, por los que te quieren y algunas ves lo hicieron. Debes ser fuerte, se que aveces quedras rendirte pero debes continuar, busca la luz en este mundo de las tinieblas.

Pero ninguna palabra le llega, no tengo el cómo para decirle.

sniff, sniff.El pequeño llora

-……¿Qué?, ¿por qué lloro?. por nada, solo..solo,es que..nada. No es nada. Dice el pequeño, solo escucho una pesada respiración. Baja la cabeza, continua caminando, lo sé, no es momento para detenerse, nada esperará a que estemos preparados, a crecer.

******************

La caminata siempre es algo donde uno puede hablar con su yo interior, relajarse, pero ahora caminar es un deber, el que se detiene le llega su fin, caminamos para sobrevivir. Así es, sobrevivimos en este mundo que alguna vez fue infestado de humanos. El humano se creyó dueño y señor de este mundo, ¡mira como se ríe el mundo ante tal arrogancia!, ahora el mundo cobra venganza de los que alguna vez hicieron mal. Por destruirlo. La Madre nos dio cobijo, nos alimento, nos fortaleció, para que ellos luego le arrebaten todo lo posible, la explotaron, para que ahora se quejen de que ya no hay nada. ¿Por qué nosotros pagamos lo que hicieron?, ¿qué hicimos mal?, ¿nacer?, acaso nosotros elegimos que nos priven de nuestra infancia, a él, que estaba empezando a disfrutar la vida, disfrutar sus etapas, enamorarse, ¡hasta comer algo decente!!, el abrigarse en el vientre de una madre, ¿qué hizo mal?. Un pequeño que siempre supo preguntar, nadie supo responder. Aún recuerdo nuestra madre aguantando su llanto al ver la ingenua pregunta dirigida a ella. Pobre madre sin consuelo. Te doy todo lo que tengo, hermano, sobrevive, vive. ¡Si!, vive por todos, por los caídos por los que no supieron controlar su avaricia, avaricia que los consumió, mírales ahora como viven. Sigue.

******************

El cielo de un color rojizo, el señor Sol pálido, mírale al pobre aún trata de iluminar tu día. Mira a tu alrededor, aún halla belleza en eso, ¿Madre?.¿Qué es bello, eso lo es?, pobre alma inocente, antes era aún mas bellos que eso, y lo sabes, ¡no te engañes!, pobre alma que vaga en este decadente mundo en busca de vivos, ¿ aún es posible eso?.Te encuentras con los cuerpos de los caídos, caídos por que se rindieron o dieron lucha hasta el último momento. Visualizas una cueva que tiene escombros a su alrededor. Te acercas curiosa, hallas dentro el fin de un ciclo de vida ,»pobre alma» piensas. Miras al señor Sol, esta deprimido. Te acercas, ¿tratas de que su alma consiga consuelo en el calor de su Madre?. ¿Aún crees que hay alguien con un plan supremo que involucra a todos para que sean salvados?. Que ingenuo. Resultado de la casualidad que busca su sentido. Despierta, no te dan opciones tu creas las opciones. ¿Por qué?, aún no te cansas de llorar, lloras por los fallecidos, por los que fallecerán. Sabes mejor que nadie porque pasa esto, pero aún así lloras por aquellos que te dañaron, enfermaron y acabaron. ¿Qué?, ¿eres una madre que aún así ama a sus hijos?. ¡Por favor!, ¡tú no les importas!, compréndelo, por favor, ni tenían intención de comprenderte, les distes todo lo que tenias y así te lo pagaron, cosechan lo que siembran. ¿Qué soy muy radical?, quizá. Muéstrame que ellos merecen la pena Madre. Sigue, vaga con la esperanza de que me permita ver de que están hechos. Nacieron sobre ti y caerán en ti. Los vistes creces y caer. ¿Por qué buscastes tal castigo eterno?

******************

¿Recuerdas lo que te dije?, que no vayas a los bosques, los animales feroces hambrientos habitan ahí, te lo dije porque eso me dijeron nuestros padres, ¿qué crees?. ¿Aún hay animales en esos bosques?, debieron haberse devorado unos a los otros y el ultimo debió haber fallecido de hambre. Quizás encuentras pieles, no pierdes nada, ¿nada?.

-La noche se acerca el señor Sol no aguantara más, caerá, hermanito, ¿qué opinas?…. ¿al bosque?- Me mira desconcertado, lo sé, te dije que no lo hagas, pero seamos realistas.

-Si lo dices tu hermano, ¡te creeré!- Me sonríe, el señor Sol debe estar celoso de que algo brilla más que él, me ilusiono en pensar que quizás, solo quizás, el futuro de este pequeño sea diferente de todos nosotros. Quizás.

El pequeño camina, cuidadoso de sus pasos, mira alrededor, es cauteloso. Eso. Coloca sus manitos en sus axilas para calentarlos, camina, camina, observa, el mundo y sus familiares le enseñaron a analizar lo que le puede servir y lo que no. Tú que debiste crecer tan rápido. Sigue. Qué suerte hermano encontraste un lugar donde podrás refugiarte esta noche.¿A donde vas?.

-Voy a traer leña para hacer fuego, necesito calor, tengo frió, mis manos se sientes un pocos pesados, y mis pies están húmedos.- Sonríes. Y es esa misma sonrisa que me parte el corazón, se que solo lo haces para consolarme, pero, ¿no debía de ser al contrario?. Soy un pésimo hermano, ¿verdad?.

Al poco tiempo regresas con leñas en tus brazos, la mirada un poco perdida, debes tener sueño. Prendes el fuego, tiendes hojas en el suelo para acomodarse, te refugia en el calor. Ignoras todo. Esta bien, duerme pequeño, te esperan desafíos que afrontar. Sigue.

La señora Queso se alza en el cielo, brilla mas que el señor Sol, los animales sobrevivientes ven pasar sus presas esperan que duerman, todos bajan la guardia en la noche. La naturaleza le enseño eso. Adaptarse para sobrevivir, la naturaleza no es tan complaciente.

Suena el crujido de una rama que fue pisada, los animales se desconciertan, agudizan sus oídos. Nada, silencio. Un animal cae sin vida, no se ve que paso, pero se ponen alerta, algo anda mal y el primero no tuvo tiempo para reaccionar. Se preparan, enseñan sus colmillos. Otro cae sin vida. Saben que hay alguien ahí, pero no lo ven, deben escapar. De un salto se acercan a sus compañeros caídos y los arrastran, necesitan comer y desperdiciar comida no es una opción, pese al tabú que puede sonar el canibalismo. No es complaciente. Se van arrastrando a los caídos. Ese algo los ve marcharse, cumplió con su objetivo. Sigue su camino.

****************** 1

El señor Sol abre sus ojos y bosteza, es hora de trabajar, camina despacio, al final a cabo ¿quién lo necesita?, aún así debe trabajar. De manera perezosa sube al cielo, ahí puede ver al niño radiante. Claro como pudo haberlo olvidarle, ese niño le espera día a día para que pueda seguir su camino, no le puede defraudar. Trata de sonreír pero no hay éxito, mira de reojo y ve a la señora Queso reírse de él, se sonroja, el calor se le sube a la cabeza. En su mente dice, es hora de levantarse pequeña alma. A la señora Luna le gusta verlos, por ahora es así.

******************

Los rayos del señor Sol le llegan a los ojos, no tarda en levantarse, se había acostumbrado a levantarse a la menor estimulo, debía . Casi siempre era así, su hermanito mayor yacía delante de él, mirándolo, ¿mirándolo?, ¡NO!, ese no era su hermano,¿quién era?. El pánico lo invadió. No importa, debe correr. Se apresura a incorporarse. La sombra se limita a observarlo, no hay cambio. Solo eso. El pequeño no logra ver su rostros, solo ve su silueta, una sombra. El pánico aumenta cada vez más. ¿Sera el fin de esta corta aventura?.

La silueta se acerca, no hay intensiones asesinas, ninguna en particular, nada. El pequeño cierra sus ojos a la vez que salta hacía un lado, cualquier lado no importa solo quiere alejarse pero tropieza, cae. La silueta lo mira, se miran uno al otro. La silueta mira hacía un lado. El pequeño no pierde esta oportunidad, se levanta de un salto y empieza su carrera a cualquier lugar menos ahí. Pero la silueta lo alcanza en cuestión de segundos, lo sostiene del hombro, lo detiene. ¿Cómo podía un niño hacer frente a la fuerza de un adulto?. Imposible para él.

-¡Hermano ayuda!- Gritó el pequeño, pero no hubo respuesta. El hombre solo observo a los alrededores. Nada.

-So, tranquilo, niño, no trato de hacerte daño, porque si quisiera lo hubiera hecho mientras dormías,¿sabes?. Piénsalo- Le dice mientras señala su cien, en gesto de razonar. Mientras miraba a su alrededor en búsqueda de algo. El acto de que reconozca que podía hacerle cualquier cosa mientras dormía, perturbo mas al pequeño.

-Mi hermanito me dijo que no hable con extraños, más si se ven sospechosos y ver a un niño mientras duerme creo que es muy sospechoso- Dice reprochandole, mientras trataba de aflojar su agarre.

-Un hermano sabio, pero solo quería hablar contigo, hace mucho que no me encuentro con otra persona, -Le mira a los ojos, puede verse un poco de soledad..- Hablar puede ser fundamental para no perder la cordura, ¿sabes?

-¿Es así?, no lo sabia- Mira hacia abajo buscando una respuesta, pero solo observa como unas hormigas comen un insecto, ¿lo comen?.

-Bueno, no se, creo que es fundamental, eje.- Se ríe y se ve un poco penoso.

-Y, ¿ de que quieres hablar?, ¿me dejaras ir luego de hablar?, ¿verdad?- Le interroga esperanzado de poder continuar su viaje, ¿a dónde se dirige?.

-¡Claro!.Me alegra que seas compresible, pensé que me obligarías a atarte en un árbol y hacer que me escuches, me alegra que no tenga que hacerlo, ¿sabes?, te dejare hacer lo que quieras luego de hablar- Lo mira a la cara con alegría. Parecía que había cumplido su objetivo.

Caminan hacía donde durmió el pequeño. El hombre no pregunto sobre donde estaba el hermano del pequeño, sentía que no debía mencionarlo. El hombre le pregunto si sabia la razón de por qué el mundo estaba así. Trato de iniciar la conversación con éxito. Lo que el pequeño lo negó con la cabeza y así murió la conversación.

-Me contaron hace mucho- Dijo el hombre mirando al cielo- que los humanos trataron de conquistar la naturaleza, la destruían a su antojo, lo formaban a su imagen, ellos estaban en todos los lugares, en los bosques, en esos lagos inmensos, lagos que uno no puede ver su fin.- Le pregunto al pequeño si sabia a que se refería, cosa que el pequeño negó- No sabes, eh. No importa, imagínate un lago sin fin,hmmm…continuando, ah si, ya que la Madre naturaleza se veía amenazada, así que trataba de reducirlos, trataba de mantener el equilibrio de sus números con fenómenos naturales, la Madre se decía así misma que los que caían no tenían la culpa, sino que era algo que debía de suceder, la Madre lloraba mientras veía a sus hijos caer ante sus fenómenos. Era algo que debía de hacer para que ellos puedan vivir aún más, quizás entren en razón dentro de unos años, se decía. Un sacrificio que debía de pagar. ¿Sabes? los años pasaban pero el humano no se paraba a ver a su alrededor como sus números caían, sino que se preparo, construyo montañas con el fin de protegerse, los números aumentaban, algo debía de hacer la Madre. El hombre enfermo a la Madre, la Madre trato de defenderse, los fenómenos ya no causaban efecto, entonces la Madre murió, por eso es así como lo conocemos, vivimos sobre la madre que falleció, pero, ¿sabes?, somos como las células de un cuerpo, si el huésped muere eventualmente moriremos, aunque tratemos de evitarlo igual moriremos. Disculpa si cambie el ambiente , pero tenia que decirlo, llevaba mucho tiempo queriendo compartir esto. Gracias por escuchar. ¡Oye!- Lo dijo al ver que el pequeño se marchaba- sabes ¿por qué te miraba cuando despertaste?, porque…. me recordabas a un ser muy querido- Miro hacia un lado, se mordió el labio, volvió la mirada cargada de tristeza.-Por eso, hmmm, puedo viajar contigo, ¡te protegeré!, ¿qué dices?. Tener a un adulto como acompañante te ayuda en muchas cosas, imagina que quieres alcanzar un lugar alto, ¡no podrías!, entonces quizás pienses «como me gustaría tener a un adulto aquí», eh, eh. Genial, ¿verdad?.

-Pero no te conozco, creo que no puedo confiar en ti, mi hermano dice que hay gente que se quiere aprovechar y no me gusta que me vean mientras duermo.-El pequeño mira hacia dentro de su refugio improvisado buscando una salida.

-Eso es…. correcto, pero, ¡ya sé!, a lo mejor podemos conocernos mientras viajamos hacia donde nos ampare el destino- Señala el infinito queriendo enfatizar- recuerda que si hubiera querido hacer algo, lo hubiera hecho mientras dormías, ¿que dices?. Vamos, se que te seré de mucha ayuda.

-Suena difícil rechazarlo si lo dices así. Creo que podemos conocernos, pero deja de usar ese argumento de cuando dormía, por favor, me da escalofríos. Vamos sigamos hablando mientras continuamos el viaje- Hace una seña para que se acerque, el pequeño toma su mochila que siempre lleva consigo, pero ante la aparición del hombre estaba dispuesto a dejarlo.

-¡Oh!, gracias, pequeño.- Lo dice con mucha alegría.

Quizás se vea que caminan como una familia, si se podría decir eso. Cada uno tiene una historia y una razón. El mundo es cruel, ellos lo saben, lo experimentaron y lo experimentaran.

******************

El tiempo había pasado desde que habían comenzado a viajar juntos, sobrevivieron juntos, pasando por momentos difíciles, pero con la habilidad del hombre pudieron avanzar. El hombre cazaba. El pequeño le ayudaba con su limitado conocimiento adquirido de su hermano. Le decía que su hermano era tímido,y cuando le preguntaba dónde estaba, solo se limitaba a sonreír, se reía el pequeño, el hombre no sabia que decir. Solo devolvía la sonrisa con incomodidad, siempre era así cuando hablaba de su hermano. Rabia días donde hablaba con su «hermano», el hombre no insistió en ese tema. Solo pensaba , «pobre niño, ¿qué cosas ha vivido?».

No tomo mucho tiempo para que el pequeño tomase confianza y cariño al hombre, le contaba, se reían, sobrevivían. Era feliz, pero la cruel realidad no tardaría en golpearlos, lo sabían pero no lo decían, era una regla no escrita. El hombre le enseñaba sus métodos de caza al pequeño, a la vez que el pequeño compartía su limitado conocimiento.

Los días volaban, y ellos caminaban en ese frió mundo, la comida escaseaba más, era una época difícil y lo seria más. Hasta que ese día llego … un segundo, un observador, dos personas y sus dos mundos.

2

El día a día era cada vez mas difícil, lo sabíamos, pero aun así tratábamos de afrontarlo, el señor Sol cada vez estaba más tristes, la señora Queso lo ignoraba y que por eso estaba triste, me reía. La noche llego y la señora Queso se posiciono en lo más alto para que podamos apreciar su belleza melancólica. Regresábamos al refugio improvisado, una cueva, solo había una salida para evitar se cazados por las bestias, colocábamos cañas, rocas en la entrada de manera que dificulte el ingreso a intrusos no deseados, simple pero efectivo. Entonces ocurrió un fenómeno que nos tomo por sorpresa un fenómeno que se decía que destruía hogares y familias, un terremoto. Tratamos de escapar pero la entrada estaba difícilmente obstruida, un arma de doble filo, pensó el hombre muy tarde. Los efectos del terremoto no se dieron a esperar, la entrada de la cueva fue cerrado por un derrumbe, no entramos en pánico. Nos calmamos y pensamos, dimos por sentencia que debíamos de despojar las rocas, nos tomaría tiempo pero, ¿seria efectivo?, no lo sé, solo asentí. Deposite mi confianza en él. Quizás sea muy egoísta por estar en su cuidado cuando lo mejor para el seria que me abandonase o acabase conmigo. ¿Es egoísta querer vivir a costa de otros?. No quiero morir, por mi, por él, por ellos; mi familia.

DÍA 1: Tratamos de sacar las rocas, el hombre, yo y mi hermano. Mi hermano me ayuda a cargar las rocas, el hombre me mira pero no dice nada, ¿día o noche?, no me importa, nos cansamos y descansamos, comemos.

DÍA 2: Por la falta de caza, y carencia de animales, cazamos roedores de la cueva, es difícil , nuestras raciones son reducidas, comemos lo mínimo, seguimos sin encontrar una rayo de luz.

DÍA 3: Seguimos intentándolo, por mi falta de masa corporal, a causa de mi edad no puedo ayudar demasiado, me siento un estorbo, solo reduzco su raciones.

DÍA 4: El hombre suspira cada vez más al verme con mi hermano. Mi hermano no come por dármelo a mi, acepto la ración de mi hermano …. soy escoria, ¿verdad?.

DÍA 5: La ración durará solo esta noche, seguimos sacado rocas parece que ya casi lo logramos, lo sentimos, calculando la cantidad de rocas que hemos movido con la dimensión de la cueva, estamos cerca, hay esperanza. Lo comparto con el hombre para que no pierda las esperanzas. Me sonríe, pero sus ojos están vacíos. Le temo.

DÍA 6: La comida se acabo podemos resistir unos dias más, seguimos sacando las rocas. Mi hermano no pierde las energías. El hombre ya no nos mira.

DÍA 7-8: Seguimos sacando rocas y durmiendo.

DÍA 9: Perdemos las fuerzas , el cansancio es demasiado para mí, el hombre sigue sacando rocas, no me mira, mi hermano trata de darme ánimos, no le respondo, no quiero gastar energías. Duermo. Duermo. Duermo …. puedo escuchar que el hombre dice «hay luz» rió con esperanza, trato de abrir los ojos pero es imposible. Duermo.

******************

Cuando te conocí durmiendo, me recordaste a mi hijo, hijo que perdí por culpa de este mundo, era de noche no teníamos comida, le decía que continuase que aún podemos seguir, pero el cansancio lo derroto, me miraba, lo miraba. Vi en sus ojos que perdía las esperanzas, los cerraba, llevábamos días sin comer, era normal que esto pasase, era inevitable, no era mi culpa, no lo es, todo lo que le paso a mi hijo fue culpa de este mundo, si, ¡si eso!, yo no tenia la culpa, ¿no?. Me vi empujado por la crueldad del mundo para hacerlo. No era mi culpa ….. ¡no lo era!, debía de sobrevivir, él ya había perdido las esperanzas, si, eso, yo aún no lo perdía, tenia derecho sobre el. Lo tenia. Se que mi hijo hubiera hecho los mismo, por él, por su madre. Ese día sobreviví, a costa de perder todo lo que tenia, viaje por el mundo buscando acabar con este sufrimiento, pero siempre que intentaba morir algo me detenía, ¿miedo a morir?, ¡claro que si!, debía morir como lo hizo mi hijo, por alguien, eso. Continué mi viaje sin rumbo, hasta que te encontré durmiendo, me recordaste a él, no su físico, no su edad, sino porque tenias esperanza, algo que había perdido y creía que si tenia cerca yo también podría sentirlo. La melancolía y tristeza me invadió, lo pude ver, hasta que despertó y se percato de mi, se asusto y corrió. Pensé, si, es mi castigo. Pero corrí tras él, ¿por qué?, ¡no lo sé!. Me halle enfrente de él sin nada que decir, nos miramos, y le hable. Nos conocimos y viajamos, hasta que llegamos a esta cueva. El derrumbe. Se lo que debo hacer.

******************

Estaba parado enfrente del pequeño, con un silencio total. Había podido abrir una brecha para que pueda salir una persona, no había opción, es un sacrificio necesario. Me senté junto a el, lo vi, llore en silencio no quise despertarle. Se lo que hizo, recuerdo cuando empezamos a viajar, el llevaba una mochila sucia, no me dejaba tocarlo, un día pude ver en su interior y todo encajo. ¿Cómo pudo un niño sobrevivir tanto tiempo solo?, ¿ qué comía?, no sabia nada de cazar. Pero cuando vi su mochila lo entendí. Debía de hacerlo.

******************

Cuando viajaba con mi familia los cuatro; papá, mamá, hermano y yo, eramos felices, pero como papá decía «la felicidad no alimenta», papá actuaba un poco raro cuando nos veía comer, sabía que él no comía por darnos a nosotros. Los días continuaban y la comida se acabo. Los días continuaron pero mamá ya no estaba. Todos sabían el por qué, pero nadie dijo nada. Teníamos comida, eso era lo que importaba, ¿no?, podíamos seguir viviendo. Los días continuaban y se acabo la comida. Los días continuaban pero papá ya no estaba. Si. Teníamos comida. Los días continuaban y se acabo la comida. Hermanito no despertaba, debía de hacerlo, si no lo hacia yo, ¿él lo haría?, si, debo ser fuerte, por papá y mamá, que nos miran desde algún lugar con el señor Sol. Hice lo que debí. Eso, el mundo no es complaciente. No es de color rosa. Y la felicidad no alimenta.

El señor Sol estaba triste, la señora Queso ya no le miraba, el señor Sol perdía sus ganas de seguir, ya no veía al niño radiante. Los días ya no serán como antes, todo ha cambiado.

Los rayos del señor Sol caían y bañaban la piel de la persona que había estado mucho tiempo sin salir de la cueva, se tapaba la cara porque el señor Sol lo cegaba. Respiro hondo, vio su mochila que cargaba, miro la cueva, estaba oscura. Lloró. Se limpio la cara y continuo su viaje. Se dijo así mismo «¡hice lo correcto!». Él hubiera hecho lo mismo. ¿Cómo lo se?, porque eramos iguales … victimas de este putrefacto mundo que no perdona las caídas.

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS